Lilly Bradley
— ¿Sufrido? No estoy haciendo ningún papel, Lilly. —solté un bufido en señal de que no le creía nada, luego me recargué en el respaldo de la silla. —Estoy hablando en serio. Solo escúchame…—se aclaró la garganta y sus ojos se quedaron fijos en mí. —Cuando terminaste nuestro
Jackson Johnson Entré al restaurante decidido a tomar el asunto del ex prometido. Tenía que dejarle claro que Lilly estaba conmigo, así que llegué a la mesa de Oliver y él sonrió de manera descarada. — ¿Ya te vas? —pregunté, él arrugó su ceño. —Estaré en el bar, ¿Por qué? —pude notar en su mirada la diversión. —Te veo en el bar en unos minutos, hablemos. —él asintió, me giré para tomar mi camino hasta mi cliente, él esperaba en la mesa ansioso. —Pensé que te habías olvidado de mí. —dijo divertido. —No, no, solo fui a revisar unos detalles, entonces, ¿Qué opina de la cena? —Deliciosa, tiene ese toque como si fuere la real comida italiana. —sonreí. —Tengo al personal perfecto. —Sí, y felicidades, señor Johnson, estoy contento de hacer negocios con usted… —le agradecí, platicamos de temas triviales, revisé mi celular y tenía un mensaje de Richard confirmando la llegada de Lilly a su
Jackson Johnson Llegué a mi ático con un dolor de cabeza que hace mucho tiempo no tenía, tenía tantas cosas en la cabeza dando batalla y eso me restó el concentrarme del todo. —Señor Johnson, bienvenido. —saludó el ama de llaves. —Gracias, señora Green. — ¿Quiere que en quince minutos sirva la cena? —negué. —Gracias, pero no tengo hambre. —pude ver en su mirada sorpresa. — ¿Puede guardarlo? —ella asintió lentamente. —Gracias. —Es el costillar que le encanta. —comentó al pasar por su lado, sonreí a su táctica, pero realmente no tenía hambre. —Gracias, pero hoy no cenaré. —Disculpe mi intromisión, pero… ¿Se encuentra bien? —detuve mi camino en el primer escalón, suspiré y miré en su dirección. —Tengo dolor de cabeza, si me da hambre más tarde, yo mismo lo calentaré, muchas gracias por preguntar. — ¿Quiere una pastilla para el dolor? —Gracias, se lo agradezco. —ella c
Lilly BradleyDurante el día en la oficina, adelante todo el trabajo que pude para poder salir un poco más temprano, quería comprar el vestido para el evento anual el sábado, quería verme bonita. Así que para poder salir antes, tendría que hablar con el señor Paige. Me dirigí a la oficina de él, a través de las paredes de cristal, pude ver que estaba solo y concentrado en el monitor de su computadora. Toqué la puerta, él levantó su mirada e hizo una seña con su mano en el aire para que entrara, empujé la puerta para quedar debajo del marco, sinceramente no quería entrar.—Buenos días, señor Paige.—Adelante, señorita Bradley, ¿Qué es lo que necesita? —noté una actitud cargada de frialdad.—Quería pedirle permiso para poder salir una hor
Jackson Johnson Richard me había informado de todo detalle del tema de Paige. Me había cabreado bastante pero él me aseguró que tenía todo controlado y se lo agradecí, había corrido a Efray hace días atrás, ahora había salido otro pero con mayor rango en mi empresa, entonces me había cuestionado si había elegido bien, pero otro pensamiento salió: “¿Estaba siendo bastante obvio con Lilly?” me negué a creerlo, ella no tenía privilegios, estaba a la par con todos los empleados de su piso, fuera de la empresa podíamos hacer lo que quisiéramos… —Señor, me han confirmado la cita con la señora Windsor. —anunció mi secretaria después de organizar la agenda de mañana. —Bien, avisa a Richard que tenga el auto en diez minutos. —Sí, señor. ¿Sería todo? —Sí, gracias Grace. Que descanse. —Igualmente señor Johnson. —luego se retiró dejándome a solas en mi oficina, cerré la lista de las propiedades que había estudiado d
Lilly BradleyMe había quedado sin aire al escuchar sus últimas palabras: “¿Me estaba regalando tremendo departamento?” Sentí un hormigueo recorrerme cada rincón de mi cuerpo. Jackson sonrió al ver mi reacción.—Imposible. —dije, él alzó las cejas.— ¿”Imposible”? —asentí lentamente.—Es muy caro, es muy…—detuve mis palabras al mirar el lugar, para luego mirar de nuevo a Jackson frente a mí. —…Es muy lujoso, no me imagino el costo del mantenimiento. Además, el vestido fue mucho, ¿Imaginas un departamento? No puedo aceptar un regalo así de…grande.—Les daré privacidad. —dijo de repente el hombre que ya no me acordaba que estaba en el mismo lugar.—Gracias, Henry. —dijo Jackson, al confirmar qu
Oliver ChesterLa ansiedad creció en mí con bastante fuerza. Había esperado en el auto bastante tiempo hasta que había visto como la camioneta blindada de Jackson se metió en el tráfico de la noche, los había seguido hasta una casa de modas, casi una hora después salieron para luego dirigirse a un edificio de departamentos llamado: Tower Chippifierld.— ¿Quién vivirá aquí? ¿O es que a este hombre le gusta tener departamentos por cada maldito edificio en la ciudad? —miré el reloj y marcaban las once de la noche. Ya tenían bastante tiempo dentro. Sonó mi celular y sin mirar la pantalla contesté. —Aló.— ¿Dónde estás? —era Michelle, últimamente andaba conociendo la ciudad.—Estoy en la calle.— ¿Pero en dó
Lilly Bradley Estaba sentada en la orilla de la cama observando el vestido que colgaba en lo alto de la puerta, me mordí el labio inferior pensando que era uno de los vestidos más hermosos que había visto, era azul eléctrico de una manga, y caía hasta los pies. Pensé en un recogido y un maquillaje discreto. — ¿Lilly? —escuché la voz de Leah del otro lado de la puerta. —Adelante. —anuncié sin retirar la mirada del vestido frente a mí, la puerta se abrió y apareció Leah, giré mi rostro y la miré detenidamente. — ¿Pasa algo? —Al llegar estaba nuestro padre hablando con Oliver. —Solté un largo suspiro, luego miré hacia el vestido, —No me da buena espina. Le he preguntado a padre que le había dicho pero insiste en que nada y que deje de preocuparme… —Pero te has preocupado más… —Así es…—ella se acercó y se sentó a mi lado. — ¿Y ese vestido? ¿Lo has rentado? —presioné mis labios. —Vaya, Jackson es bueno siendo
Jackson JohnsonSábado por la mañana estaba desayunando en mi ático, mi madre había venido la noche anterior para revisar los últimos detalles del evento, había terminado con un dolor de cabeza que ni la pastilla me lo pudo quitar.— ¿Quiere más jugo de naranja, señor?—preguntó el ama de llaves.—Gracias, pero no, me ha causado un poco de acidez, —ella arrugó su ceño—solo un poco de mermelada, por favor. —ella me entregó un frasco y seguí desayunando en la barra, mientras miré como ella siguió ordenando los pendientes del día. Al terminar, me lavé los dientes y pedí el auto a Richard, ya qué quería ultimar los últimos detalles en el salón para esta noche. Estaba ansioso, nervioso y de lo mismo, el estómago revuelt