JessicaThomas pasó por mí como había prometido. Se detuvo ante la cafetería.―Yo voy ―me ofrecí alegre―. ¿Cómo lo van a querer ustedes? Yo lo tomo con menta.―Expreso―contestaron ambos a la vez.Me bajé y enseguida me topé con Rossy.―Oye, tú, deja a Erick en paz, él es mío, ¿me escuchaste? Si te veo cerca de él, te mato.―Déjame tranquila, Rossy ―atiné a responder.―Mira… ―Se acercó y me iba a golpear, pero alguien la detuvo.―Señorita, por favor, aléjese, ya le dijimos que no molestara ―le habló un hombre mezcla de La Roca y Los hombres de negro, con una calma que me aterró.―Ustedes no me mandan ―replicó ella con orgullo.―Por favor, señorita ―repitió y se abrió un poco la chaqueta para enseñarle un arma que me aterró más todavía.Ella lo miró y se alejó un par de pasos, yo iba a volver al automóvil, pero el hombre me tomó con suavidad del brazo. Me asusté.―Debe ir por su café, señorita ―me dijo con voz tranquilizadora. Me llevó al interior del local, mis piernas temblaban.―¿Q
Thomas (Patrick)Me miró con deseo, con sus ojos anhelantes, su boca semiabierta, con su lengua jugueteando en sus labios, sus mejillas sonrosadas y sus manos que presionaron mi muslo. Iba a besarla, pero recapacité y me bajé del auto; si la besaba, no querría parar y un coche no era un buen lugar. Sí, soy un casanova, pero también un caballero y no voy a rebajar a una mujer a hacer el amor en el asiento trasero de un coche, como si no pudiera ofrecerle algo mejor.Ella se bajó, tenía la frustración pintada en la cara y supongo que yo no lo hacía mejor.Caminamos lado a lado hasta el ascensor. Una vez dentro del pequeño cubículo, tomé su meñique con el mío, ella no dijo nada. Salimos, yo la abracé hasta llegar a la puerta de mi departamento.Erick estaba en el sofá, mirando a la nada, cuando nos vio llegar. Se levantó y se acercó a Jessica; la abrazó con fuerza.―¿Estás bien? ¿Fue Rossy? ―preguntó desesperado.―Estoy bien y no sé si fue ella. Solo me asusté.―Creí que te había vuelto
JessicaDecir que hacer el amor con Thomas fue maravilloso sería un eufemismo. Ese hombre se comportó como un verdadero amante, sin prejuicios y con mucha imaginación. Me hizo el amor de maneras deliciosas y nuevas y estaba segura de que tenía muchos más trucos bajo la manga. Tuve cinco orgasmos muy satisfactorios.Después de hacer el amor, conversamos de que aquello no era más que una relación casual. Ambos lo deseábamos, éramos dos adultos que sin complejos nos entregábamos al sexo sin compromiso. Ambos estábamos en la misma sintonía. Creo que él se sintió aliviado y yo también, no me juzgó, algunos creían que las mujeres no podíamos disfrutar sin esperar el anillo en el dedo y eso, siendo muy sincera, era lo que yo menos quería.A las tres de la mañana llegó la despedida.―Menos mal que mañana es sábado, seguro me quedo dormido y se habrían dado cuenta de que estuvimos juntos ―bromeó antes de marcharse.―El lunes te llamaré temprano para que no te duermas, recuerda que debes pasar
Thomas (Patrick)Esa mujer era perfecta. Deseable, hermosa, inteligente y, sobre todo, libre. Entendía que lo nuestro era solo sexo. Cero compromisos, cero ataduras. Aunque era demasiado perfecto para ser verdad… Claro que, en un momento, se me pasó por la cabeza que lo de cero compromisos era solo una treta para amarrarme. Lo descubriría muy pronto, pues si se enojaba porque yo me había ido y la había dejado sola, entendería que no era más que una fachada de mujer independiente. Muchas eran así, incluso las que se habían ido conmigo después de una noche de juerga, decían que solo era sexo y al otro día sacaban su vestido de novia de la cartera.Me llegó un mensaje de ella, lo supe pues le puse un sonido muy particular a su contacto. Vería qué tan enojada estaba.“Gracias por lo de hoy, espero que tu urgencia no sea nada grave, nos vemos el lunes si no me ataca la psicópata de nuevo y tengas que venir a ‘quitarme el shock’.”Un emoticono de pepino y una carita avergonzada. Sonreí.No
JessicaEntré a mi oficina echando humo. Lana me estaba sacando de quicio cada vez más. Esa chica siempre había sido extraña, en realidad, no se llevaba con casi nadie en la oficina, si no la despedía era porque no me gustaba echar a nadie y, además, mientras cumplieran con su trabajo y no hubiera problemas, no tenía por qué prescindir de ningún colaborador, pero Lana se estaba pasando de la raya. Yo sabía que la escena que montó cuando llegó Thomas no fue inocente, ella quería conquistarlo, Rhonda también me lo había dicho, esa chica creía que dándole lástima lo conseguiría, pero él dejó claro ante todos que no estaba interesado en ella. Y me gustó. Sí, el hecho de que yo solo quisiera sexo con él no significaba que quisiera verlo tirándoselas a todas.Sonreí. Thomas, hasta el momento, era solo mío.―Jessica, el señor Lennox al teléfono ―me indicó Rhonda por el intercomunicador.Contesté de inmediato.―Rick, buenos días.―Buenos días, Jessica, ¿cómo estás?―Muy bien, gracias, ¿y uste
Thomas (Patrick)Jamás nadie nos había cuestionado cuando papá y yo coincidíamos en alguna reunión. ¿Hablar en clave? Fue una conversación real, solo que, en vez de decirle papá, le dije Rick, hablamos de él como si fuera otro. ¿O no? Debo admitir que estaba nervioso, Jessica me ponía nervioso, pero no pensé que se notaría. Bueno, mi papá sabía que me gustaba Jessica y al parecer a él también le agradaba. Me miraba, esperaba una respuesta, pero de pronto cambió de expresión y me dio la impresión de que se iba a disculpar.―La verdad es que no sé a qué te refieres ―respondí con liviandad―. Puede ser que te hayas sentido incómoda porque un empleado tuyo hablaba de su padre con Rick Lennox.―Sí, seguro es eso ―dijo más relajada―. Creo que Rossy me tiene paranoica. ―Se bebió el resto del contenido de su vaso.―¿Quieres otro trago?―Tú no puedes beber, me tienes que ir a dejar, ¿o no irás?―Por supuesto, pero puedo pedirle a Brandon o a Stan que conduzcan por mí.―¿Seguro?―Claro que sí
JessicaEsa tal Melissa no me gustó nada. ¿Cómo que prometida? Al menos Thomas le dejó muy claro que ellos no eran nada, porque si hubiese tenido prometida sí me hubiera enojado, no por celos, a lo mejor un poco, pero sí por lo poco hombre de engañar a su mujer. Yo no era ninguna roba maridos ni novios. Por suerte para Thomas, yo no era celosa ni atolondrada, de otro modo, me hubiese molestado mucho la presencia de ella allí.Cuando me tomó de la mano y caminó conmigo, miré a Rick Lennox, estaba segura de que me despediría, pero tenía una cálida sonrisa, como si hubiese estado de acuerdo en la actitud de su protegido. Eso me dejó un poco más tranquila, aunque su madre estaba hecha una furia y seguro que el pobre hombre tendría más de un problema con ella con lo que acababa de suceder. Claro, la del escándalo fue Melissa, no Thomas, él solo le dejó las cosas en claro.Nos subimos al auto de Thomas, él se fue adelante con su chofer y Erick y yo nos fuimos atrás. Todos en completo silenc
Thomas (Patrick)No sé por qué llevé la conversación a ese punto. ¿Hijos? ¿Qué? ¿Acaso quería tener hijos con ella? ¡No! Ambos sabíamos que lo nuestro era solo sexo sin compromiso. Sí, habíamos durado más de lo usual en estos casos, pero por razones obvias; podíamos y queríamos. A las once de la noche, me dispuse a irme de su casa. Le di un largo y caluroso beso.―¿Nos vemos mañana? ―le pregunté.―¿No tienes cosas que hacer? Es 4 de julio, ¿no ibas a almorzar con tu familia o algo así?―La verdad es que sí, tenemos un almuerzo familiar, pero en realidad no tengo ganas de ir. ―Noté un cierto fastidio en su voz.―¿Y qué les dirás?―No lo sé, ya se me ocurrirá algo.―Deberías ir, es tu familia, hace días que no ves a tu papá y le dijiste que ibas a ir. Puedes venir en la tarde si quieres.―¿No te molesta?―¡No! Nosotros no tenemos ningún compromiso, somos solo un pasatiempo, ¿por qué me enojaría?La miré sorprendido, primera mujer que a la que escuchaba decir que una relación era un pa