BARCLAY
—Tiene que ser una jodida broma —exclamo.
Frente a mi se encuentran Ariel; la chica de cabellos morados y Mandy, la rubia que estuve a nada de follar, después de comentarme lo que Corban, ese hijo de puta le dijo, no me queda otra opción que eliminarlo, sin perder tiempo me pongo de pie y me dirijo a la salida. Fingir ser un desamparado para llegar a mi hermana, era lo más bajo del mundo.
—¿Qué piensas hacer? Ya han pasado dos días y... —Mandy me detiene, su tacto me quema y la aparto mediante un movimiento brusco.
—Eso no es tu asunto, Barbie.
—Claro que es mi asunto, Lea es nuestr
BARCLAYNo puedo dejar de ver a Ariel, joder, esta chica había tenido la confianza para contarme sobre su pasado oscuro, haciéndome jurar que no le diría nada a nadie, no le daba miedo el Boss, las mafias y mucho menos estaba aterrada con las historias que le conté sobre cómo maté a algunos pendejos, mientras esperábamos entrar al lugar de mala muerte al que me trajo.—¿Cómo puedes estar segura de que está ese idiota aquí? —pregunto sin perder tiempo.Mis ojos recorren su cuerpo, trae puesto un vestido negro, sin mangas y con un escote que solo realza sus tetas, el cabello suelto y su maquillaje hacen el conjunto perfecto para ponerme duro.
PREPPY¿Quién mierda se cree esa puta para comportarse así conmigo? Debería estar agradecida de que no le he volado la cabeza, cuando llego a la puerta trasera, la abro y entro, usualmente esos lugares de mala muerte no tenían la suficiente seguridad, camino por un corredor iluminado con una luz roja chillón y escucho como Boss está tras de mi, eso me emputa más pero ya después lo mataré.Llegamos hasta la zona VIP, en donde hay varios hombres pagando por un baile sexual, otros follando a las putas que pagaron y... ¿qué mierda? Al fondo está Ariel hablando con un Corban con los ojos inyectados en sangre, están demasiado cerca y siento algo que mi interior que jamás he experimentado.
BARCLAYEstoy a punto de irme y buscar a mi hermana con mis propios méritos, cuando el imbécil de Preppy sale cargando a Corban Smith como si fuera un puto costal de papas, en su rostro puedo ver que parece más relajado, como si fuera un pobre que acababa de ganarse la jodida lotería.—Andando, esperaremos a Enzo en la fortaleza secreta —me ordena el hijo de puta.Me quedo estático esperando a Ariel, y cuando la veo siento más deseos de matar a Preppy, su cuello está marcado por chupetones que antes no estaban, su vestido parece arrugado y puesto de la manera correcta, su cabello morado alborotado, las mejillas rosadas y soy consiente de sus ojos rojos. Ha estado llorando, pero lo que más me pone es la
LEAIntento abrir mis ojos, pero me resulta inquietante el hecho de sentir la pesadez impidiendo que lo haga, mi cuerpo sufre de un ligero nerviosismo hacia el cosquilleo que lo recorra todo, desde la punta de los dedos de mis pies, hasta mi cabeza, las pulsaciones que bombardean mi cerebro, solo logran alterar mi corazón, haciendo que entre en una frenética carrera imposible de ganar.Poco a poco recobro la conciencia, obligo a mis párpados a abrirse de golpe y lo primero que aparece dentro de mi campo de visión, es una enorme puerta roja, giro los ojos y reúno todas las fuerzas que me quedan, en tratar de armar el enorme rompecabezas que es mi cabeza ahora. Estoy claramente sola, atada de manos y pies en una silla, observo con detenimiento a mi alrededor llegando a la conclusió
ENZO¡PUTA MADRE!Ver a Lea en ese estado, hace que me hierva la sangre, tengo muchas teorías de lo que le pudieron haber hecho, y en todas ellas solo tengo una solución; acabar con todos los Smith, incendiar el mundo entero y ponerlo a los pies de ella. No tardé en encontrarla, Preppy es el mejor y en combinación con el Boss, pudimos dar con ella en menos del tiempo estimado.Ahora todos saben que estoy vivo, ahora me he convertido en el enemigo más buscado de cada jodida mafia, mi cabeza si antes tenía un precio, esta vez está bañada en oro y representa la gloria y el liderazgo por encima de todos. Quien me mate, gana ¿el problema? Que ahora tenía a alguien por quien vivir, Lea. Me i
Lea se queda callada, juro que su mente esta en otro sitio y sin decir nada más, asiente y salimos. Intento entrar con ella pero me detiene. —Quiero hacer esto sola. —No —mi respuesta es rotunda. —No te estoy pidiendo permiso, espera con mi hermano. —No —doy un paso adelante. —Lo harás, no me hagas tener que escapar otra vez de ti —frunzo el ceño. Pensar en que ella es capaz de alejarse de mi, me enferma, por lo que decido darle su espacio. Y de mala gana asiento. Ella me regala una ligera sonrisa que no sé explicar y luego entra al consultorio. —No estoy de acuerdo en la re
LEA La hostilidad con la que me mira Enzo, comienza a borrar la sonrisa que iluminaba mi rostro, no se ha movido desde que ha visto los resultados y le confirmé que estaba embarazada de él. Conforme pasan los minutos, mi corazón comienza a quebrarse y el miedo se apodera de mi. Me desilusiono al instante como a un niño pequeño que le rompen el globo de un pinchazo. Esperaba otra reacción por su parte, tal vez... Una distinta a la que tuvo Corban cuando le anuncié mi primer embarazo. —¿No me dirás nada? —intento hacer un nuevo contacto visual con él pero es imposible, es como si yo hubiera desaparecido de su mundo—. Enzo... Acerco mi mano para tocar la suya, pero reacciona de un modo que me resulta atemorizante. —¡
ENZO—¡Pero qué mierda es todo esto!La voz al fondo de mi cabeza, hace que me de más jaqueca. Abro los ojos y observo todo a mi alrededor, hay varias botellas de vino vacías, condones regados sin usar y una puta a la que no pude follar anoche porque pareciera que Lea me castró de por vida. Por lo que tuve que recurrir a masturbarme mientras la zorra se quedaba dormida de tanto tomar.—No grites —trago duro y me arremango la camisa.—¿Peleaste con la peque? —abre las cortinas y las ventanas.—No me la menciones, no quiero saber nada de ella.
Último capítulo