Dejo caer mi cuerpo sobre la cama con toda la intensión de dormir hasta el día siguiente, sin importarme que la cocina no se encuentre aseada o que mi cabello se encuentre despeinado y todavía lleve puesta la ropa con la que fui al trabajo.
El dolor de cabeza ha persistido por toda la tarde, acompañado de mareos ocasionales y vista borrosa. Estuve esperando noticias sobre la reunión del señor Frederick con Darien y lo único que pude averiguar es que, mi posible exjefe, salió del edificio en su auto alrededor de los cinco de la tarde.
Alessia se veía desilusionada en el momento en que el señor Frederick salió del ascensor y se adentró en la oficina de Alex para pedirle las facturas. Alessia se vio obligada a entregar todos los informes y anotaciones que tenía y usaría durante la reunión con Darien. Todos parecieron sorprendidos de verlo llegar a la oficina media hora
No puedo mover mi cuerpo, siento un peso enorme sobre mi pecho y la cabeza me da vueltas desde hace un par de horas, cuando desperté a causa del malestar.<<Debo ir a trabajar>>Evito imaginar el momento en que tendré que ver llegar al señor Frederick a la oficina con una expresión de satisfacción en su rostro. De seguro me entregará más trabajo del necesario o me pedirá repetir veinte veces informes que realicé hace varios días.Me levanto de la cama sintiéndome débil y mareada, no obstante, me esfuerzo por mantenerme de pie y arrastro mis pies hasta el baño para tomar la ducha que debería haber tomado ayer y que no lo hice por sentirme destrozada y que las palabras “mal hija” se repitieran en mi cabeza una y otra vez.Me deshago de mi pijama y me coloco bajo la lluvia artificial rogando que el agua se lleve mis sentimientos y pensami
Libero todo el aire que he estado reteniendo los últimos treinta segundos, es decir, el tiempo que tardó el ascensor en llegar hasta el piso en donde trabajo.De inmediato me encuentro con la luz proveniente del ventanal a unos quince metros en frente. Es un hermoso con un clima estupendo y un radiante sol que saluda a todos los habitantes de esta ciudad.Guardo mi identificación en el bolsillo de mi chaqueta de cuero falso y me asomo a la sala de estar donde encuentro a José sentado en el gran sofá frente al ventanal. Al levantar su mirada una gran sonrisa asoma en sus labios cuando nota mi presencia y se levanta del sofá para saludarme con un abrazo.- Te extrañé, Ayzel.Correspondo al abrazo y trato de mostrar una sonrisa alegre, sin embargo, sé lo que me espera en el trascurso del día y no puedo sentirme más desdichada.- También te extrañé. ¿De qué me he perdido estos dos días?Seguí las instrucciones de la Doctora Moore y me permití tomar un descanso de dos días
Alessia me observa con confusión en cuanto me observa entrar por la puerta sin haber solicitado permiso para entrar.- Ayzel, ¿sucedió algo?Me acomodo en la silla frente a su escritorio y dejo mi bolso en el piso junto a mis pies.- No, nada.Me niego a levantar la mista y encontrarme con su mirada interrogatorio.- ¿Te volvió a lastimar el señor Frederick?Mi mano viaja involuntariamente hasta mi mentón tratando de descifrar si sus dedos han quedado marcados en mi piel.- No, solamente…Me cuesta trabajo pensar en una excusa válida que justifique mi llegada a la oficina de Alessia.- … necesitaba alejarme del señor Frederick y supuse que tu oficina sería el lugar adecuado.Extraigo el celular del bolsillo de mi chaqueta y lo desbloqueo encontrándome con el mensaje que acabo de enviar a Darien. Sé que apenas han pasado unos minutos desde que detuve la grabación, sin embargo, me siento ansiosa por ver a Darien saliendo del ascensor y caminando d
Me observo una y otra vez para comprobar que todo se encuentre perfecto. Esta noche es mi primera cita con Darien y he tratado de lucir hermosa para él. Me decidí por un vestido de falda larga, con tirante y un escote profundo. El vestido es de un hermoso color azul de Prusia. Llevo tacones de color negro y un peinado que consiste en una trenza cruzando de derecha a izquierda a la altura de mi nuca y el resto del cabello suelto.Recuerdo que cuando tenía trece años papá me había regalado un vestido del mismo color del que llevo puesta esta noche. Se celebraba san Valentín en el instituto y decidí usar aquel vestido ese día. Un muchacho, dos años mayor, se me acercó en el pasillo y me observó por varios segundos. En un principio me pareció extraño que un muchacho me observara en silencio por tanto tiempo, hasta que finalmente de sus labios salió la frase: “Te queda increíble ese color”. Quizá fue la impresión de haber recibido el primer cumplido en toda mi vida que no sea de parte de m
No puedo evitar seguir con la mirada a Darien mientras lava los trastes sucios. Su padre y su hermano se encuentran limpiando el pequeño comedor donde cenaron Dante y la mamá de Darien, mientras que el papá se ofreció a cenar de pie en la isla de la cocina por falta de asientos. Después de terminar de limpiar observo que el papá de Darien se acerca a él sigilosamente y le coloca la mano en el hombro. Empiezan una conversación que no alcanzo a escuchar debido a que me encuentro sentada en uno de los sofás de la sala de estar. Dante se disculpa para ir al baño y desaparece por el pasillo, mientras que la mamá de Darien se acerca a su esposo e hijo para unirse a la conversación. Desvío mi mirada antes de que perciban que estoy tratando de averiguar el tema de conversación y me concentro en observar el paisaje que se vislumbra a través de la ventana frente a mí. De pronto escucho unos pasos acercándose y al girar mi cuello me encuentro con la mamá de Darien sentándose en el sofá junto
Levando la mirada y observo el edificio frente a mí. Doce pisos con cientos de oficinas de empleados que se esfuerzan por construir la mejor revista del país y en el último piso se encuentra la oficina de mi progenitor.Me adentro al edificio cruzando las puertas eléctricas. El lobby es un espacio moderno decorado con grandes plantas y cuatro sofás donde los visitantes pueden esperar.La recepción se encuentra al fondo con dos hombres atendiendo a los visitantes y recibiendo paquetes. Ambos hombres parecen ocupados y decido apresurar mi paso para que no me noten cuando pase a su lado en dirección a uno de los tres ascensores.Al llegar a las puertas del ascensor presiono el botón junto a ellas y espero pacientemente. Treinta segundos más tarde las puertas se abren y dos personas salen del cubo metálico. Ingreso y presiono el botón con el número doce.No puedo evitar comparar el edificio de papá con el de Darien. El edificio de papá no tiene tanta seguridad y cualquier puede usar los a
Barro con la mirada todas las mesas en el restaurante, buscando al hombre a quien más amo en este mundo y cuando lo encuentro, camino directamente hacia él.Papá se levanta de su asiento y me abraza brevemente para seguido depositar un beso en mi frente y regresar a su asiento.- Hola, papá.- Hola, linda.Imito su acción y me acomodo en el asiento frente a él. Una mesa de gran tamaño con un mantel de color vino se encuentra en medio de nuestros asientos.- Espero, no te importe, ordené por ti. Pronto llegará la comida.- No hay problema.Papá toma su celular de la mesa y lo guarda en el bolsillo de su pantalón, mientras me dedico a acomodar mi bolso junto a mis pies.- ¿Cómo estuvo tu semana?- Todavía no me acostumbro a la manera en la que trabaja Alessia. Trato de ser de ayuda, pero ella es independiente y no me necesita.Es viernes en la noche y ha pasado cuatro días desde que Frederick fue despedido y Alessia tomó el cargo de direct
La puerta se abre y soy recibida por la sonrisa más genuina que jamás haya presenciado. El tío Daniel me abraza con entusiasmo y no puedo evitar devolver el gesto.- Hola, linda.- Hola, tío.El tío Daniel cierra la puerta una vez que ambos nos encontramos en el interior de su hogar y juntos caminamos hasta el patio trasero, donde encuentro a papá junto a una gran parrilla asando chuletas de cerdo.Papá camina en mi dirección en el momento en que ingreso en su campo de visión y es el tío Daniel quien lo reemplaza en la parrilla cuidando que la carne no se queme.- ¡Ayzel!Papá me abraza envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello, mientras que procedo a hacer lo mismo con los míos alrededor de su cintura.- Hola, papá.Papá parece querer decir algo, sin embargo, la voz de mi tío lo interrumpe.- Chris, ven. Alguien tiene que preparar las hamburguesas mientras cuido de las chuletas.Papá se dirige a la mesa que se halla junto a la parrilla y em