KAIRAMientras el carro en el que me llevan se mueve a gran velocidad, siento que me quitan un gran peso de encima. Me han liberado de las cadenas de Uriel, aunque de pronto toda esa victoria que creo tener, se ve opacada con las últimas palabras que dijo. Fue una amenaza clara.No me doy cuenta de que las manos me tiemblan hasta que es Xander, el primo de Aiden, quien coloca sus manos encima de las mías en un gesto lleno de amabilidad, todo lo contrario al segundo, quien aún sentado frente a mi, evita mirarme.Se ha puesto los audífonos conectados a su celular y permanece con la mirada perdida, encerrado en su mundo.—Tranquila, ya todo está bien —me dice Xander en tono tranquilizador.No respondo nada, incluso estar sentada hace que me duela el coño, Uriel fue brutal anoche, y luego de la clara amenaza se su padre, no me siento segura incluso ahora estando con ellos, con quien mi padre me aseguró que encontraría apoyo. Los minutos pasan con tranquilidad y creo que estoy a nada de pe
AIDENMe congelo cuando escucho lo que más temía, de pronto, los recuerdos del pasado golpean duro en mi mente, la rabia contenida por muchos años, hace que vuelva como disparo de adrenalina, Kaira Cavalli comienza a llorar, se pone de pie y de los tres, soy el primero que sale del comedor. Todo me da vueltas, subo a mi habitación y cierro con cerrojo.El aire me sofoca, porque vi su mirada, era la misma mirada llena de tristeza, de dolor, que Lilibeth me mostró. Siento que mis peores miedos golpean fuerte la puerta de la realidad, me siento en una de las orillas de la cama, cubro mis oídos con ambas manos.Pienso en todo lo que pasó con Lilibeth, con Oliver, los disparos, el abuso que cometí, los excesos, estoy a punto de colapsar, cuando mi móvil vibra dentro de uno de los bolsillos de mis pantalones. Salgo de mi ensimismamiento y saco el aparato, el nombre que resplandece en la pantalla hace que las manos me tiemblen.Y una sonrisa se dibuje en mi rostro, porque después de todo lo
URIELMi pecho sube y baja, la adrenalina recorre todo mi torrente sanguíneo y creo que no voy a soportar el estar un día sin poderla ver, Aiden King es un maldito, no debió meterse donde no le llaman, pero ignoró mis advertencias y ahora tiene algo que solo me pertenece a mí.Miro a mi alrededor, el desastre es claro, todo está desordenado en la oficina de mi padre, quien luego de la pelea, se marchó sin decir una sola palabra. Mejor.Camino de un lado a otro, pensando en cómo recuperarla, podría retarlo de nuevo, pero eso me dejaría ante todos como un mal perdedor, y tengo una reputación que cuidar. Ganó esta batalla, no me va a ganar la guerra.Se supone que sería mía, y ahora no dejo de pensar en sí lo hizo porque le gusta o si en este preciso momento se la está follando duro como me gustaría hacerlo yo. La idea me enferma y aparto de mi cabeza eso.Estoy sirviéndome un nuevo trago, cuando la puerta se abre y es mi padre quien entra, cierra a sus espaldas, mira todo y se queda est
KAIRALos labios de Aiden son suaves, el beso se vuelve efusivo de un modo u otro, he perdido la cabeza por completo, pero no me importa, solo sé que necesito hacer esto porque pensar en lo que me hizo Uriel, solo provoca que mis peores temores salgan a flote, se ha metido en mi sistema.El corazón me palpita con frenesí, las piernas me hormiguean, por un solo segundo creo que me rechazará, que me correrá, no lo hace, me estrecha contra su cuerpo y me sube a la encimera mientras enrollo mis piernas alrededor de su torso.Me penetra la boca con su lengua, de un modo que casi toca mi garganta, me quedo sin aliento, me aferro a sus fuertes hombros hasta que me separa, únicamente para pasar su atención a mi cuello.—No debo —dice succionando la piel de mi cuello.—Lo necesito —susurro contoneando mis caderas contra él.—Mi verga te va a desgarrar —sus manos tocan mis pechos.—Hazme olvidar a Uriel.Son esas sencillas palabras las que arruinan el momento, se congela y se aparta de mi como
KAIRALa mirada de Aiden se ha tornado oscura, es como si sus ojos se hubieran vuelto de un azul siniestro hasta llegar a ser negros por completo, las manos me sudan, porque no me ve a mí, es como si hubiese desaparecido del mapa, como si su mente estuviera en otro sitio. Cosa que no me gusta, ya que este nuevo miedo que me enseñó Uriel, hace que me convierta en una niña pequeña e indefensa.Intento hablar, decirle algo más, pero las palabras parecen amontonadas en mi garganta, no importa lo que haga, por más que las empujan no salen.Entonces él comienza a acercarse, este es el momento en el que me pongo en plan defensiva, sin embargo, no lo hago. No puedo.—Aiden —mi voz tiende de un hilo.Su mirada se aparta de las fotos y luego me mira, como si ya hubiera recordado que estoy aquí, en la misma habitación.—Lo siento —susurro una miserable disculpa.—¿Por qué mierda no te metes en tus propios asuntos? —replica volviendo en sí.Me quedo callada. Después de todo, él me ayudó anoche.—
KAIRA—¿Te dijo algo Xander?La pregunta me toma por sorpresa, cierro la puerta y me cuesta trabajo verle la cara cuando anoche él me folló de una manera que me hizo tocar el cielo y el infierno al mismo tiempo.—Siento lo que hice, soy muy curiosa, no es mi intención ocasionar problemas —digo rápidamente.Él frunce el ceño.—Eso no responde a mi pregunta —gruñe.Me muerdo el labio inferior.—Solo dijo que la rubia de ojos grises se llama Lilibeth y que es la mejor amiga de ambos —confieso—. Solo eso.Asiente lento y suelta un suspiro.—Anoche —levanta la mirada—. Solo fue sexo, quiero dejar las cosas claras, fuiste tú quien se me abalanzó primero.Mis mejillas se calientan al recordarlo.—Lo siento —siseo.Hay un grueso silencio entre los dos.—Yo no.Su respuesta me sorprende y hace que mi estúpido corazón lata con fuerza, alzo la mirada y sus ojos se clavan en los míos, hay deseo, intensidad… lujuria.—Pero te repito lo mismo —añade—. Es solo sexo, no tengo la intención de que conf
AIDENElla cree que no la he observado desde que llegamos al gimnasio, pero lo hago, no le he quitado la mirada de encima, no entiendo porqué lo hago, cuando hablé con Xander por la mañana, dijo que era por lo sucedido.Que al saber que Uriel la violó, veo en ella a Lilibeth, pero no es así, porque desde el momento en el que la vi por primera vez, jamás me ha parecido ella, sus ojos azules, más claros que los míos, me atraparon e intrigaron desde el primer momento, no me arrepiento de haberle ofrecido mi ayuda, eso es verdad.Aunque al principio quise liberarme de cualquier atadura que tuviera con ella, por el bien de todos. Y ahora, luego de anoche, sus gemidos no salen de mi cabeza, creo que una parte de mí sabe que lo hago para limpiar mi culpa con Lilibeth.Todos la miraron desde que entró, no soy idiota, pese a hacerlo con discreción porque yo estaba a su lado, lo hacían, tuve que recurrir a todo mi autocontrol para no cometer asesinato. Y el que ella se preocupara por un novato
AIDENGolpeo el costal de arena una y otra vez, no me canso, es la única manera en la que puedo sacar la rabia que siento dentro, Akin y Uriel traman algo, lo sé, lo presiento, la invitación lleva doble objetivo, tenerme a su merced, al final es una completa locura, no me importa, con tal de terminar esto.El campeonato está a la vuelta de la esquina y siento que no me he preparado lo suficiente, por otra parte, entrenar se ha vuelto un asunto pesado, teniendo a Kaira a mi alrededor, en lo único que puedo pensar es en su coño apretado, en su cuerpo desnudo y en sus gemidos diciendo mi nombre.—Es una mala idea.La puerta de mi gimnasio privado se abre de par en par y Xander entra.—¿Desde cuando te has vuelto un puto mandón conmigo? En el pasado era yo quien te pateaba el trasero —dejo claro.—Desde que perdiste la jodida cabeza.Detengo mis golpes y camino por una botella de agua fría.—No estás yendo a esa estúpida fiesta.—Habrá directivos importantes —río sin ganas.La verdad es q