Sostengo el periódico entre mis manos, levando a la altura de mi rostro con la intensión de ocultarme. Empiezo a creer que fue una mala idea, venir al aeropuerto a comprobar que Frederick tome un vuelo de doce horas.Bajo el periódico un par de centímetros para observar a Frederick y a sus padres conversando a los lejos. Sé que no debería estar aquí. Si Frederick llega a notar mi presencia, podría tratar de acercarse.Levanto la mirada en dirección a la pantalla donde exponen la información de los próximos vuelos que despegaran y, por quinta vez, reviso la hora en la que despegará el vuelo de Frederick. Siete horas y doce minutos de la noche. Falta cinco minutos para las seis y empiezo a desesperarme por verlo marcharse.Una mujer se encuentra parada a unos dos metros de Frederick, observándolo con una expresión de desprecio en el rostro. Jamás la había visto, sin embargo, deduzco que se trata de su esposa.- ¿Se puede saber qué haces aquí?La voz de papá me toma por sorpresa
A penas consigo sostener mi vaso de café de Starbucks cuando tropiezo en la acera a solo unos pasos de mi nuevo empleo. Mis rodillas no llegan a tocar el suelo, no obstante, siento que todas las personas a mi alrededor han notado mi accidente y me observan detenidamente.Decido continuar mi camino mientras observo la hora en el reloj en mi muñeca. Todavía tengo diez minutos para llegar y ya me encuentro a una cuadra de “D & H” una famosa revista que trata temas sobre belleza, moda y accesorios, no exclusivamente para mujeres sino también para hombres jóvenes y adultos.Hace apenas una semana que envié mi curriculum y hace dos días recibí la llamada de una mujer que me informó que había sido contratada como asistente del jefe de marketing. Recuerdo que me emocioné tanto que grité al teléfono provocando que la mujer se escandalizara. Me pidió que esa misma ta
Camino de prisa mientras sostengo la Tablet que me entregaron el lunes donde se encuentra el horario del señor Frederick. No fui consciente de la hora hasta que mi teléfono celular sonó con un nuevo mensaje entrante de José y observé la hora, había pasado diez minutos de mi hora de almuerzo y a penas lo noté. Por primera vez en la semana pensé que sería buena idea disfrutar de mi almuerzo en el restaurante justo frente al edificio de mi empleo. Es viernes y en unas horas terminaré oficialmente mi primera semana de trabajo en D&H, sin embargo, me deprimí cuando supe que mi horario de almuerzo también es distinto al del resto y suelo almorzar sola mientras el resto ya ha vuelto a sus oficinas. Los últimos cuatro días disfruté de mi comida en el pequeño comedor dentro del piso donde trabajo, no obstante, decidí que hoy sería diferente y cruzaría la calle hacia el restaurante del que todos en la oficina hablan. Me encuentro cerca de la entrada cuando mi celul
-¡Tío! Lo abrazo por la espalda tomándolo por sorpresa lo cual produce un ligero brinco de su parte debido al susto. Gira su cuerpo para corresponder a mi abrazo y nos mantenemos en esa posición unos segundos. -Te he extrañado. Me toma de los hombros para mirarme fijamente y puedo notar el reproche en sus palabras. Bajo la mirada avergonzada por no haberme puesto en contacto con él desde hace un mes. -Lo lamento. Trato de mirarlo a los ojos, sin embargo, mi tío Daniel toma mi mentón y lo levanta para que muestras miradas se conecten. -Tranquila, sé que estuviste ocupada las últimas semanas. Sus palabras me alivian, ya que ahora sé que no se siente molesto conmigo, no obstante, realizo una nota mental
Al salir del ascensor me encuentro con la misma mujer de cabello rojizo que había visto hace una semana y que nunca más volví a ver hasta el día de hoy. Se encuentra conversando con José mientras observan algo en sus celulares. Ambos están sentados uno junto al otro en el sofá más grande del salón. Me acerco a saludar como cada mañana y en el momento en que José levanta la mirada y nota mi presencia interrumpe su conversación para saludarme. -Buen día, Ayzel. -Buen día, José. La mujer de cabello rojizo también dirige su atención hacia mí y José se percata de que no la conozco. -Ayzel, ella esa Fabianne, es del departamento administrativo. Antes de que pueda preguntar el motivo por el cual un miembro del departamento administrativo se encuentra en el departamento de mar
Puedo sentir los erráticos latidos de mi corazón, mis manos temblorosas y el nerviosismo que nubla mis pensamientos. Sé que esto está mal. Sí papá supiera que estoy en camino a una reunión de noche y a solas con Darien Wrigth, le daría un infarto. Toda la tarde he pasado pensando en mil excusas para no subir al sexto piso del edificio y, sin embargo, ninguna me pareció lo suficientemente buena. Tomo mis pertenencias y las guardo en mi bolso para después colgarlo sobre mis hombros. Al salir de mi oficina volteo a ver hacia la puerta del señor Frederick y me percato que las luces se encuentran apagadas y todo se encuentra en penumbras. Es el primer día que soy la última en salir de la oficina y no puedo evitar sentirme un poco temerosa. Las únicas luces encendidas son las del salón y la del pasillo hasta el ascensor. Mientras me dirijo al ascensor apago el interruptor del pasillo y saco el celular de mi bolso. Enciendo la linterna incorporada en el celular y llamo al a
¿Y de qué querías hablar conmigo?Papá entrega la carta a la camarera de pie junto a nuestra mesa, quien sonríe cordialmente en dirección a papá y se retira después de haber recogido nuestras órdenes de comida.Papá desvía la mirada hacia una mesa vacía junto a la nuestra como si tratara de evitar a toda costa observarme a los ojos. Sé que algo extraño está ocurriendo, papá está nervioso.-Papá, ¿Qué ocurre?Mis palabras parecen hacer reaccionar a papá y gira su cuello en mi dirección.-Hablé con tu tío Daniel, dijo que sospechas que estoy saliendo con una mujer.Debía haber predicho que
-¡Genial!Mantengo la frente sobre mi escritorio por varios segundos como si tratara de recuperarme de todo lo que ha acontecido las últimas horas.Llegué tarde esta mañana, ya que tuve la grandiosa idea de abandonar mi celular en el sofá de la sala de estar anoche y no escuché la alarma.Una parte de mí quiere culpar a Darien Wright por lo ocurrido, sin embargo, la única culpable soy yo por reaccionar anoche de esa manera a un mensaje sin importancia. Simplemente, quería que tuviese su número y actué como una idiota huyendo de un aparato.Hubo tráfico en mi camino hacía aquí, debido a un accidente de tránsito y para finalizar, justamente hoy el señor Frederick llegó temprano y no estuve para recibirlo con su café.Acabo de ser regañada por el jefe, ya que olvid&eac