Al llegar al club muy temprano en la mañana con Ethan y los demás chicos, me quedé absorta en las ideas que tuve anoche gracias a la estupenda investigación que hice. Menos mal vivo sola, o si no hubiera muerto por la vergüenza tan grande que sentí al ver cada una de estas prácticas que hacen las personas que están metidas en dicha organización. Sí, han leído bien; el BDSM es una organización que practica sexo sano, seguro y consensuado que da vida a las fantasías más oscuras de las mujeres y de los hombres. Tienen reglas, limites, juegos que, en lo personal, me llamaron muchísimo la atención. Tal vez por el hecho de que nunca había oído hablar de dicho tema. Volviendo al punto, me fijé mucho en los espacios de varios videos que vi. Las paredes, los colores, los objetos de decoración, e incluso visualicé cada herramienta en el sótano que el Sr. Blaze me mostró. Mi mente explotó en creación, por lo que estoy deseando contare cada idea al hombre. Cuando se trata de trabajo, me gusta meterme de lleno, si es posible hasta en la mente del cliente.
—Buenos días, Carol.—Buenos días, Sr. Blaze — estrechamos las manos y de nuevo esa electricidad me congeló—. ¿Cómo amaneció el día de hoy?No me juzguen, cuando estoy nerviosa hablo puras incoherencias.—Bien — su simpleza me abruma.—Me alegro mucho…—Carol — Ethan cortó mis palabras.—Él es Ethan, mi compañero y socio —ellos estrecharon sus manos—. Sr. Blaze, anoche tuve muy buenas ideas. Si gusta se las puedo mostrar.—Claro, le escucho,Una risa sumamente vergonzosa y nerviosa salió de lo mas profundo de mí. Los chicos saben a lo que vinimos, pero igual no deja de ser vergonzoso lo que voy a decir. Bajamos al sótano y empecé a decir como estaría ambientado todo el lugar.—Haremos un revestimiento de pared suelto de granito negro Natural, con bloques de granito grandes divididos —le mostré diferentes tipos de granito y seleccionó el que más le gustó—. Ethan se hará cargo de poner varias vigas, por lo que en esta área que es la más espaciosa se pondrán varios sofás de cuero negro y bordes morados y cojines del mismo color. ¿Le gustan los colores? Si no, pues está en todo el derecho de escoger el que más le gusta, pero el rojo, el purpura y el negro llamarán mucho la atención de las personas que estén en el lugar, haciéndolos sentir cómodos para realizar sus actos fetichistas —tragué saliva, deslizando la yema de los dedos por el diseño previo y veloz que realicé en la noche—. Las vigas son para aferrar y asegurar muy bien las jaulas, las rejas y los diversos objetos que vayan a usar los dominantes con sus sumisas…—Carol, estás hablando demás y aún no hemos comenzado —murmuró Ethan, soltando una risa que me hizo sentir confundida.—No, déjela hablar. Me gusta el compromiso y la predisposición de las personas — el Sr. Blaze sonrió, dándome una mirada que no supe interpretar—. Usted es la diseñadora, y por lo tanto debe estar muy segura de lo que hace, ¿no?—Por supuesto — le di una mirada furiosa a Ethan—. Puedes empezar a quitar los baldosines, Ethan —enarqué una ceja.—Bien — murmuró —. ¡Ya escucharon chicos!Suspiré una vez quedé a solas con el Sr. Blaze.—Le pido una disculpa, a veces es muy inmaduro.—No se preocupe, este mundo está lleno de idiotas —dio un paso al frente, quedando muy cerca de mi cuerpo—. Ahora que estamos solos, puede seguir diciéndome sus interesantes ideas, Carol.Teniéndolo más de cerca los nervios se apoderaron de mí. Es un hombre muy guapo y bastante alto. Parezco un colgante estando a su lado. Tragué saliva, enfocándome en las baldosas que me llamaron la atención.—¿Qué baldosas le gustarían, Sr. Blaze? —deslicé las imágenes con mis dedos, esperando a que se decidiera a una—. El mármol de color beige es una buena opción. Una vez devastado y pulido quedará una belleza. Este piso le dará elegancia y glamur, todo lo que un lugar como este desprenderá…—¿Siempre es así de apasionada con su trabajo, Carol? — preguntó de repente.—Digamos que obsesionada es la palabra correcta — reí—. Cuando se ama algo, es imposible no sentir tanta pasión. Además de que sus ideas el día de ayer fueron muy claras, yo solo investigué un poco del tema y me imaginé cada espacio.—¿Investigó? — curioseó.—Así es, y no se imagina todo lo que encontré en la internet. Por eso pensé en que, para la seguridad de las mujeres y los hombres, cada objeto debe estar muy bien sujeto ya sea del suelo o del techo. Algunos mesones se harán antes de poner la baldosa.Lo vi apretar los labios, quedándose en completo silencio.—Sr. Blaze, ¿usted alguna vez ha hecho de dominante o de sumiso? Porque supongo que, al tener esta idea de un club sexual es porque ha practicado la sumisión o la dominación alguna vez en su vida, ¿no?Una sonrisa ladeada y muy atractiva se ensanchó en sus labios. Inclinó la cabeza un poco, soplando de su aliento en mi oreja.—¿Usted cómo me ve, siendo un sumiso o siendo un dominante? — bajó la voz considerablemente, pero sin perder esa masculinidad tan marcada. Su voz ronca es muy atrapante—. ¿Qué le parece si hacemos una prueba y así sale de las dudas? —atacó, directamente en el centro de mi pecho.Un frío y un calor me corrió por toda la espina dorsal y se concentró en el centro de mi cuerpo. Mi corazón no dejaba de latir y hasta el estómago se me cerró de un solo golpe.—¡Discúlpeme, Sr. Blaze! — sacudí la cabeza repetidas veces, respirando acelerado—. No fue mi intención preguntarle algo como eso. Lo siento tanto. Eso no era lo que quería decir, perdóneme, ¿sí? ¿Qué color le gusta más; el blanco o el beige?Me obligué a callar, o seguro terminaré diciendo más tonterías.—Lo siento, Sr. Blaze — bajé la cabeza, sintiendo la cara explotar de vergüenza.—No se disculpe tanto que, no ha hecho nada malo, ¿o sí? — dio un paso atrás—. La curiosidad hay que saciarla de alguna manera, Carol. ¿No lo cree
Removí los brazos, tratando de soltarme de los agarres que tengo en las muñecas. No puedo ver nada, por lo que el sentido del oído se agudizó considerablemente. El silencio a mi alrededor me estaba volviendo loca, pues no sé qué es lo que está tramando el Sr. Blaze conmigo. Necesito saber su próximo paso a dar.—Tu curiosidad es muy grande, tanto como lo eres tú, ¿me equivoco? — susurró en mi oído, deslizando la yema de sus dedos suavemente por mi cuello—. ¿Estás lista para sentir lo que tanto deseas saber?—Sí.—Eso es lo que quieres, ¿no? — bajó sus labios por mi cuello junto con sus dedos—. Te llenaré esa curiosidad tan grande que tienes, gatita...El roce de sus labios por mi piel me estaba quemando viva. Descendió la punta de la lengua por mi cuello, por
Desde esa noche los sueños y los pensamientos con el Sr. Blaze han sido constantes y mucho más excitantes e intensos. No sé por qué tengo tales pensamientos tan pervertidos con ese hombre, si es que en ningún momento hemos tenido acercamiento de ese tipo. Es decir, solo nos tratamos profesionalmente, pero sus palabras y sus indirectas son los que me dejan en una nube de confusión muy grande. Cada que lo tengo cerca, la primera imagen que viene a mi cabeza es su desnudez y su expresión lujuriosa. Por más que trate de pensar en otras cosas, no puedo. Una parte de mí, la más perversa, no quiere sacar esas imágenes de mi cabeza. Estoy muy mal, eso lo sé de sobra.Sacudí la cabeza repetidas veces, apartando la mirada del papito rico del Sr. Blaze y concentrándome en el diseño que estoy mostrándole de la primera planta del club. No pue
KILIANCarol tiene algo que me atrae de sobremanera. Ese algo no es solo su perfecto y divino cuerpo, es algo más que aún no he podido encontrar en su mirada. La forma en la que se avergüenza y suelta cada palabra cuando está nerviosa la hace ver muy tierna e irresistible para mí. Puedo notar con suma facilidad lo que por su mente cruza, por lo que esa conexión que entablamos ella y yo desde un principio se ha vuelto más fuerte. De alguna manera me siento demasiado atraído por su timidez cada que estoy enfrente de ella.Sé perfectamente que soy su cliente y que por nada del mundo se debe mezclar lo laboral con lo pasional, pero, ¿cómo no resistirme a esa mirada de deseo y vergüenza que tiene en este preciso momento? Imaginarla y soñarla no es lo mismo que tenerla a mi entera disposición. E
CAROLMe hice expectativas y suposiciones muy altas y demasiado estúpidas con solo un par de semanas que llevo de conocido al Sr. Blaze. ¿En qué cabeza cabe que un hombre como él; guapo y atractivo, se fijaría en una mujer como yo; regordeta y para nada sensual? ¡Sí, solo cabe en una mente pequeña y tonta como la mía!Resoplé, escogiendo la pintura para encargar entre la paleta en mis manos, el color indicado para las paredes del club. Hace días que no sé nada del Sr. Blaze, por lo que los ánimos y los maravillosos sueños que había tenido con él se han esfumado de la noche a la mañana. No me gusta pensar tanto en un hombre que ya tiene una relación formada. Dejando de lado esos pensamientos, realicé la llamada a la tienda, encargando todo lo necesario
—Deja de jugar, Ethan — manotee su pecho, separándome un poco de él—. Vamos antes de que me arrepienta de ir contigo a ese lugar.—¿Y que los demás se pierdan de que tal belleza está conmigo? Eso sí que no — dejó un beso en la comisura de mis labios, haciéndome tragar cada una de mis palabras.Mentiría si no digo que ese beso no me dejó con las piernas hechas gelatina, pues es la primera vez que se atreve a hacer algo como esto. Ethan es muy atractivo, eso tampoco lo puedo negar. Recuerdo que un tiempo, exactamente cuando empecé a trabajar con él, me gustaba muchísimo, pero con el pasar de los años entablamos una amistad sincera y muy bonita. Ahora solo lo puedo ver con ojos de amigo.—Bueno, vámonos — giré
El frío de la noche golpeó en mi rostro en el mismo instante en que el guardia me abrió las dos enormes puertas del club nocturno para salir de allí. Ni siquiera quise voltear a mirar a Ethan y sus insistentes llamados, pues siento gran rabia con él. Esto es alguno que no me gustó en lo absoluto, pues me conoce lo suficiente como para que haga este tipo de cosas. Él sabe perfectamente que, aunque mi curiosidad a veces me gane y sea grande, eso no quiere decir que tenga que alimentarla. No quiero ni pensar en el propósito con el que me ha traído a este lugar.Pero así mismo como me mata la actitud extraña de Ethan, mi mente no deja de dar vueltas al pensar en el que hacía en un lugar como estos el Sr. Blaze.—¿No es obvio, tonta? — murmuré, mirando la larga fila en la entrada del club—. Entonces, ¿es así como lo quiere?
KILIANDespués de haber llegado de Londres, decidí pasar a la casa de Carol y así poder invitarla a cenar. June estuvo diciéndome todo el tiempo que hacer y que no, como si en realidad yo supiera hacerlo. Es decir, no es la primera vez que invito a salir a una mujer y esta no me corresponde de vuelta, pero con Carol me siento un idiota completo sin razón o motivo. Aun así, ella cree ciegamente en que Carol nunca se negaría a mi invitación. Al llegar a su casa y verla salir tan hermosa y radiante con el arquitecto mi estómago se revolvió con una sensación demasiado desagradable. No quise seguirlos, pero no me di cuenta en el momento que me encontraba tras ellos. Y ahora heme aquí; pasando de la rabia a una emoción indescriptible, capaz de ni siquiera dejarme soltar palabra alguna. Se supone que era yo quien la invitaría a salir