"Heitor"—Martínez, por hoy es suficiente —ya pasaban de las siete de la noche del viernes cuando Melissa decidió liberarme.—¿Qué? ¿Me vas a soltar más temprano hoy de nuevo? —le pregunté sonriéndole.—Si quieres te dejo una tarea para que hagas, pero yo me voy. Fue una semana cansada, das mucho trabajo.—No, sin tareas, por favor. Yo también estoy cansado. Pero me gustaría agradecerte.—¿Ah, sí? —Melissa se recostó en la silla con una sonrisita de gato que atrapó al ratón.—Sí. Tal vez me arrepienta de decir esto, pero voy a ser sincero, me trajiste de vuelta a la realidad. Estaba descuidando mi empresa y tú me pusiste en el camino correcto de nuevo. Gracias.—¡Te dije que me necesitabas! —Melissa amplió su sonrisa—. Solo por eso te voy a dar el fin de semana libre. Pero nada de llegar con resaca aquí el lunes, ¿entendido?—¡Lo prometo! —levanté la mano y se lo garanticé.Melissa recogió sus cosas y se fue. Tomé mi celular y llamé a Patricio. Salí de la oficina y fui a encon
"Samantha"—Vaya, menos mal que hoy es domingo y el centro comercial cierra más temprano —dijo Manu cuando nos encontramos en la puerta de la tienda donde yo trabajaba.—Ni me lo digas, Manu, ¡mis pies me están matando! —respondí haciendo una mueca de dolor.—Y hoy no tenemos quien nos lleve, Pablo está libre —me avisó Manu.—Qué bueno para él. Ha sido muy amable con nosotras.—Es verdad. Es súper buena gente. ¿Compartimos un taxi? Estoy demasiado cansada para tomar el autobús —propuso Manu y yo di gracias a Dios.—Yo pago el taxi, Manucita. También estoy muerta —salimos riendo.Cuando pasamos por la puerta fuimos rodeadas por Rómulo. Tenía una sonrisa cínica en el rostro. No había notado que estaba allí. Se paró frente a mí y me sujetó del brazo.—Vamos, Samantha, te llevaré a casa y aprovechamos para hablar —dijo Rómulo como si me estuviera dando una orden.—Rómulo, suéltame. No tengo nada que hablar contigo —respondí.—Claro que sí, querida. Vamos, cuanto antes dejes este
"Heitor"Pasé todo el domingo pensando en mi diosa. Pensé en ir a la tienda a verla, pero tal vez no sería buena idea abordarla en el trabajo, así que tuve una idea. Hoy almorcé en casa de mi hermana y ella estaba contando cómo mi cuñado la conquistó. Se conocieron en el colegio y mi cuñado enviaba a un amigo a entregarle notitas con frases cursis, incluso antes de que fueran presentados, y a ella le pareció tan gracioso que le dio una oportunidad.¿Por qué no? Voy a hacer como en los viejos tiempos y usar la idea de mi cuñado. Tomé el celular y llamé a mi sobrino, que contestó con voz adormilada.—Hola, tío. ¿Pasó algo?—Perdón, Enzo, olvidé que te acuestas temprano —dije mirando el reloj y viendo que eran más de las once.—¡Tengo escuela mañana, tío!—Sí, lo sé, pero quiero saber si puedes ayudarme con algo esta semana.—Sabes que te ayudo. ¿Qué es?—Voy a mandar al chofer a recogerte a la escuela. Le avisaré a tu madre.—Está bien. ¡Adiós!Al día siguiente, después de la e
"Heitor"—Martínez, vamos a terminar por hoy —Melissa volvió apresurada después de atender el celular.—¿Pero mi asesora ya está dando señales de cansancio? Pensé que eras más dura —no perdí la oportunidad de provocarla.—No te hagas el gracioso conmigo hoy, Martínez. No tengo tiempo —percibí que Melissa parecía preocupada.—¿Qué pasó, Melissa? ¿Algún problema? —pregunté genuinamente interesado.—Parece que sí, solo necesito ir a casa —Melissa suspiró cuando terminó de recoger sus cosas de mi escritorio.—Está bien. Si necesitas algo, házmelo saber. Estoy a tu disposición.—Gracias, Martínez. Hasta mañana.Melissa salió apresurada y yo me quedé curioso. Decidí llamar a Patricio, pero no me contestó, solo me envió un mensaje diciendo que me devolvería la llamada pronto. Me fui a casa a descansar, la semana apenas comenzaba, pero sería tan sobrecargada como la anterior.Patricio no me llamó, lo que me pareció extraño. Al día siguiente, cuando Melissa llegó, yo la estaba esperand
"Samantha"Pasé toda la semana recibiendo notitas del guapo insensato a primera hora de la tarde. Y yo que pensé que nunca más vería a ese hombre en la vida.Me hizo varias propuestas indecentes, pero todavía no había aparecido en la tienda. Siempre era el sobrino quien traía las notas y desde el primer día le di un sermón y me contó que su tío le había pedido que hiciera esto y me mostró una foto, así fue como supe que las notas eran del guapo.El guapo estaba coqueteando conmigo. Quería ver cuánto tiempo tardaría en aparecer en la tienda, pero me estaba divirtiendo con esas notitas y Enzo era un encanto que terminó pidiéndome algunos consejos para agradar a su novia y a cambio no le contaría a su tío que yo sabía quién me enviaba las notas. Llegaba a la tienda, me entregaba todas las notas del día y yo respondía a cada una. Estábamos jugando con el jugador, mientras el guapo pensaba que estaba siendo astuto, nosotros le estábamos dando la vuelta.Acababa de hacer una merienda con
"Manu"Acababa de atender a una cliente cuando miré en la esquina de la tienda cerca del escaparate y vi al guapo de Samantha observándola en la tienda de enfrente. ¡Ese hombre estaba muy interesado! Me divertí toda la semana con las historias que Sam me contó, las notas que él le envió. Incluso ya conocía a su sobrino y el chico era muy buena gente.Pero iba a aprovechar esta oportunidad para jugar con él. Además, el tipo estaba buenísimo y Sam merecía un chico guapo y buena onda, pero ella tenía miedo después del idiota de Rómulo. Yo le daría un empujoncito.Le envié rápidamente un mensaje a Sam avisándole que él estaba allí, así que no debía dar señales. Y caminé hacia él con mi mejor pose de vendedora servicial.—¿Buscando algo especial, señor?Me miró sin entender y ya listo para mandarme a paseo. Pero pareció pensar en la situación y salió con la excusa de que quería comprar un regalo para su hermana. ¡Ja! ¡No perdería una buena venta y la oportunidad de molestarlo!Entonce
"Samantha"La semana estaba siendo muy buena, ya había hecho excelentes ventas. Manu dejó la tienda donde trabajaba, me contó que hizo una gran venta a Heitor y que al final él la contrató y ella estaba muy feliz. Yo estaba feliz por ella, pero ahora había perdido a mi compañera.Sin embargo, Heitor estaba pasando mucho tiempo aquí en el centro comercial. Aparecía todos los días a la hora de mi descanso y me llevaba a tomar un café. Estaba suplicando por mi número de teléfono y yo me estaba divirtiendo con eso, pues hasta su sobrino ya tenía mi número menos él.El miércoles, Enzo me invitó a almorzar, quería presentarme a su novia, una chica adorable y súper habladora. Después del almuerzo, cuando nos detuvimos en la puerta de la tienda, me dijo:—¡Tía, hermosa! —era tan galante como su tío—. No puedo venir al centro comercial la próxima semana, es semana de exámenes y mi madre me mataría.—Está bien, guapo. ¿Pero por qué me dices esto? —nos llevábamos muy bien.—Porque quiero pe
ATENCIÓN: CAPÍTULO CON CONTENIDO ADULTO EXPLÍCITO."Samantha"Estaba estática. No podía quitar los ojos de su mano acariciando su propio miembro endurecido. Estaba babeando de ganas de sentirlo en mi boca. Él soltó una risa fuerte y me llamó nuevamente.—Si sigues mirándome así voy ahora mismo a tu casa —Heitor amenazó divertido—. Vamos. Muévete, mujer, quiero ver todo tu pijamita.Me levanté y me coloqué frente a la cámara y comencé a girarme lentamente.—Samantha, eres una diosa —dijo Heitor y tomó el celular—. Ahora, ¿te quitas ese pijama indecente para mí? Por favor, déjame verte.—¿Y por qué haría eso? —provoqué.—Porque estoy seguro de que quieres exhibirte para mí. Porque estoy seguro de que también estás excitada. Y porque estoy seguro de que quieres volverme aún más loco por ti.—Tienes muchas certezas.—Y suelo estar siempre en lo cierto. ¿Lo vas a negar?—Tal vez tengas razón.Decidí ser atrevida, de todos modos me gustaba, era cuestión de tiempo hasta que me llev