Capítulo 3

Sara tomó el autobús de regreso a casa mientras hablaba por chat con Oliver. Se bajó una parada antes de llegar y caminó entusiasmada hacia un bosque luminoso que se encontraba cerca de donde vivía. Sus vecinos eran humanos ya que como hemos mencionado antes, ella y su familia no es vista como un peligro para ellos y el lado bueno de eso es que gracias a ese factor es que pudo conocer a Oliver.

Como siempre antes de explorar lugares abandonados, Sara se dirigió a un lugar específico del bosque ya que es el punto de encuentro que tiene con su mejor amigo y ha sido así desde hace un tiempo. Ahí estaba Oliver esperándola.

- ¿Tú no tienes tareas u obligaciones que hacer? - le habló Sara.

- Lo mismo diría de ti y yo no te critico tu tiempo libre.

- Lo digo porque hay veces que yo no puedo salir a explorar, pero tú siempre puedes por lo que he podido ver - lo decía mientras veía su celular.

- Sabes que siempre dejo mis tareas universitarias para último momento.

- ¿Por qué?

- Es más satisfactorio. Se llama ser arriesgado.

- Se llama procrastinar.

Pasaron mucho tiempo hablando de cosas banales mientras comenzaban a caminar por el bosque sin rumbo. Hasta que se detuvieron frente a una casa bastante grande, se podría decir que era una mansión y obviamente estaba abandonada.

- No sabía que habían de este tipo de casas por aquí- se sorprendió Sara.

Oliver rodeó el cuello de Sara con su brazo y la acercó a él para hablarle al oído - ¿Sabes que significa esto?

- ¿Entre más grande la casa más cosas que saquear?

- ¡Exacto!

La casa estaba en mal estado, pero estaba bien cerrada de puertas y ventanas y se notaba que hace tiempo nadie se acercaba por ahí. Valía la pena averiguar si algo valía la pena ahí adentro.

La entrada estaba bastante asegurada, pero con paciencia y mucho sudor de por medio pudieron entrar. El ambiente se sentía extraño en el sentido de que las paredes y suelos denotaban abandono en la propiedad, pero no había ni una sola partícula de polvo.

-Es extraño...

- ¿Dijiste algo? - dijo Oliver.

-Si...se supone que la casa está abandonada.

-No se supone, sucede que lo está - dijo Oliver dando una mirada de obviedad.

-Si está abandonada entonces ¡¿Por qué nada de lo que toco tiene polvo?! - le gritó Sara a Oliver.

A veces Sara se enfurecía con Oliver porque la trataba como estúpida sin siquiera darle la oportunidad de que se explique llegando a subestimarla más de la cuenta quizás porque no la veía como vampiro. No podía gustarle todo de su mejor amigo de todos modos.

- ¡Ash! no sé Sara, quizás estaba súper mega cerrado todo super bien, provocando que el polvo no entre o que se yo.

-No sé, quizás si está todo limpio es porque hay algo valioso en este lugar que cuidar.

- Que lástima que si encontramos eso que es valioso nos lo vayamos a robar- dijo Oliver con mirada perspicaz mientras subía la escalera.

Sara comenzó a reírse de la actitud de Oliver, pero esa sonrisa se le borraría de inmediato al sentir que alguien había pasado por detrás de ella, evidenciando tal acción el hecho de que le golpeó en la espalda una gran ráfaga de aire como evidencia.

Solo una clase de persona podría pasar tan rápido como si fuera lo más fácil del mundo.

Un vampiro.

A Sara de repente un escalofrío le corría por la espalda porque no necesitaba saber de qué rango era este vampiro, ya que, era seguro que cualquier habilidad era mejor que la que ella tenía y por lo tanto no tendría oportunidad para pelear.

Se acercó lo más rápido que pudo a Oliver y lo detuvo a mitad de las escaleras para hablarle en voz baja.

-Creo que no estamos solos - dijo Sara mientras apretaba el brazo de Oliver.

- ¿Humano?

- ¿Crees que estaría así de sigilosa si se tratara de un humano? - contestó Sara.

- ¿Qué hacemos? - dijo Oliver con nerviosismo.

Sara pensó que si corrían hacia la puerta de salida sería muy obvio y estaban en desventaja porque no sabían qué clase de habilidad tenía el vampiro. Sin mencionar que quizás tenía en la mira a Oliver por ser humano.

-Cuando cuente hasta tres subiremos lo que queda de escalera lo más rápido que podamos y entraremos en la primera puerta.

- ¿Y si la puerta está cerrada? - contestó Oliver.

-Entonces ahí tendremos que improvisar.

Sara estaba a punto de contar, pero una vez desconocida comenzó a hablar.

- No es necesario que corran. De todos modos, conozco esta casa como la palma de mi mano.

Sara y Oliver comenzaron a buscar de dónde venía la voz. De repente Oliver miró hacia el techo y se colocó pálido como una hoja de papel.

El dichoso vampiro estaba en el techo flotando como si nada. Era un Letjetis.

-No me sorprende tener un humano por aquí a fin de cuenta esta mansión atrae a muchos de ellos... pero tú, tú no eres humana ¿cierto?

Sara miraba al vampiro flotante y muy en el fondo envidiaba también los que tenían la habilidad de volar. En ciertos escenarios puede ser útil.

-La verdad es que sí, soy un vampiro, pero no pienses que te diré cuál es mi habilidad- respondió Sara mirando fijamente al vampiro.

-No necesito preguntarte, considerando que no tuviste problemas para entrar a mi mansión supongo que eres una Cead .

Sara estaba tan nerviosa que no se había percatado de lo obvio que se podía deducir su habilidad, supongo que influía bastante el hecho de que gran parte de su vida Sara ha estado rodeada de humanos e incluso se sentía como tal ya que así era su estilo de vida. El tener a un vampiro con una notable habilidad la intimidaba, además de que, sabía que ese vampiro no quería solo hablar.

- ¿Qué quieres? - se atrevió a hablar Oliver.

-Considerando que ustedes se metieron a mi casa yo debería ser quién les pregunte eso ¿Querían robarme?

- Pensamos que la casa estaba abandonada- respondió Sara.

- ¿Y eso les da derecho de entrar a mi casa? - se acercaba cada vez más.

-No creo que hiciéramos nada malo - respondió Oliver.

-Como humano es normal que a veces actúes por instinto de descubrir lo que es desconocido para ti, pero tú...- miró a Sara con desprecio.

-¿Que sucede conmigo? - respondió Sara.

-¿Tan aburrida es tu vida siendo una Cead que para darle sentido como vampira utilizas tu habilidad para robar casas? - lo dijo colocándose frente a Sara sin dejar de mirarla a los ojos.

- ¿Si están abandonadas a quien afecta? - volvió hablar Oliver.

-No te dejes engañar por esta vampira chico, si ella tuviera una habilidad mucho mejor que la que tiene ni siquiera te dirigiría la palabra- respondió el vampiro.

Sara no paraba de sentir impotencia y se sentía incomoda de que el vampiro estuviera tan cerca de ella y de Oliver sin siquiera respetar el espacio personal. De apoco comenzó a retroceder junto con Oliver terminando por bajar de las escaleras.

El vampiro dejó de flotar y se colocó frente a los dos amigos. Mirando de pies a cabeza cada detalle de ambos, quizás queriendo recordar bien sus caras y características.

- Bueno, ya sabemos que esta casa no está abandonada, nos iremos y le diremos a los demás para que no lo molesten -dijo Oliver mientras se daba media vuelta en dirección a la salida.

De repente el vampiro se acercó rápidamente hacia Oliver rodeando sus brazos entre su cuello preparado para morder.

-Sería un obstáculo si le avisas a los demás que no pasen por aquí ¿Si no como obtendría comida?

Sara se colocó en posición de pelea dispuesta a darlo todo para que al menos Oliver pudiera escapar rápidamente o al menos generar un poco de distracción. Se sentía impotente por no poder hacer nada más.

A fin de cuentas ¿Que más podría hacer?

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