El día de la boda había llegado, habían reservado un hermoso salón con jardín al aire libre con vista a la playa, todo el lugar estaba perfectamente arreglado y decorado dando aires de llevarse acabo un evento digno de la realeza. Desde muy temprano Amanda se había ido a arreglarse, fue a un Spa a realizarse faciales y depilación, estaba dentro de la habitación de un lujoso hotel al lado del lugar donde se llevaría acabo el evento, la mujer encargada de arreglarla ya había terminado de maquillarla y peinarla, ella estaba que desbordaba alegría y felicidad, se admiraba frente al gran espejo una y otra vez, ya se había puesto su hermoso vestido blanco esponjoso como el de una princesa, llevaba el cabello suelto con rizos y la acompañaba joyería de primera calidad. Alguien tocó la puerta de la habitación, para después abrir y entrar, eran sus padres acompañados de su tía. — Mi niña no puedo creerlo te vez hermosa.– La madre de Amanda casi llora al ver a su hija, su padre estaba conmo
Amanda estaba que echaba espuma de la boca, no podía creer que Dayana estuviera en el lugar y vestida de blanco también, cada parte de su cuerpo le exigía a gritos deshacerse de ella, cuándo las personas se empezaron a dispersar y ya nadie la felicitaba ella empezó a encaminarse a la mesa en donde estaba Dayana, pero alguien la tomó repentinamente de la mano deteniéndola, al girarse a ver de quién se trataba se topó con unos ojos azules que la observaban con tranquilidad. — Edgar... Dayana esta aquí... — Ven conmigo... Edgar tomó a su ahora esposa de la mano y caminó junto con ella al interior del edificio principal, los demas invitados se estaban acomodando en las mesas que se encontraban en el área donde estaba la pista de baile, que al frente tenía una gran pantalla con animación. — ¡Edgar tenemos que hacer que saquen a Dayana!— ¿Para que la invitaste entonces?.– Edgar ahora le habló algo molesto a Amanda sus acciones eran contraproducentes.— No pensé que tuviera la valentía
Alexander no podía creer que Dayana estuviera en ese momento frente a él, su reencuentro se dio antes de lo esperado.— Alexander... Ee... gracias por llevarme el sábado pasado a mi casa.— ¿Eso es de lo único que te acuerdas?Él sonreía divertido al ver su cara cada vez más colorada, eso sin duda contestó su pregunta, Dayana parecía sumamente nerviosa, jamas la había visto de esa manera, juguetona ansiosa con sus manos mientras en su mirada podía captar un sin fin de palabras atrapadas. — Alex... yo... – Ella no sabía como empezar, además de que se le caía la cara de vergüenza sabia que él era un hombre muy amable y educado, pero tenía miedo a su rechazo. — Te quería invitar a cenar un día de estos... cuando tengas tiempo libre... y puedas... Como agradecimiento por... llevarme a casaAlexander borró la sonrisa que tenía en el rostro, eso hizo que los nervios de Dayana se elevaran hasta el cielo, para el era sumamente sorprendente que ella tomara la iniciativa, él levantó ambas cej
Dayana permaneció tranquila, sabía que tarde o temprano Edgar se daría cuenta de todo ya sea que ella hiciera algo para que lo descubriera o se terminaría dando cuanta él solo por su cuenta, y en caso de que fuera la segunda ella no tendría el control de la situación en ningún momento, como era el caso, pero estaba preparada ya que sabía que una vez Edgar lo supiera soltaria la bomba en un lugar donde pudiera exponerla frente a más personas y así fue. Ella no dijo ni una palabra, sabía que Edgar tenía una fuerte molestia atorada en el pecho, Dayana esperaría que él terminara de soltar todo su veneno antes de empezar a hablar, Alexander dio un paso enfrente para hablar pero Dayana levantó la mano para detenerlo y negar con la cabeza para que no lo hiciera. La manera en la que se sonrieron ambos y se lograron comunicar con esa simple mirada cómplice, hizo que en el interior de Edgar todos sus sentimientos de revolvieran y sus emociones se alteraran creando un caos.— ¡Son un par de si
Alexander arrugó la frente sin dar crédito a lo que escuchaba ya que no estaba seguro de porque Edgar decía eso, Dayana estaba de espaldas a el, pero Alexander pudo notar como su espalda se tensó un poco. Edgar sacó su celular y empezó a revisar entre sus fotografías, Dayana esperaba paciente, tenía curiosidad sobre que tontería diría esa vez, Edgar se acercó a ella le dio el celular. — Mira... esto lo encontré en el escritorio de Alexander una vez que fui a buscarlo... eso no estaban en los documentos que tu me disteDayana miró con atención la fotografía del documento que era el título de propiedad de su complejo de departamentos en el clarinete estaba su nombre y los cellos gubernamentales de cuando fue expedido, al mirar la fecha era de ya hace bastante tiempo, y como Edgar dijo ese documento no era de los que les había mandado con los ladrones a el y Amanda. Ella le regreso el celular a Edgar, el pudo notar como su mirada parecía triste, por primera vez Edgar fue testigo de co
La madre de Amanda se encargó de tranquilizar los aires y dispersar a la gente, creyendo totalmente que las palabras de la arpía que había llegado a dejar mal parada a su quería Amanda eran solamente mentiras.Aún así las habladurías entre los invitados no se hicieron esperar, pero los más perjudicados y tachados como los malos eran Dayana y Alexander.El cielo ya había perdido su luz dando espacio a las sombras que venían acompañadas con el velo de la noche, el baile de los novios había dado inicio, Amanda hizo todo lo posible por despejar su mente y poner buena cara, si bien la presencia de Dayana le había dejado un amargo sabor de boca no le daría más importancia total ya se había marchado. La música lenta y romántica se empezó a distorsionar un poco, pareciendo que en ese momento el equipo de sonido empezaba a estropearse, después la voz de ella salió por una de las bocinas ella se quedó fría al escuchar, seguido de eso la pantalla que proyectaba la ambientación hizo un ligero co
— Dayana de que estas hablando... Leonel le preguntó sumamente confundido. — Yo... me di cuenta que estoy sufriendo una quemadura de tercer grado... me enamore de Alexander pero él... La voz de Dayana nuevamente se quebró pero esta vez sí empezó a llorar completamente devastada, a Leonel le costaba entender que era lo que estaba pasando, recordó que hace mucho tiempo le dijo que podía resultar quemada al estar jugando con fuego, la quemadura de tercer grado era enamorarse Alexander, y aunque era obvio que el sentimiento era mutuo entre ellos no entendía porque Dayana estaba tan afectada al descubrirlo.— ¡Ey! Cálmate tranquilízate un poco... ¿No entiendo que tiene de malo que estés enamorada de él? Lo único que me sorprende es que lo estés admitiendo y diciéndolo en voz alta.— Él... solo empezó a estar tras de mi por mi dinero Leonel... ¡todas las tragedias son por el maldito dinero!A Leonel le costaba creer eso sinceramente, solo una vez había hablado con el hombre no lo conocía
El ambiente se puso tenso al instante, la temperatura pareció descender a grados bajo cero para Dayana que sintió un escalofrío recorriendole el cuerpo entero, tragó saliva y puso su mente a trabajar, buscando alguna manera de salir ilesa de la situación o por lo menos con daños menores.— ¿Que paso?... porque no dices nada... raro de ti ya que siempre tienes algo de decir y nunca te puedes quedar callada. Esmeralda empezó a reír como una completa lunática, una risa vacía que causaba escalofríos Dayana digna de una película de terror. Leonel se puso de pie rápidamente, dejó su teléfono en altavoz para poder escuchar la conversación y se fue directo a la sala por él teléfono fijo y marco a Octavio quién no tardó en responder y Leonel habló rápidamente. — ¡Octavio una mujer se metió a casa de Dayana y le esta apuntando con un arma! — ¿¡Que!?.– Octavio que estaba en su oficina, empezó a teclear en su computadora buscando el programa de las cámaras de seguridad de Dayana ya que ella l