KAIRALa mirada de Aiden se ha tornado oscura, es como si sus ojos se hubieran vuelto de un azul siniestro hasta llegar a ser negros por completo, las manos me sudan, porque no me ve a mí, es como si hubiese desaparecido del mapa, como si su mente estuviera en otro sitio. Cosa que no me gusta, ya que este nuevo miedo que me enseñó Uriel, hace que me convierta en una niña pequeña e indefensa.Intento hablar, decirle algo más, pero las palabras parecen amontonadas en mi garganta, no importa lo que haga, por más que las empujan no salen.Entonces él comienza a acercarse, este es el momento en el que me pongo en plan defensiva, sin embargo, no lo hago. No puedo.—Aiden —mi voz tiende de un hilo.Su mirada se aparta de las fotos y luego me mira, como si ya hubiera recordado que estoy aquí, en la misma habitación.—Lo siento —susurro una miserable disculpa.—¿Por qué mierda no te metes en tus propios asuntos? —replica volviendo en sí.Me quedo callada. Después de todo, él me ayudó anoche.—
KAIRA—¿Te dijo algo Xander?La pregunta me toma por sorpresa, cierro la puerta y me cuesta trabajo verle la cara cuando anoche él me folló de una manera que me hizo tocar el cielo y el infierno al mismo tiempo.—Siento lo que hice, soy muy curiosa, no es mi intención ocasionar problemas —digo rápidamente.Él frunce el ceño.—Eso no responde a mi pregunta —gruñe.Me muerdo el labio inferior.—Solo dijo que la rubia de ojos grises se llama Lilibeth y que es la mejor amiga de ambos —confieso—. Solo eso.Asiente lento y suelta un suspiro.—Anoche —levanta la mirada—. Solo fue sexo, quiero dejar las cosas claras, fuiste tú quien se me abalanzó primero.Mis mejillas se calientan al recordarlo.—Lo siento —siseo.Hay un grueso silencio entre los dos.—Yo no.Su respuesta me sorprende y hace que mi estúpido corazón lata con fuerza, alzo la mirada y sus ojos se clavan en los míos, hay deseo, intensidad… lujuria.—Pero te repito lo mismo —añade—. Es solo sexo, no tengo la intención de que conf
AIDENElla cree que no la he observado desde que llegamos al gimnasio, pero lo hago, no le he quitado la mirada de encima, no entiendo porqué lo hago, cuando hablé con Xander por la mañana, dijo que era por lo sucedido.Que al saber que Uriel la violó, veo en ella a Lilibeth, pero no es así, porque desde el momento en el que la vi por primera vez, jamás me ha parecido ella, sus ojos azules, más claros que los míos, me atraparon e intrigaron desde el primer momento, no me arrepiento de haberle ofrecido mi ayuda, eso es verdad.Aunque al principio quise liberarme de cualquier atadura que tuviera con ella, por el bien de todos. Y ahora, luego de anoche, sus gemidos no salen de mi cabeza, creo que una parte de mí sabe que lo hago para limpiar mi culpa con Lilibeth.Todos la miraron desde que entró, no soy idiota, pese a hacerlo con discreción porque yo estaba a su lado, lo hacían, tuve que recurrir a todo mi autocontrol para no cometer asesinato. Y el que ella se preocupara por un novato
AIDENGolpeo el costal de arena una y otra vez, no me canso, es la única manera en la que puedo sacar la rabia que siento dentro, Akin y Uriel traman algo, lo sé, lo presiento, la invitación lleva doble objetivo, tenerme a su merced, al final es una completa locura, no me importa, con tal de terminar esto.El campeonato está a la vuelta de la esquina y siento que no me he preparado lo suficiente, por otra parte, entrenar se ha vuelto un asunto pesado, teniendo a Kaira a mi alrededor, en lo único que puedo pensar es en su coño apretado, en su cuerpo desnudo y en sus gemidos diciendo mi nombre.—Es una mala idea.La puerta de mi gimnasio privado se abre de par en par y Xander entra.—¿Desde cuando te has vuelto un puto mandón conmigo? En el pasado era yo quien te pateaba el trasero —dejo claro.—Desde que perdiste la jodida cabeza.Detengo mis golpes y camino por una botella de agua fría.—No estás yendo a esa estúpida fiesta.—Habrá directivos importantes —río sin ganas.La verdad es q
KAIRAAiden no deja de mirarme y creo que estoy mojando mis bragas, es como si me estuviera follando con la mirada, solo que en modo molesto, ya que al mismo tiempo que lo hace con deseo, siento su rabia sobre mí.Me remuevo inquieta mientras estamos dentro de su camioneta, una que es manejada por uno de sus hombres, abro la boca para romper el silencio cuando Aiden se dirige hacia su hombre y cambia de asiento a un lado de mí.—Volteas o te atreves a mirar, y te muelo a golpes —gruñe.—Como ordene, señor.El conductor mantiene los ojos fijos adelante, y Aiden agarra mi rostro con una mano para luego besarme, no, devorar mis labios es la palabra correcta.—Móntame —demanda.—¿Aquí? —abro los ojos como platos—. Pero ¿y la fiesta?—A la mierda eso, tenemos diez minutos y si no te ensartas en mi gruesa polla, me buscaré a otra esta noche —añade y hay algo en su tono que me dice que no miente.No somos nada, novios, pareja, nada de eso, lo dejamos claro, solo es sexo, él podría follar a o
KAIRASalgo del enorme edificio, el aire golpea mi rostro y me abrazo a mí misma, no deberían afectarme de este modo las palabras de Aiden, él no tiene la culpa de nada, después de todo, fue honesto al decir desde un principio que era solo sexo sin compromisos, soy yo quien se está involucrando de más, respiro hondo un par de veces.—¿Qué haces aquí?La voz ronca de Aiden me sobresalta, volteo a verlo mientras se acerca a mí.—Nada, quería tomar aire fresco —miento.Tratando de tragar el nudo que se forma en mi garganta.—Escuchaste lo que dije —apunta metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón—. No quería que lo hicieras.—No importa.Él me mira fijamente.—Conmigo no escondas tus emociones, dije toda esa mierda y actúe de ese modo para no mostrarle debilidad a Uriel —me explica—. Si hubiera dicho que eres mía, o que me excita verte con ese maldito vestido, entonces le daría un impulso para comenzar a joder, cosa que no quiero.Relajo mis hombros.—Entonces lo que dijiste sob
AIDENTodo me da vueltas, en especial luego de haberle confesado algo íntimo a Kaira, y ahora esto, Lilibeth, debí suponer que no se quedaría con la respuesta de anoche, cuando me dijo que ella y su familia querían visitarme, pensé que estaba loca, le dije mil veces que no y ahora la tengo estrangulándome.—No respiro —me quejo.—Oh, lo siento —se aparta de mí y sus ojos se cristalizan—. Creo que me he emocionado.Asiento. Bajo la mirada y noto su redonda barriga.—Te ves muy bien —anuncia.—Y tú muy… redonda.—No acabas de decir eso —pone las manos en jarras.—Vaya, por fin nos volvemos a encontrar.Oliver Strong se acerca y me tiende la mano.—El campeón mundial —le estrecho—. Es un honor.Asiente, es raro vernos y hablarnos de este modo, luego de todo lo ocurrido, pero ya no hay negatividad entre los dos, y al parecer Lilibeth está feliz, sonriente de que los dos hombres más importantes de su mundo están en paz.—¿Mami, podemos pasar?Desciendo la mirada y veo al pequeño Cole, ni s
AKINLa sangre salpica los puños de mi halcón negro, siento que si no hago esto, nunca voy a poder sacarle de la cabeza a esa chica que se le metió en el sistema como un maldito virus, uno que está acabando con el buen juicio de mi hijo Uriel y con la poca paciencia con la que nací.—Padre.Ordeno que lo sigan golpeando, me ha hecho enfadar, iba a irme tranquilo, pero me entero que hace una fiesta sin mi consentimiento, no solo eso, intenta dejar en vergüenza a Aiden King cuando lo único que hizo, es aparentar ser un imbécil.—Más —demando mientras fumo mi puro.La mafia italiana no es un juego, tampoco se trata de parecer débiles y descuidados como él ya nos dejó.—Padre, escucha.Levanto la mano para detener el golpe y esta vez soy yo quien se arremanga las mangas de mi camisa, sin soltar el puro en mi boca. Muevo el cuello con estrés hasta que me paro frente a él.Suelto la primer patada que le da directo en el estómago, se lo advertí, le dije que no me embarrara en esto, que no se