Jackson Johnson
Su pregunta me había provocado muchas sensaciones, estas corrían por debajo de mi piel haciendo un fuerte hormigueo y que el corazón latiera de manera frenética, ¿Pero qué está pasando? Yo soy quien quería hacer esa pregunta el sábado por la noche, ya tenía todo listo para hacerlo especial, pero ella…
—No. —dije de repente sin filtro, ella tomó una bocanada de aire y lo retuvo unos segundos, sus mejillas se enrojecieron, soltó el aire lentamente. —Lilly…—ella alzó ambas manos para que no dijera nada.
—Lo sé, lo sé, yo pensé que…—se detuvo ella misma, se pasó una mano por su cuello de manera repetida.
—Espera, espera…— ¿Cómo le dirás que la sexta cita sería pedirle que fuese tu
Lilly BradleyDespués de tener un momento en privado con Jackson, retomé mis labores exactamente a las dos de la tarde, estaba sonriendo como una tonta, “¡Soy la novia de Jackson!” solté un gritito que solo yo podía escuchar y mis pies hicieron un baile debajo del escritorio.— ¿Señorita Bradley? —levanté mi mirada y el señor Paige, estaba debajo del marco de la puerta, me tensé.—En unos momentos le enviaré la información que me ha pedido.—Bien, lo espero. —su postura cambió, luego se retiró, entré al correo y adjunté la información que me había pedido entregar al llegar de almorzar, y aunque no probé bocado, valió la pena no hacerlo. Volví a sonreír como una tonta frente a la computadora. Le di enviar y listo. Cuando llegó
Lilly Bradley— ¿Sufrido? No estoy haciendo ningún papel, Lilly. —solté un bufido en señal de que no le creía nada, luego me recargué en el respaldo de la silla. —Estoy hablando en serio. Solo escúchame…—se aclaró la garganta y sus ojos se quedaron fijos en mí. —Cuando terminaste nuestro
Jackson Johnson Entré al restaurante decidido a tomar el asunto del ex prometido. Tenía que dejarle claro que Lilly estaba conmigo, así que llegué a la mesa de Oliver y él sonrió de manera descarada. — ¿Ya te vas? —pregunté, él arrugó su ceño. —Estaré en el bar, ¿Por qué? —pude notar en su mirada la diversión. —Te veo en el bar en unos minutos, hablemos. —él asintió, me giré para tomar mi camino hasta mi cliente, él esperaba en la mesa ansioso. —Pensé que te habías olvidado de mí. —dijo divertido. —No, no, solo fui a revisar unos detalles, entonces, ¿Qué opina de la cena? —Deliciosa, tiene ese toque como si fuere la real comida italiana. —sonreí. —Tengo al personal perfecto. —Sí, y felicidades, señor Johnson, estoy contento de hacer negocios con usted… —le agradecí, platicamos de temas triviales, revisé mi celular y tenía un mensaje de Richard confirmando la llegada de Lilly a su
Jackson Johnson Llegué a mi ático con un dolor de cabeza que hace mucho tiempo no tenía, tenía tantas cosas en la cabeza dando batalla y eso me restó el concentrarme del todo. —Señor Johnson, bienvenido. —saludó el ama de llaves. —Gracias, señora Green. — ¿Quiere que en quince minutos sirva la cena? —negué. —Gracias, pero no tengo hambre. —pude ver en su mirada sorpresa. — ¿Puede guardarlo? —ella asintió lentamente. —Gracias. —Es el costillar que le encanta. —comentó al pasar por su lado, sonreí a su táctica, pero realmente no tenía hambre. —Gracias, pero hoy no cenaré. —Disculpe mi intromisión, pero… ¿Se encuentra bien? —detuve mi camino en el primer escalón, suspiré y miré en su dirección. —Tengo dolor de cabeza, si me da hambre más tarde, yo mismo lo calentaré, muchas gracias por preguntar. — ¿Quiere una pastilla para el dolor? —Gracias, se lo agradezco. —ella c
Lilly BradleyDurante el día en la oficina, adelante todo el trabajo que pude para poder salir un poco más temprano, quería comprar el vestido para el evento anual el sábado, quería verme bonita. Así que para poder salir antes, tendría que hablar con el señor Paige. Me dirigí a la oficina de él, a través de las paredes de cristal, pude ver que estaba solo y concentrado en el monitor de su computadora. Toqué la puerta, él levantó su mirada e hizo una seña con su mano en el aire para que entrara, empujé la puerta para quedar debajo del marco, sinceramente no quería entrar.—Buenos días, señor Paige.—Adelante, señorita Bradley, ¿Qué es lo que necesita? —noté una actitud cargada de frialdad.—Quería pedirle permiso para poder salir una hor
Jackson Johnson Richard me había informado de todo detalle del tema de Paige. Me había cabreado bastante pero él me aseguró que tenía todo controlado y se lo agradecí, había corrido a Efray hace días atrás, ahora había salido otro pero con mayor rango en mi empresa, entonces me había cuestionado si había elegido bien, pero otro pensamiento salió: “¿Estaba siendo bastante obvio con Lilly?” me negué a creerlo, ella no tenía privilegios, estaba a la par con todos los empleados de su piso, fuera de la empresa podíamos hacer lo que quisiéramos… —Señor, me han confirmado la cita con la señora Windsor. —anunció mi secretaria después de organizar la agenda de mañana. —Bien, avisa a Richard que tenga el auto en diez minutos. —Sí, señor. ¿Sería todo? —Sí, gracias Grace. Que descanse. —Igualmente señor Johnson. —luego se retiró dejándome a solas en mi oficina, cerré la lista de las propiedades que había estudiado d
Lilly BradleyMe había quedado sin aire al escuchar sus últimas palabras: “¿Me estaba regalando tremendo departamento?” Sentí un hormigueo recorrerme cada rincón de mi cuerpo. Jackson sonrió al ver mi reacción.—Imposible. —dije, él alzó las cejas.— ¿”Imposible”? —asentí lentamente.—Es muy caro, es muy…—detuve mis palabras al mirar el lugar, para luego mirar de nuevo a Jackson frente a mí. —…Es muy lujoso, no me imagino el costo del mantenimiento. Además, el vestido fue mucho, ¿Imaginas un departamento? No puedo aceptar un regalo así de…grande.—Les daré privacidad. —dijo de repente el hombre que ya no me acordaba que estaba en el mismo lugar.—Gracias, Henry. —dijo Jackson, al confirmar qu
Oliver ChesterLa ansiedad creció en mí con bastante fuerza. Había esperado en el auto bastante tiempo hasta que había visto como la camioneta blindada de Jackson se metió en el tráfico de la noche, los había seguido hasta una casa de modas, casi una hora después salieron para luego dirigirse a un edificio de departamentos llamado: Tower Chippifierld.— ¿Quién vivirá aquí? ¿O es que a este hombre le gusta tener departamentos por cada maldito edificio en la ciudad? —miré el reloj y marcaban las once de la noche. Ya tenían bastante tiempo dentro. Sonó mi celular y sin mirar la pantalla contesté. —Aló.— ¿Dónde estás? —era Michelle, últimamente andaba conociendo la ciudad.—Estoy en la calle.— ¿Pero en dó