Dayana llegó al lugar en el mejor momento al parecer, llevaba un conjunto de top de tirantes delgados y una falda ajustada que tenía aberturas de ambos lados de sus muslos y un diminuto short en su interior, unos tacones altos negros amarrados a su tobillo; después de mucho tiempo se dejó su cabello completamente suelto, sus rizos caían con naturalidad sobre su espalda y al lado de sus pechos. En cuanto entró empezó a atraer miradas, su conjunto brillaba por las luces del lugar llamando la atención de por donde pasaba, se fue directo a una de las barras con una intensión en mente, embriagarse hasta perder el sentido y sacarse Alexander de una buena vez.Esmeralda notó que la mirada y atención de Alexander estaba en otra parte así que siguió su mirada, a ella sintió que le faltaba el aire al darse cuanta que Dayana estaba en el mismo lugar de espaldas a ellos bebiendo en una barra, la molestia comenzó a crecer en su interior. "Esta maldita es una peste" — Ya vuelvo iré al baño. Esm
Dayana mantenía los ojos cerrados mientras besaba a Tayler lento, él se dejó llevar por uno segundos por la extraordinaria sensación de sus labios, pero cuando apenas cerró los ojos un poco, lo invadió una gran sensación de culpa, recordó que se trataba de Dayana así que rápido la apartó de el y se llevó la mano a la boca para limpiarse, empezó a sentir que sus mejillas ardían de la vergüenza, cuando sus ojos se toparon con Dayana pudo notar una mirada de tristeza mientras lo observaba. — ¡Dayana yo no soy Alexander...! Soy... — ¡Ahh..!. no eres Alexander... lo siento. Una gran sonrisa se dibujó en su rostro de repente, empezó a sonar una canción más lenta, ella aplaudió y pasó rápidamente al lado de Tayler, él la siguió pero chocó con otra chica por accidente, en los que se volteo a disculparse cuando miró a Dayana nuevamente ella ya se había subido a una pequeña plataforma y estaba bailando abrazada a uno de los tubos. — ¡DAYANA! ¡Bajate! ¡¡¡BAJATE!!! Tayler señalaba al suelo m
En auto salió del estacionamiento y desapareció, la llegada de Alexander fue como un regalo caído del cielo, al darse la vuelta para entrar nuevamente miró salir a Esmeralda sumamente ansiosa, fue ahí a la luz de la luna que notó que ella se había sometido a una cirugía de aumento de pechos, el la observo sorprendido. — ¡Alex! ¡¿Alexander donde esta?!Ella había mirado como Alexander salía del lugar de repente, Esmeralda no podía correr por el dolor en su cuerpo pero aún así hizo el intento. Oliver se puso rígido de repente y mintió. — Llego de repente, me quitó las llaves del auto de Dayana y se marchó con ella.— Ella... ¿bebió el agua que te di?— Si.– El arrugo la frente ante tan extraña pregunta.— ¿¡Que?! ¡No! ¡Carajo! Esmeralda salió corriendo directo a su auto, Oliver ni siquiera fue capaz de reaccionar, simplemente no entendía que era lo que pasaba. ....En el auto Alexander manejaba sumamente serio y molesto, Dayana había puesto música y estaba bailando, el la apagó repe
Alexander se encendió al instante, metió una de sus manos en la parte trasera de la cabeza de ella y con la otra la sostuvo por la cintura, el tener su piel bajo sus manos lo sentir completo, esa semana había sufrido bastante extrañando su piel y aroma en cada momento; Dayana no tenía uso de razón completamente, su cuerpo estaba empeñado en sentir placer y solo eso, las manos de ella empezaron a viajar por el cuerpo de Alexander hasta llegar a su entre pierna donde su miembro ya estaba preparado para lo que seguía. En el interior Alexander quería detenerla, era consiente que había sido drogada y se sentía mal de estar con ella en ese estado, más sin embargo al pensar que ella no estando en sus cinco sentidos lo mencionó a él, pidió que Alexander estuviera con ella y no hizo ningún avanze al pensar que él era otra persona lo hizo sentir que no estaba del todo mal satisfacer los deseos de esa mujer que ansiaba tenerlo especialmente a él y a nadie más. Su mente echa un lío se distrajo
El cielo aún se encontraba algo oscuro, la luz del amanecer aún no había empezado a dar sus primeros rayos, Dayana dormía tranquilamente desnuda entre las sabanas, su respiración era tranquila y relajada; Alexander estaba sentado en la cama completamente vestido contemplando su rostro, él era consiente que cuando ella despertara no recordaría nada, su mente estaría nublada por horas, si no es que días, pero tarde o temprano la niebla se dispersaria y terminaría atando cabos de lo que paso esa noche. Él se marcharía, por el momento mantendría su distancia, pero esta vez no era como antes, estaba completamente seguro que se verían de nuevo más pronto de lo que ella pensaba, con sumo cuidado y amor, Alexander acaricio su rostro, pasando los dedos por la suave piel de sus mejillas. — Te dejé ir porque así tu lo quisiste a pesar de que fue en contra de mi voluntad, lo hice porque te amaba en verdad, llegué a pensar que si mi amor te lastimaba no tenía sentido el quererte, pero ahora que
Ya era lunes, el día anterior Dayana se la había pasado todo el día dormida, ya que no quería pensar en lo sucedido el sábado en la noche, pero había llegado el momento de poner esa cabecita a trabajar no podía seguir ignorando que se había despertado desnuda en su cama al día siguiente con rastros de recuerdos de una noche bastante fogosa y que las pastillas para el dolor de cabeza y el jugo de naranja no habían llegado solos al lado de su cama. El día había transcurrido normal, nuevamente era el tema de habladurías por su noche del sábado, pero ella no le daba importancia, cuando iba rumbo al estacionamiento por su auto se topó con Tayler de casualidad, quién al verla sintió su rostro arder y se puso sumamente nervioso. — Hola Tay...— Ehh... hola Dayana.Él estaba recargado en la reja en espera de unos amigos, Dayana notó rápidamente su incomodidad y como parecía estar nervioso.— ¿Que tienes? ¿Porque estás así? Hasta parece que dormimos juntos. Ella bromeó pero Tayler evitó la
Oliver retrocedió un poco, ya se imaginaba porque Dayana estaba ahí, pero todo era un mal entendido que él le trataría de explicar, si es que ella no lo mataba antes. — ¡Tu! ¡maldito malnacido! ¡Me drogaste! La furia de Dayana era inminente, esa voz firme y cargada de odio lo hizo sentir pánico por una extraña razón, en cuánto Dayana empezó a avanzar hacía él, Oliver corrió en reversa estirando sus brazos.— No... Espérate Dayana, puedo explicarlo.— ¡Explicar que! ¡como te atreviste! ¡Confíe en ti! .— Oliver se fue detrás de uno de los sillones, Dayana estaba intentando agarrarlo pero él corria al lado contrario.— ¡Te voy a arrancar las bolas y meterlas en la boca, por drogarme y después tener el descaro de meterte en mi cama!Oliver arrugó la frente la miró sorprendido, él entendía su molestia por lo de la droga, que al final de cuentas a pesar de que no fue del todo su culpa merecía sus insultos pero la otra acusación no era bienvenida.— ¡¿Que?! Oye no esperate... yo no me metí
Oliver estaba un tanto inquieto desde que Dayana se fue, sentado en uno de sus sillones jugando con una navaja, la actitud de ella al ver la foto de que tipo lo tenía un tanto consternado... "¿Será ella la mujer que ese maldito lastimó...? Eso explicaría su actitud, de ser asi... lo más probable es que el hombre que mando deshacerse de Raúl fue Alexander o probablemente su hermano... incluso los padres de ella quizas" Alguien tocó el timbre su casa, Oliver se puso de pie y abrió la puerta, no necesitaba adivinar de quién se trataba, Esmeralda a quién el ya esperaba se encontraba en la entrada de la puerta, llevaba un bonito conjunto de pantalón blanco con abrigo, llevaba su cabello perfectamente recogido en una coleta con un maquillaje ligero, se miraba hermosa, excepto por ese rostro molesto y mirada apagada que tenía. — ¿Qué es lo que quieres Oliver? Sobre que quieres hablar....Esmerada entro al interior como si de su casa se tratara, Oliver cerró la puerta y fue tras de ella