El CIELO EN LA TIERRA
Julieta.
El día está lluvioso y creo que no hay mejor momento para leer, tomo una taza de café, una cobija y me posicionó en mi ventana. Mi habitación es de segundo piso así que la vista es maravillosa.
Soy de todo tipo de lecturas, a veces leo para adquirir conocimiento, en otras ocasiones por entretenimiento o simplemente para desaparecer un momento de la realidad.
Tomo mis gafas de lectura y comienzo a leer el libro de Satanás de Mario Mendoza, un escritor colombiano.
Pasó algunas horas hasta que por mi ventana logró visualizar una figura, enfoco un poco más y sonrió cuando noto de quien se trata. Esta bajo la lluvia con una bicicleta en mano, no con cualquier bicicleta sino con la que hace unos días usamos.
Me hace señas para que baje y así lo hago, pero antes me quito las gafas.
—¿Que haces aquí? —Cuestiono un poco divertida por su esta
SIN MIEDO AL ÉXITO.Maria José—No.—¿Por qué?–No sé.—¿Enserio?—Si.—Miedo al éxito —Me provoca Andrés.—Al castigo de mi madre —respondo.—No sé dará cuenta —reitera.—Convénceme —muerdo mi labio mientras comienzo a buscar que ponerme.El silencio en la línea telefónica reina por un momento.—Si te escapas conmigo no te arrepentirás.—¿Debería creerte? —Cuestiono mientras me abrigo con un buzo largo y negro.—Te enseñaré que en el mundo si hay magia.Trago grueso mientras me deleitó con su gruesa y sexy voz.—Pasa en 15 minutos.—Sabía que vendrías.Cuelgo la llamada, y terminó de organizarme, me introduzco en los jordán negros y cubro mi cabello con un gorro de lana.Ha
MICHAEL.Le doy la última calada a mi cigarrillo, mientras observo el paisaje turbio e inestable que tengo ante mi.Los quejidos de dolor y los susurros de consuelo me obligan salir al exterior, subo al árbol del patio trasero que posee una mini casa en la cual aún quepo.Tomo las colchonetas que aún conservo en el lugar más una manta calurosa que poseo desde niño y preparo una cama improvisada.Conecto los audífonos a mi móvil y tomo una libreta, y comienzo a escribir lo que a mi llega, todos los relatos son nostálgicos, tristes y sobra mencionar que aburridos. Solo una persona los leía cuando aún era muy cercana a mi.La lluvia se incrementa queriendo purificar el alma de un mundo ya perdido en el mal, mientras yo me pierdo y me encuentro pensando en ella.Ese rayo de luz que nunca abandona sus ojos, su manera de comportarse, de relacionarse, parece tan ingenua, tan delicada p
MICHAEL.Le doy la última calada a mi cigarrillo, mientras observo el paisaje turbio e inestable que tengo ante mi.Los quejidos de dolor y los susurros de consuelo me obligan salir al exterior, subo al árbol del patio trasero que posee una mini casa en la cual aún quepo.Tomo las colchonetas que aún conservo en el lugar más una manta calurosa que poseo desde niño y preparo una cama improvisada.Conecto los audífonos a mi móvil y tomo una libreta, y comienzo a escribir lo que a mi llega, todos los relatos son nostálgicos, tristes y sobra mencionar que aburridos. Solo una persona los leía cuando aún era muy cercana a mi.La lluvia se incrementa queriendo purificar el alma de un mundo ya perdido en el mal, mientras yo me pierdo y me encuentro pensando en ella.Ese rayo de luz que nunca abandona sus ojos, su manera de comportarse, de relacionarse, parece tan ingenua, tan delicada p
SAMUEL.—No sé qué regalarle —admito en voz alta mientras Michael me escucha, como siempre luce despreocupado mientras fuma un cigarrillo, sus ojos parecen perdidos pero se con seguridad que me escucha.—¿Que le gusta? —pregunta y medito un momento.—Los chocolates, las gomitas, los libros, el café y la naturaleza.—Hay lo tienes —responde y bebe de su bebida.Siendo sincero el parque de nuestro municipio me agrada demasiado, siempre lleno de color y parece tratar de adentrarte en su mundo alegre.—¿Que? Le regalo todo lo mencionado.—Tal vez —me reprocha con la mirada —Julieta es original, pasiva y suele ser algo tímida, tienes que pensar en algo que a ella le sorprenda aunque para otra persona sea algo trivial ¿Comprendes? —Enarca una ceja.—No —admito con una mueca.—Tarado —dice entre dientes —le regalaras chocolates, un libro,
EL PARTIDO.Maria José.—Tu te encargas de seleccionar el texto narrativo —le señaló a Miguel el periódico que el maestro nos ha dado —Yo me encargo del descriptivo. Y tu Andrea del texto informativo —Coordino a mi grupo y empezamos a trabajar.—María José... —comienza la intensa de mi compañera —¿Crees que podrías enseñarme a maquillarme? —siendo sincera me ha causado lastima, Andrea no es fea, solo que no sabe resaltar sus atractivos. Solo tiene un par de espinillas y eso es todo, pero su autoestima se encuentra en el suelo.—¿Para que quieres maquillarte? —cuestionó y observo como Miguel rueda sus ojos, y disimuladamente lo golpeó por debajo del suelo haciendo que este produzca una mueca de dolor.—Quiero sentirme linda, eso es todo —admite con vergüenza mientras sus mejillas regordetas adquieren una tonalidad roja.—Eres guapa a lo natural, no caigas en lo superficial, pero
UN SECRETO PERVERSO.Anabelle.Bailo con todos los chicos que se me atraviesan, la fiesta se celebra en la casa de Andrés y casi todo el instituto se encuentra presente celebrando la victoria del partido.—Siempre me dejas iniciado, Anabelle —Susurra Nicolás en mi oído mientras le bailo de espalda.—Siempre surgen problemas —respondo juguetona.—¿Que tal si lo intentamos hoy? —cuestiona.—No, hoy tengo otros planes —Sonrió sobre su mejilla y beso la comisura de su boca para alejarme de él.Ya casi es medianoche y el descontrol cada vez es mayor, los chicos se drogan y toman deseado perder el conocimiento y hacer tríos que mañana no recuerden. Los populares observan a las chicas guapas como trofeos, como retos, y la lucen como joyas.La música se apaga y todos se concentran en Andrés que esta en el centro con una sonrisa indescifrable.
ANDRES.Han pasado dos días después de la fiesta, dos días en los que aún pienso vengarme. Le han metido cucarachas en la cabeza a María José y ahora que es mi novia debo acomodar algunas cosas.Estamos en el entrenamiento bajo el sol, y el sudor no para de generarse en mi cuerpo.—¡Corran como hombres, no como maricas! —grita el entrenador "motivando" a todos a dar su mejor esfuerzo.—Cincuenta lagartijas y el que no pueda se queda en la banca el siguiente partido ¡Comienzo!Todos se lanzan al suelo, y el calor del mismo nos quema la palma de las manos mientras bajamos y subimos para lograr las cincuenta lagartijas pedidas y para colmo de males, el entrenador se encarga de contar cada una para que no exista la posibilidad de que hagan trampa.—Veinte saltos y se largan para su casa — comienza de nuevo a contar, mientras siento que mis piernas no dan para mas, hemos estado toda
ROPA DE BAZARMaria José.El colegio terminó hace poco, ya almorcé, me cambié y tengo planes que no puedo aplazar el día de hoy.El desayuno sorpresa de Andrés me animo el día como nunca, pero ver a Michael golpeado me dio un bajón que no pensé que me fuera afectar de esa manera, mucho más cuando me enteré de su amorío con Luciana, que por si fuera poco tiene novio.Ahora todos en el colegio hablan de ellos tres, del rollo tan impresionante de David, Luciana y Michael que no debería de estar en boca de todos, ya que es reservado, antipático, odia meterse en problemas y socializa más con sus gatos que con las personas. No pienso juzgarlo pero no estuvo bien lo que ha hecho ¿tanto le gusta Luciana? El pecho me arde de tan solo imaginarlos juntos.Salgo de casa y tomo el bus con ruta a casa de Michael, al llegar me siento rara, han pasado años desde que no piso su casa, que no toco el timbre de su