—No despierta, ¿cuánta dosis le has dado, pedazo de pendejo?
—La que me diste tú, Boss de mierda.
—No me toques los huevos, Preppy.
—¿Acaso tienes bolas?
Las voces que a un principio parecían inconexas y distantes, comienzan a tomar forma hasta que soy capaz de reconocer que pertenecen a Preppy al Boss. Abro lentamente los ojos y juro que en cuanto recupere mis jodidas fuerzas, los mataré en conjunto, ya que les encanta joderme.
—¿Qué mierda creen que hacen? —les pregunto con voz ronca, incorporándome con lentitud, es irritable.
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LEADejo que el sonido de las aves y de la cascada me envuelva mientras permanezco recostada sobre el pasto húmedo, con las manos, toco la fría suavidad de las hebras verdes y respiro profundamente. Lleno mis pulmones de aire, lo contengo y suelto cuando abro los ojos, el cielo está totalmente despejado, no hay nubes y el sol se encuentra en su pleno esplendor.Hace tres años que llegué a este pueblo, tres años en los que gracias a la decisión que tomé en el pasado, he vivido plena, sin miedo, sin amenazas, en completa paz. Hay algunas veces en que los recuerdos del hombre que me hirió, bombardean mi cabeza y desquebraja mis sentidos. Hubo momentos, al principio, en los que pensé en salir corriendo a sus brazos, en intentar hablar con él, pero
Después de preparar la comida, limpiar la cabaña en la que vivíamos a base de renta, de contar y separar el dinero para este mes, termino agotada, Ema estaba durmiendo como era habitual, por lo que me tomo un momento para mí y me doy un baño de agua caliente, al salir, observo mi cuerpo desnudo, después del embarazo y gracias al entrenamiento al que me sometió Cédric, mi cuerpo está en forma, de hecho mi pecho está más firme y grande, mi vientre plano quedó tal cual como al principio, y mi trasero... joder, yo misma me excitaba con mi reflejo. Me pongo un pijama cómodo y saco de la nevera un tarro de helado, hace tres años que no pruebo un jodido helado de chocolate, porque desde el nacimiento de mi beba, he querido que ella tenga todo.Enciendo el televisor y observo la hora en el reloj col
ENZOHemos llegado a la plaza principal del pueblo de mierda en el que Lea se encontraba, es de noche y pese a estar todo iluminado, se encuentra algo lleno de turistas. ¿Cómo es que nunca supe de este sitio? El viaje no fue demasiado largo, no lo es si cuentas con el dinero necesario para realizarlo y un jet privado como el mío.—Todo esto es una mierda, ni siquiera las perras parecen tener buen culo —comenta Preppy, quien no deja de localizar con la mirada a alguna zorra a la que follar.—No seas pendejo, esto no es un prostíbulo, las mujeres de aquí son decentes y... —comienza a decir Boss, observando la hora en su reloj de mano—. Tenemos que darnos prisa si queremos encontrar a Lea en su trabajo.
No entiendo nada de lo que dicen, pero la poca paciencia que me queda se agota con cada segundo.—¡Súper mierda! —exclama el rubio, acercándose a mí—. La princesa se parece tanto a ti, joder, es tu vivo retrato.Me quedo en silencio, no entiendo nada, todos estos hijos de puta me confunden, me siento como en el maldito país de las maravillas. Me toma un par de segundos absorber lo que ha dicho el pijo, hasta que reparo en la palabra "princesa"—¿Princesa?—Sí, tu hija, se llama Ema y es una guerrera, sacó tus ojos, color de cabello y... espera... ¿no le han dicho que tiene una hija?—Sab
Todo sucede demasiado rápido, Lea mueve la cadera a la izquierda, lo que le da cabida a sacar una de sus piernas y darle un rodillazo en las costillas al mastodonte, aprovecha los dos segundos de queja del tipo, y enrollando sus piernas en su cuerpo, ejerció presión, luego siguió un cabezazo, una vez liberada lo empujó, recogió una navaja del suelo y en menos de un pestañeo se la clavó en el cuello tres veces seguidas, sin titubear.—Mierda... ¿crees que acepte trabajar conmigo? Mataríamos de lujo —murmura Preppy.Lea no se ha dado cuenta de nuestra presencia, recorro su cuerpo y comienzo a caminar hacia ella, su trasero parece más firme y estrecho, sus piernas más delgadas y su cabello oscuro lo tiene recogido en una coleta.
LEAObservo a Enzo y siento un espasmo estomacal cuando ancla sus fríos ojos sobre mí, aun en las distancias cortas su olor a loción mezclada con sudor y unos toques de cigarrillo, hacen que algo surja desde mi interior, una sensación que llevaba dormida desde hace tres años y que ahora estaba despertando, tenía que parar este juego del gato y el ratón, por lo que cuando noto que me abre las piernas con toda la intención de enfilar su polla en mi canal, muevo la cadera a un lado, haciendo la misma maniobra que me enseñó Cédric y que me salvó hace unos minutos de ser brutalmente golpeada y asesinada.—Lo siento, no tengo tiempo para ti, Enzo Brzezinski —suelto y con un movimiento rápido logro girar y ahora soy yo quien
Me dirijo a Cédric y entramos a la que era mi habitación, intento cerrar la puerta cuando me aseguro que los dos estamos dentro, pero la mano de Enzo me lo impide.—Largo.—Y una mierda, Lea —empuja la puerta y con ella a mí.—Vete, Enzo.—Ya te dije que no.—Oigan, no quiero interrumpir su encuentro tan amoroso pero tenemos un problema —interrumpe Cédric.—¿Qué quieres decir? —me dirijo a mi amigo, olvidándome de la presencia de Enzo.—Mi contacto me acaba de avisar que la
ENZOLa tensión que recibía mi cuerpo por parte de mis ya alteradas preocupaciones y el aire hostil que se respiraba en aquella habitación, hacía que el pequeño espacio en el que nos encontrábamos Lea y yo, se convirtiera en un campo de batalla, y una de la que no estaba dispuesto a perder. Todo había ocurrido demasiado rápido, sabía que una vez que encontrara a Lea y a mi hija, se convertirían en un blanco perfecto como lo he sido yo en todo este tiempo, pero tenía la ferviente seguridad de ponerlas a salvo antes.Mis ojos no pueden dejar de anclarse en el perfecto cuerpo de Lea, en sus curvas, su vientre está plano a pesar de haber tenido a Ema, su trasero permanece más firme y estrecho de lo que lo recuerdo y sus tetas... joder