Alexander no podía creer que Dayana estuviera en ese momento frente a él, su reencuentro se dio antes de lo esperado.— Alexander... Ee... gracias por llevarme el sábado pasado a mi casa.— ¿Eso es de lo único que te acuerdas?Él sonreía divertido al ver su cara cada vez más colorada, eso sin duda contestó su pregunta, Dayana parecía sumamente nerviosa, jamas la había visto de esa manera, juguetona ansiosa con sus manos mientras en su mirada podía captar un sin fin de palabras atrapadas. — Alex... yo... – Ella no sabía como empezar, además de que se le caía la cara de vergüenza sabia que él era un hombre muy amable y educado, pero tenía miedo a su rechazo. — Te quería invitar a cenar un día de estos... cuando tengas tiempo libre... y puedas... Como agradecimiento por... llevarme a casaAlexander borró la sonrisa que tenía en el rostro, eso hizo que los nervios de Dayana se elevaran hasta el cielo, para el era sumamente sorprendente que ella tomara la iniciativa, él levantó ambas cej
Dayana permaneció tranquila, sabía que tarde o temprano Edgar se daría cuenta de todo ya sea que ella hiciera algo para que lo descubriera o se terminaría dando cuanta él solo por su cuenta, y en caso de que fuera la segunda ella no tendría el control de la situación en ningún momento, como era el caso, pero estaba preparada ya que sabía que una vez Edgar lo supiera soltaria la bomba en un lugar donde pudiera exponerla frente a más personas y así fue. Ella no dijo ni una palabra, sabía que Edgar tenía una fuerte molestia atorada en el pecho, Dayana esperaría que él terminara de soltar todo su veneno antes de empezar a hablar, Alexander dio un paso enfrente para hablar pero Dayana levantó la mano para detenerlo y negar con la cabeza para que no lo hiciera. La manera en la que se sonrieron ambos y se lograron comunicar con esa simple mirada cómplice, hizo que en el interior de Edgar todos sus sentimientos de revolvieran y sus emociones se alteraran creando un caos.— ¡Son un par de si
Alexander arrugó la frente sin dar crédito a lo que escuchaba ya que no estaba seguro de porque Edgar decía eso, Dayana estaba de espaldas a el, pero Alexander pudo notar como su espalda se tensó un poco. Edgar sacó su celular y empezó a revisar entre sus fotografías, Dayana esperaba paciente, tenía curiosidad sobre que tontería diría esa vez, Edgar se acercó a ella le dio el celular. — Mira... esto lo encontré en el escritorio de Alexander una vez que fui a buscarlo... eso no estaban en los documentos que tu me disteDayana miró con atención la fotografía del documento que era el título de propiedad de su complejo de departamentos en el clarinete estaba su nombre y los cellos gubernamentales de cuando fue expedido, al mirar la fecha era de ya hace bastante tiempo, y como Edgar dijo ese documento no era de los que les había mandado con los ladrones a el y Amanda. Ella le regreso el celular a Edgar, el pudo notar como su mirada parecía triste, por primera vez Edgar fue testigo de co
La madre de Amanda se encargó de tranquilizar los aires y dispersar a la gente, creyendo totalmente que las palabras de la arpía que había llegado a dejar mal parada a su quería Amanda eran solamente mentiras.Aún así las habladurías entre los invitados no se hicieron esperar, pero los más perjudicados y tachados como los malos eran Dayana y Alexander.El cielo ya había perdido su luz dando espacio a las sombras que venían acompañadas con el velo de la noche, el baile de los novios había dado inicio, Amanda hizo todo lo posible por despejar su mente y poner buena cara, si bien la presencia de Dayana le había dejado un amargo sabor de boca no le daría más importancia total ya se había marchado. La música lenta y romántica se empezó a distorsionar un poco, pareciendo que en ese momento el equipo de sonido empezaba a estropearse, después la voz de ella salió por una de las bocinas ella se quedó fría al escuchar, seguido de eso la pantalla que proyectaba la ambientación hizo un ligero co
— Dayana de que estas hablando... Leonel le preguntó sumamente confundido. — Yo... me di cuenta que estoy sufriendo una quemadura de tercer grado... me enamore de Alexander pero él... La voz de Dayana nuevamente se quebró pero esta vez sí empezó a llorar completamente devastada, a Leonel le costaba entender que era lo que estaba pasando, recordó que hace mucho tiempo le dijo que podía resultar quemada al estar jugando con fuego, la quemadura de tercer grado era enamorarse Alexander, y aunque era obvio que el sentimiento era mutuo entre ellos no entendía porque Dayana estaba tan afectada al descubrirlo.— ¡Ey! Cálmate tranquilízate un poco... ¿No entiendo que tiene de malo que estés enamorada de él? Lo único que me sorprende es que lo estés admitiendo y diciéndolo en voz alta.— Él... solo empezó a estar tras de mi por mi dinero Leonel... ¡todas las tragedias son por el maldito dinero!A Leonel le costaba creer eso sinceramente, solo una vez había hablado con el hombre no lo conocía
El ambiente se puso tenso al instante, la temperatura pareció descender a grados bajo cero para Dayana que sintió un escalofrío recorriendole el cuerpo entero, tragó saliva y puso su mente a trabajar, buscando alguna manera de salir ilesa de la situación o por lo menos con daños menores.— ¿Que paso?... porque no dices nada... raro de ti ya que siempre tienes algo de decir y nunca te puedes quedar callada. Esmeralda empezó a reír como una completa lunática, una risa vacía que causaba escalofríos Dayana digna de una película de terror. Leonel se puso de pie rápidamente, dejó su teléfono en altavoz para poder escuchar la conversación y se fue directo a la sala por él teléfono fijo y marco a Octavio quién no tardó en responder y Leonel habló rápidamente. — ¡Octavio una mujer se metió a casa de Dayana y le esta apuntando con un arma! — ¿¡Que!?.– Octavio que estaba en su oficina, empezó a teclear en su computadora buscando el programa de las cámaras de seguridad de Dayana ya que ella l
Leonel se quedó perplejo al escuchar las detonaciones del arma, a pesar de estar al otro lado de la línea el sonido fue fuerte, no podía creerlo tomó el celular con desesperación y comenzó a llorar. — ¡Dayana! ¡DAYANA! CONTESTAME HERMANA.Los gritos de Leonel eran desgarradores cargados de ansiedad, en ese moderno Dayana logró abrir los ojos con mucho esfuerzo, notó el cuerpo de Esmeralda sin vida contra la pared y abrió mucho más los ojos. — ¡Carajo! La voz de Leonel la hizo intentar levantar del brazo, estaba débil y sin fuerzas, cuando miró la pantalla la llamada ya había finalizado. ...Leonel salió de su casa lo más rápido que pudo, entró a su auto y llamó a Octavio, este le respondió enseguida. — ¡Le disparo a Dayana! Me mataron a mi hermana Octavio.– Leonel lloraba con angustia, el dolor era aún peor que el que había experimentado con la partida de Amanda. — Cálmate no pienses lo peor, ya me informaron de las detonaciones, estoy a nada de llegar al edifico, la ambulancia
Alexander miró extraño el teléfono y se acercó a su madre, ella pudo notar la preocupación en el rostro de su hijo. — ¿Que pasó? — No lo se, escuche a Dayana muy extraña... débil, apagada... no me gusto nada.— La mire muy afectada antes de que se fuera, quizás estuvo llorando, pero si sabes donde vive creo que lo mejor sería que fueras a verla.— El teléfono de Alexander sonó nuevamente pero al mirar que era un numero desconocido que ignoro la llamada.— Si es lo que voy hacerÉl iba a abrazar a su madre para despedirse pero el número desconocido de hace un momento volvió a llamarlo, esta vez tomó la llamada, teniendo un mal presentimiento atorado en el pecho.— ¿Si? .– Él preguntó con curiosidad.— Alexander.... soy Leonel...– Alexander se puso algo nervioso al escuchar lo alterado que estaba.— Ve al hospital... al que llevaste a Daya cuando se cayó en una fiesta ¿¡Lo recuerdas?!— Si... lo recuerdo pero ¿Que pasó? ¿¡Es Dayana?! ¿¡Se encuentra bien!?— No lose... una mujer entró a