Oliver estaba un tanto inquieto desde que Dayana se fue, sentado en uno de sus sillones jugando con una navaja, la actitud de ella al ver la foto de que tipo lo tenía un tanto consternado... "¿Será ella la mujer que ese maldito lastimó...? Eso explicaría su actitud, de ser asi... lo más probable es que el hombre que mando deshacerse de Raúl fue Alexander o probablemente su hermano... incluso los padres de ella quizas" Alguien tocó el timbre su casa, Oliver se puso de pie y abrió la puerta, no necesitaba adivinar de quién se trataba, Esmeralda a quién el ya esperaba se encontraba en la entrada de la puerta, llevaba un bonito conjunto de pantalón blanco con abrigo, llevaba su cabello perfectamente recogido en una coleta con un maquillaje ligero, se miraba hermosa, excepto por ese rostro molesto y mirada apagada que tenía. — ¿Qué es lo que quieres Oliver? Sobre que quieres hablar....Esmerada entro al interior como si de su casa se tratara, Oliver cerró la puerta y fue tras de ella
Esmeralda se deshizo del agarre de Oliver y corrió por la navaja, él en cuánto se giró a verla sintió el filo de el metal cortándole el rostro, alcanzó a tomarla de las muñecas nuevamente. — ¡Maldita sea Esmeralda! ¿¡Que carajo te sucede?! ¡Estas loca, necesitas estar encerrada en un psiquiátrico! Esmeralda respiraba con dificultad, consiente que había cruzado una línea muy delicada entre ellos, pero decidida a acabar con él, no dejaría que nada ni nadie se interponiera entre Alexander y ella, se desharía de cualquiera que le estorbara. Ella dobló su pierna y con la rodilla le dio un fuerte golpe a Oliver en la entre pierna, él al sentir el impacto aflojó su agarre logrando así Esmeralda liberarse, lo empujó haciéndolo caer en el suelo de rodillas, fue ahí cuando miró un arma metida en la parte trasera de su pantalón.Todo sucedió bastante rápido, a pesar de que sus manos temblaban y su corazón latía a toda velocidad no se detuvo a pensar las consecuencias de sus actos, Oliver se h
El corazón de Dayana se detuvo, pudo sentir como lentamente pequeñas gotas de sudor recorrían su frente, en cuánto Leonel escuchó el ruido de la puerta volteó a ver a su hermana, lagrimas cargadas de dolor se deslizaban por sus mejillas. — ¡¡Leo!! ¡¡Bajate de ahí!!— ¡¡No des un paso más!!!!Dayana se paró en seco, extendiendo las manos al frente, había empezado a llorar, Leonel se sintió mal de ser la razón por la que los ojos de su hermana derramaran lágrimas, era consciente que dejaría un mar de ellas tras su partida pero el dolor que estaba experimentando le quemaba por dentro. — Leonel porfavor... no vayas a hacer una tontería, piensa en papá, en mamá, en mi... no puedes dejarme sola no te conviertas en otro hombre más de tantos que me falló. — Lo lamento hermana pero no puedo, este dolor me esta consumiendo, traté de ser fuerte en verdad lo intente...— ¡¡Ella no vale la pena!!— ¡Yo la Amaba! ¡La sigo amando apesar de todo, se que es idiota de mi parte pero no es fácil olvid
Tayler estaba en su habitación dormido, vivía en un pequeño edificio de departamentos, el sonido de la puerta lo despertó de sus sueños, le dolía bastante la cabeza y el cuerpo, al parecer había pescado un resfriado, al pasar los minutos los golpes se volvieron más fuertes. De no muy buena gana se puso de pie y fue directo a la puerta, fue una sorpresa encontrarse a Edgar parado en la entrada.— Necesito tu ayuda Tayler, Amanda me está volviendo loco, necesito esconderme de ella un rato ¿Puedo estar aquí? — Claro, pasa. — Podrías prestarme tu celular para mandarle un mensaje, de que estoy ocupado y mi teléfono se quedó sin batería, no quiero que ella le marque a mi padre y empiecen a buscarme entre los dos, en verdad necesito unos minutos de paz— Y apenas se viene lo bueno, estas a punto de casarte con ella... mi celular lo deje por ahí en el sillón iré al baño.— Claro gracias. En cuánto la puerta se escuchó que la puerta se cerró, Edgar tomó el celular de Tayler y rápidamente e
Esa misma tarde Alexander se encontraba caminando por un centro comercial, en cuanto su madre se enteró que Edgar se casaría dentro de muy poco se ofreció ayudar en los preparativos de la boda, le pidió a Alexander ir a una florería en busca de una cotización de arreglos ya que ella estaba con la organizadora de eventos atareada con otras cosas, planear una gran boda como la quería Amanda en cuestión de días era complicado así que aceptó ayudar a su madre en eso. Alexander se detuvo a mirar un mensaje que le había llegado a su celular cuándo un hombre ya un tanto mayor de mediana estatura y un poco regordete se acercó a él. — Alexander Escalante, que sorpresa encontrarlo aquí... – Él aparto su atención de su celular para mirar al hombre que había llegado frente a él, era el padre de Esmeralda.— Señor Ayala, Que gustó verlo— Igualmente joven Escalante... – él hombre trató de aprovechar la ocasión para echarle una mano a su hija.— ¿Estas ocupado esta noche? Porqué no vienes a cenar
El día de la boda había llegado, habían reservado un hermoso salón con jardín al aire libre con vista a la playa, todo el lugar estaba perfectamente arreglado y decorado dando aires de llevarse acabo un evento digno de la realeza. Desde muy temprano Amanda se había ido a arreglarse, fue a un Spa a realizarse faciales y depilación, estaba dentro de la habitación de un lujoso hotel al lado del lugar donde se llevaría acabo el evento, la mujer encargada de arreglarla ya había terminado de maquillarla y peinarla, ella estaba que desbordaba alegría y felicidad, se admiraba frente al gran espejo una y otra vez, ya se había puesto su hermoso vestido blanco esponjoso como el de una princesa, llevaba el cabello suelto con rizos y la acompañaba joyería de primera calidad. Alguien tocó la puerta de la habitación, para después abrir y entrar, eran sus padres acompañados de su tía. — Mi niña no puedo creerlo te vez hermosa.– La madre de Amanda casi llora al ver a su hija, su padre estaba conmo
Amanda estaba que echaba espuma de la boca, no podía creer que Dayana estuviera en el lugar y vestida de blanco también, cada parte de su cuerpo le exigía a gritos deshacerse de ella, cuándo las personas se empezaron a dispersar y ya nadie la felicitaba ella empezó a encaminarse a la mesa en donde estaba Dayana, pero alguien la tomó repentinamente de la mano deteniéndola, al girarse a ver de quién se trataba se topó con unos ojos azules que la observaban con tranquilidad. — Edgar... Dayana esta aquí... — Ven conmigo... Edgar tomó a su ahora esposa de la mano y caminó junto con ella al interior del edificio principal, los demas invitados se estaban acomodando en las mesas que se encontraban en el área donde estaba la pista de baile, que al frente tenía una gran pantalla con animación. — ¡Edgar tenemos que hacer que saquen a Dayana!— ¿Para que la invitaste entonces?.– Edgar ahora le habló algo molesto a Amanda sus acciones eran contraproducentes.— No pensé que tuviera la valentía
Alexander no podía creer que Dayana estuviera en ese momento frente a él, su reencuentro se dio antes de lo esperado.— Alexander... Ee... gracias por llevarme el sábado pasado a mi casa.— ¿Eso es de lo único que te acuerdas?Él sonreía divertido al ver su cara cada vez más colorada, eso sin duda contestó su pregunta, Dayana parecía sumamente nerviosa, jamas la había visto de esa manera, juguetona ansiosa con sus manos mientras en su mirada podía captar un sin fin de palabras atrapadas. — Alex... yo... – Ella no sabía como empezar, además de que se le caía la cara de vergüenza sabia que él era un hombre muy amable y educado, pero tenía miedo a su rechazo. — Te quería invitar a cenar un día de estos... cuando tengas tiempo libre... y puedas... Como agradecimiento por... llevarme a casaAlexander borró la sonrisa que tenía en el rostro, eso hizo que los nervios de Dayana se elevaran hasta el cielo, para el era sumamente sorprendente que ella tomara la iniciativa, él levantó ambas cej