ÉXTASIS DE PLACER
Maria jose
Mi cabello no entra en el gorro rosa, siempre lo intento pero nunca lo logro, me pongo el uniforme con un sello al lado izquierdo del pecho que dice "Sánchez", la camisa es blanca pero en su mangas 3/4 se visualiza el color rosa, al igual que la sudadera con líneas rosadas.
Detrás del mostrador espero paciente para comenzar atender a los clientes.
—Sabes María José, a veces pienso que no eres hija de tu madre.
—Si lo soy Francisco, solo que mi genética va mas por el lado de mi "padre"—Hago comillas imaginarias con mis dedos en la ultima palabra.
Francisco me observa desde la cocina donde surge la magia, es una de las personas encargadas de preparar y hornear los pasteles, además de la decoración. Entre otras cosas.
Es gordo, bajo y tiene pinta de ser cocinero, cuando lo observo a él, visualizo al chef del castillo donde se encuentra el príncipe Erick, ese que vive para perseguir al cangrejo, la mascota de Ariel; Solo que aquel parecía mas un carnicero.—¿Como va el colegio? —pregunta con aires de interés. Aun esta temprano por ello no tenemos clientes.
—Bien —respondo simple.
—¿Y la profe de química?
—No me hables de ese demonio andante, casi tres años y aun no me acostumbro a ella.
—No creo que sea tan difícil —trata de que suene fácil, pero es imposible teniendo a esa mujer como maestra.
—Debes conocerla, siento que quiere vernos el resto de su vida en el colegio.
—¿Por qué? —cuestiona mientras alza una de sus cejas y sonríe mientras niega.
—Por que hace todo lo posible por que perdamos, con ella nunca paso de sobra, siempre soy arrastrada por mínimas puntuaciones.
—Debes estudiar mas.
—¿Mas de lo que ya hago? —pregunto incrédula y el comienza a reír con una risa que a mi parecer suena tierna.
—Se te van a quemar las pestañas de tanto ver el cuaderno —dice con sarcasmo mientras se adentra mucho mas a la cocina.
Ruedo los ojos.
Pero mi rostro cambia cuando la campana suena anunciando un cliente y vaya sorpresa cuando a través de él ingresa Andrés.
Moreno, alto, guapo, labios carnosos y cabello crespo que causaría ternura si no lo conociera; trae puesta una camisa blanca y un jean negro. Entra a paso firme mientras me observa y logro visualizar una sonrisa en sus labios.
Él sabe muy bien lo que hace.
Lo sé.
—No le has dicho a tu madre que el titulo "Éxtasis de placer" se puede malinterpretar.
–Era demasiado inocente como para encontrarle doble sentido.
—No te confíes, lo mismo pensé de su hija y ayer recibí una foto que decía todo lo contrario —Sonríe con malicia pero aquella no llega a sus ojos que me observan con seriedad haciendo que me intimide.
—Que deseas ordenar—Lo trato como un cliente más después de su comentario.
—Un capuchino con pastel de arequipe —Voy a tomar su orden pero me detienen sus palabras —Aun no termino—Le hago una seña para que continúe y así lo hace—quiero a la mesera en la mesa cuatro con un café para que me acompañe.
No me deja protestar y se retira a la mesa, que esta ubicada cerca al ventanal. Me dirijo a la maquina de expreso y preparo dos capuchinos, se me antojado a mi también . Observo por la ventana que comparto con Francisco y este me hace ojitos de cómplice haciendo que ruede los ojos.
Cuando ya tengo la orden lista me dirijo a la mesa de Andrés, me siento frente a él en los sillones forrados en cuero y ambos permanecemos en silencio.
—¿Piensas ir a la fiesta? —Me pregunta.
Le doy un sorbo a mi capuchino y respondo.
—Si, y tu ¿Piensas ir?
—Siempre lo hago —era obvio que respondiera aquello.
Cachetada mental por estúpida.
—¿Que estabas haciendo ayer? —me pregunta y hago cara de "No me jodas, no estoy para tus juegos" el capta mi rostro y agrega —Aparte de lo que ya sabemos.
—Nada, descansar.
—¿No me preguntaras que hice yo?
Ruedo los ojos y sonrió, me inclino un poco sobre la mesa para apoyar mis codos en ella y mi rostro en mis manos.
—¿Que hiciste? —pregunto con burla.
—Después de la foto, pensarte —Mi corazón se acelera y mi rostro adquiere una nueva temperatura.
Mantén el control.
—No pienso follar contigo, Andrés —Aunque su comentario despertó mariposas en mi estomago se que a él no, también se que es en lo único que piensa y de igual modo soy consiente de la realidad, de mi realidad. Somos amigos durante dos años y unos pocos meses, y a pesar de todo no logro olvidarme de mis sentimientos estúpidos.
—No te estoy diciendo que follemos, solo te soy sincero, no pude parar de pensar en ti —Otra vez aquellas punzadas patéticas que me hacen sentir ridícula.
Tomo una nueva postura y bebo un poco mas de mi capuchino.
—¿Ah si? —pregunto con fingido coqueteo.
—Si —Responde siguiéndome el juego de coqueteo.
—¿Y que pensabas? —pestañeo un poco mientras sonrió.
Recuerda que es una actuación.
—Que nunca te conocí bien —responde serio y yo despierto de mi burbuja.
¿Que le pasa?
—No entiendo...¿Acaso te ofendió? o ¿Que te sucede?
Se queda en silencio mientras le da la ultima mordida a su pastel de arequipe para terminar con él.
—No me ofende, pero si me preocupa.
—A ver...¿Que te preocupa? —pregunto molesta.
—Que te exhibas.
No se como tomar eso, la verdad siento que me reclama.
—Recuerda que tu y yo somos amigos.
—Por eso me preocupas, no lo vuelvas hacer.
—¡¿Que?! —Digo en tono de voz alta e indignada. Ganándome una mirada curiosa de francisco— ¿Acaso tu no lo haces? —cuestiono mas calmada y él se queda en silencio.
—Si pero...
—Crees que no es lo mismo —Termino por el.
—Si.
—¿Por que tu eres hombre y yo mujer? no te hagas ganar una cachetada el día de hoy Andrés.
—No, solo...Ah...Es muy complicado hablar de este tema contigo.
—Si tu lo dices —respondo indiferente.
—Solo cuídate, no quiero que salgas perjudicada por alguna razón.
—Lo haré, no te preocupes ¿Donde esta Samuel y Michael?
Cambio de tema rápidamente y entramos en una nueva sincronía. Hablamos un rato mientras comienzan a llegar clientes y no me queda tiempo para él.
Así transcurre mi día, atiendo a las personas e incluso a las que me caen mal. Nuestra repostería es muy frecuentada y por ende nos va mucho mejor que a muchos.
Cuando al fin llega la noche tomo mis cosas y me dirijo a casa, la repostería esta algo retirada así que debo tomar el bus para llegar.
—¡Ya llegue! —Grito cuando ya estoy adentro pero nadie me responde, así que reviso la casa y como lo pensé, ni mi madre y hermana están en ella.
Me quito la ropa y ando en ropa interior aprovechando que estoy sola, ingreso al baño para una ducha de relajación.
Mientras el agua recorre mi cuerpo observo la maquina de afeitar y no me aguanto, la tomo y le doy uso.
Es por precaución.
Paso la espuma por mi cuerpo y masajeo mis crespos para luego cubrir mi cuerpo con una toalla y salir del baño, aun no llega mi familia así que puedo sentir la soledad que habita en la casa.
Me quedo pensando que ponerme mientras observo mi closet, y logro decidir lo que usare.
Tomo unas medias de medio ligue de color negro, una falda de cuadros de color rojo con negro y un body negro en trasparencia, finalizo el look con unos botines en cuero y paso a mi desastroso cabello.
Tomo el secador y lo seco mientras le doy forma con mis dedos hasta que queda perfecto – a mi parecer– en mi rostro solo aplico mascara de pestañas y un poco de labial, ya intente ocultar mis pecas y es algo imposible, así que aprendí a aceptarlas.
Tomo algo de dinero y un abrigo.
Anabelle:
Mueve tu culo que me voy a congelar.8:20pmAplico perfume y algo de crema en mis crespos y salgo de mi casa, no sin antes tomar las llaves.
—Al fin se digna a salir la señorita —dice en voz alta Anabelle mientras me acerco. Me esta esperando en la puerta del taxi, lleva puesto unos botines negros, un jean del mismo color y un top sin tirantes rojo que cubre lo necesario, su cabello crespo y suelo llegando hasta su cintura la hace ver poderosa, sus labios rojos y sus ojos delineados, siempre he envidiado su piel morena.
—¡Suprema! —le halago cuando estoy cerca, me saluda con beso en la mejilla —Estas preciosa.
—Y tu estas muy guapa, perrísima, sensual, Cuantos hombres quedaran con la boca abierta al verte ¿Ah?
Las dos estallamos en risas.
—No se olviden de mi —Sale Julieta del taxi y mi rostro muestra la sorpresa que siento.
Posee un vestido pastel, ajustado como una segunda piel a su cuerpo, pero lo que me sorprende es el escote frontal del vestido que deja expuesto parte de sus pechos –Julieta no suele utilizar ropa reveladora– Unas sandalias de plataforma con tirantes que se enroscan como una vil serpiente en sus piernas; su cabello rubio y liso esta suelto y su maquillaje es pastel.
—Tu no mereces menos que no sea un príncipe —Comento de manera burlona y me acerco a ella para saludarla.
—Le dije algo similar pero cambia "Príncipe" por "Romeo" —dice Anabelle mientras nos invita a subir al taxi, así lo hacemos y pronto todas estamos rumbo a una de las fiestas mas esperadas por el instituto.
—Quiero impresionar a alguien —Su voz dulce se ha convertido en maliciosa y me divierte mucho esta faceta de Julieta.
—Déjame adivinar...—Anabelle pone cara pensativa —¡Oh! Es Samuel ¿No es así?
Alza sus cejas retándola a responder y lo logra.
—Necesito confirmar sospechas o destruir ilusiones.
—¿Que tienes pensando, maligno Ángel? —Cuestiono y tanto la morena como yo estamos atenta a su respuesta.
—Ya lo verán —noto la maldad en su mirada y rio mientras niego con diversión.
La noche será interesante, intensa y se volverá un descontrol...No tengo pruebas pero tampoco dudas.
Pronto llegamos a nuestro destino y la música no se hace esperar. Las luces, el humo, las parejas bailando son nuestro recibimiento y todas decidimos ir al bar.
—Esta noche será mágica, tengo un gran presentimiento -dice Anabelle mientras nos pasa un trago de ron.
—¡Brindemos! —grito fuerte para que puedan escucharme .
—¿Por que? —Pregunta la rubia.
—Por que esta noche sea inolvidable.
—Hasta el fondo perras.
El trago quema mi garganta y pasa con dificultad, pero no utilizo pasante si no por el contrario; soy de las personas que piensan que el trago siempre se debería tomar puro.
De ese modo es mas delicioso.
Que todo se vuelva un caos, estoy dispuesta hacer parte del descontrol.
LOS CELOS, DOMINIO DE CUALQUIER DEMONIOJulietaEl lugar es inundado por la melodía de un merengue, si no estoy mal es «mesa» Simón me invita a bailar y con timidez la acepto.Me lo propuse y lo estoy logrando; a la distancia Samuel me observa, su mirada es intensa y es lo que pretendo. Me gusta, no lo puedo negar, que me observe mientras bailo con Simón confirma mis sospechas, hay atracción por parte de ambos.Está mal lo que hago con Simón, pero no lo pensé muy bien, cuando de Samuel se trata pienso como tarada.— Estás hermosa —Dice Simón cerca de mi rostro.—Gracias —No puedo negar que es atractivo, su tez es blanca y su rostro posee algunas pecas, y tiene unos ojos color miel, es alto y delgado; y por último su cabello es rojizo.Suelo molestar a María José, con que es su hermano desaparecido; sonrío ante el recuerdo.La canción finaliza y me
LE DICEN "EL CASTIGO DIVINO"ANABELLE—¡Otro! ¡Otro! — La audiencia apoya mi descontrol mientras yo tomo sin control.Mi primera borrachera, no combinó licores ya que he recibido consejos, tomo agua seguido y comí hamburguesa con papitas para no caer inconsciente.—Anabelle, no bebas más — me aconseja María José. Su voz suena en la lejanía.—No seas aguafiestas, José —me río, no hay chiste pero me siento feliz.Son las cuatro de la mañana, la gente es escasa y solo quedamos unos pocos. Julieta y Samuel ya no se encuentran, Andrés desapareció con una chica, la única que me acompaña es José.Me alejo del bar y busco a Nicolás con la mirada, está en una esquina con una botella de cerveza. Me le lanzó encima y permito que me tomé de la cintura; nos besamos, sus suaves labios impactan con los míos, un beso lleno de morbo por parte de ambos. Baja a mi trasero y lo apri
UNA OPORTUNIDADMaría JoséLa clase de matemáticas se me hace eterna mientras observo el reloj de pared marcando las 9:45 am, siento que el tiempo no avanza y me estresa por que tengo hambre y mi estómago me pide a gritos una golosina.Mi compañero de asiento es un nerd que hará el trabajo por los dos si le sonrió y soy gentil con él. Y es que no es por juzgar pero es un pendejo que se deja dominar por cualquiera, pues a mi han llegado rumores de intercambio.Bostezo y me recuesto en el asiento. Me levanto sin soportar la tortura y pido permiso para ir al baño.Los pasillos están desolados debido a que la mayoría de los estudiantes se encuentran en clase, y unos cuantos vagos que sólo vienen a divertirse permanecen en las canchas de fútbol o haciendo cualquier otro deporte.Camino lento con temor a lastimarme el tobillo, y pronto llegó a la cafetería. Compró una empanada y peric
El PADRE.Anabelle.Espero en la entrada de la Iglesia al nuevo sacerdote, ya tengo puesta el alba y mi cabello esta pulcramente recogido en una moña. Mis manos juntas y mi acompañante es quien me indica todo lo que debo hacer.No soy lo suficientemente creyente como para estar donde estoy, pero mi madre fue insistente, al momento de convencer a la comunidad católica de la Iglesia, para que me dieran esta oportunidad.No me agrada, pero tampoco me rendiré tan pronto, le mostraré a mamá que yo puedo con lo que ella me ha impuesto.Hace solo unos días hubo un intercambio, y por ello el sacerdote que tendremos hoy es diferente al anterior.Cuando al fin llega el padre, comprendo dos cosas; la primera es que no estoy segura de hacer mi tarea bien y la segunda, que nunca en mi vida había visto un padre guapo y joven.¿Quién coño quiere predicar la palabra de Dios teni
El CIELO EN LA TIERRAJulieta.El día está lluvioso y creo que no hay mejor momento para leer, tomo una taza de café, una cobija y me posicionó en mi ventana. Mi habitación es de segundo piso así que la vista es maravillosa.Soy de todo tipo de lecturas, a veces leo para adquirir conocimiento, en otras ocasiones por entretenimiento o simplemente para desaparecer un momento de la realidad.Tomo mis gafas de lectura y comienzo a leer el libro de Satanás de Mario Mendoza, un escritor colombiano.Pasó algunas horas hasta que por mi ventana logró visualizar una figura, enfoco un poco más y sonrió cuando noto de quien se trata. Esta bajo la lluvia con una bicicleta en mano, no con cualquier bicicleta sino con la que hace unos días usamos.Me hace señas para que baje y así lo hago, pero antes me quito las gafas.—¿Que haces aquí? —Cuestiono un poco divertida por su esta
SIN MIEDO AL ÉXITO.Maria José—No.—¿Por qué?–No sé.—¿Enserio?—Si.—Miedo al éxito —Me provoca Andrés.—Al castigo de mi madre —respondo.—No sé dará cuenta —reitera.—Convénceme —muerdo mi labio mientras comienzo a buscar que ponerme.El silencio en la línea telefónica reina por un momento.—Si te escapas conmigo no te arrepentirás.—¿Debería creerte? —Cuestiono mientras me abrigo con un buzo largo y negro.—Te enseñaré que en el mundo si hay magia.Trago grueso mientras me deleitó con su gruesa y sexy voz.—Pasa en 15 minutos.—Sabía que vendrías.Cuelgo la llamada, y terminó de organizarme, me introduzco en los jordán negros y cubro mi cabello con un gorro de lana.Ha
MICHAEL.Le doy la última calada a mi cigarrillo, mientras observo el paisaje turbio e inestable que tengo ante mi.Los quejidos de dolor y los susurros de consuelo me obligan salir al exterior, subo al árbol del patio trasero que posee una mini casa en la cual aún quepo.Tomo las colchonetas que aún conservo en el lugar más una manta calurosa que poseo desde niño y preparo una cama improvisada.Conecto los audífonos a mi móvil y tomo una libreta, y comienzo a escribir lo que a mi llega, todos los relatos son nostálgicos, tristes y sobra mencionar que aburridos. Solo una persona los leía cuando aún era muy cercana a mi.La lluvia se incrementa queriendo purificar el alma de un mundo ya perdido en el mal, mientras yo me pierdo y me encuentro pensando en ella.Ese rayo de luz que nunca abandona sus ojos, su manera de comportarse, de relacionarse, parece tan ingenua, tan delicada p
MICHAEL.Le doy la última calada a mi cigarrillo, mientras observo el paisaje turbio e inestable que tengo ante mi.Los quejidos de dolor y los susurros de consuelo me obligan salir al exterior, subo al árbol del patio trasero que posee una mini casa en la cual aún quepo.Tomo las colchonetas que aún conservo en el lugar más una manta calurosa que poseo desde niño y preparo una cama improvisada.Conecto los audífonos a mi móvil y tomo una libreta, y comienzo a escribir lo que a mi llega, todos los relatos son nostálgicos, tristes y sobra mencionar que aburridos. Solo una persona los leía cuando aún era muy cercana a mi.La lluvia se incrementa queriendo purificar el alma de un mundo ya perdido en el mal, mientras yo me pierdo y me encuentro pensando en ella.Ese rayo de luz que nunca abandona sus ojos, su manera de comportarse, de relacionarse, parece tan ingenua, tan delicada p