Jackson Johnson
Restaurante club JJ Steakhouse
Llegamos al restaurante a diez minutos de la empresa, repasé mentalmente una y otra vez el motivo por el cual e invitado a mi empleada a comer conmigo, ¿En qué cabeza cabe el que yo, Jackson Johnson, invitara a la nueva administradora a comer conmigo? ¡No eres tú Jackson Johnson!
—Bonito lugar y además huele exquisito… —murmuró Lilly a mi lado mientras seguimos a la anfitriona hasta la mesa privada, lejos de los comensales curiosos.
—Espero no seas vegetariana, ya que en sí la comida principal son los filetes grandes de carne. —automáticamente le retiré la silla para que tomara asiento, ella me dio las gracias, luego yo tomé lugar del otro lado de la mesa para quedar frente a frente.
—No lo soy, —ella respondió diverti
Lilly BradleyDejé el tenedor a lado de mi plato vacío, había quedado llenísima y Jackson se había dado cuenta, pareció que disfrutaba verme comer, supongo que debe de salir con modelos noventa sesenta noventa y que pedían solamente ensalada.— ¿Tienes espacio para el postre? —alcé mis cejas con sorpresa.— ¿En serio? —él arrugó su ceño.—Si quieres si no…— ¡Claro que sí! ¿Qué postres tienen? —pregunté curiosa. —Es que soy alérgica a la nuez.—Solo hay uno de nuez, pero pedí el postre de la casa.— ¿Y cuál es? —ahora tenía más curiosidad.—Es de queso y tiene una capa de mermelada de fresas naturales cayendo sobre todo…— no sé por qu&e
Jackson JohnsonLas puertas del elevador se abrieron en el piso administrativo, ella sin volver a decir algo o despedirse, simplemente se fue dejando una extraña incomodidad en mí, luego presioné el botón en el último piso. Cuando las puertas se abrieron en mi piso, mi secretaria miró sorprendida en mi dirección, sin duda era por verme bajar del elevador de empleados.—Señor Johnson, pensé que iría a comer.—Ya lo hice. Avisa a Richard qué estaré en mi zona privada. —crucé las puertas dobles de mi oficina y me dirigí al elevador de la esquina, ese me llevaría a mi ático que se encontraba arriba. Entré y tecleé mi código de seguridad para subir, un momento después, estaba entrando, me retiré mi americana y la dejé en el respaldo de uno de los sillones, camin&eacut
Lilly Bradley Caminé de un lado a otro por mi habitación, repasando la escena que había hecho Jackson, una sonrisa apareció en mis labios, pude ver su molestia autentica en su mirada, -solté un suspiro- luego negué lentamente. —Espero que con eso Oliver deje de molestarme. —tocaron a la puerta—Adelante. —era mi hermana. —Hey, ¿Qué haces? —preguntó asomando su cabeza por la puerta. —Nada, iba a cenar, leer un poco y luego a dormir. — ¿Y no verás una de tus series? —sonreí. —No, esta vez no tengo humor, ¿Y tú? Milagro que estás en casa. —miré mi reloj. —Es temprano. Pude ver el rostro de Leah que cambió. —Ya saldré a mi hora. No más horas extras ni favores. —le hice una seña para que entrara a la habitación. —Cuéntame. —se sentó en el banquillo de mi tocador, luego tomó aire profundamente para soltarlo lentamente. —Resulta ser que se estaban aprovechando de mi estatus…—levan
Jackson JohnsonMansión de Los JohnsonDi un sorbo a mi copa de vino, Jacob reía de algo que había dicho mi madre, mi padre le siguió de segunda, yo solo pude sonreír forzosamente para no escuchar el regaño de mi madre. Había dos familias que habían llegado a la cena de cumpleaños, eran dos parejas que eran las más cercanas a ellos, así como en parte a Jacob y a mí. Una de ellas, hermana de mi padre.—Dile a tu tía que puede encontrar la casa perfecta en esta zona, —mi padre se había dirigido a mí para que le dijera a mi tía Eleonor, quien había llegado anoche con su nuevo marido a la ciudad, con la decisión de quedarse a vivir aquí finalmente por influencia de mi madre.—Claro, puedo revisar la zona, si tengo la información, te la haré
Lilly BradleyApenas podía controlarme cuando caminé hacia mi auto, tenía un nudo en el centro de mi estómago con el comentario de Jackson, era como si realmente odiara verme. “Hey, yo solo vine a cumplir con el pedido de Máxima” ¿Cómo iba a saber que era su casa? —Espera. —escuché su voz a mi espalda, no podía meter la llave para abrir la puerta de la molestia. —Te estoy diciendo que esperes. Me volví a él.— ¿Qué quiere? —mi tono sonó más duro de lo que pensaba, él se detuvo con algo en la mano, entonces vi que era pastel. —No debió molestarse.—Yo no soy quien te lo manda. —arqueé una ceja.—Me refería a su madre. Ella no debió de molestarse. —él presionó sus labios con dureza, luego lo
Jackson JohnsonMe quedé de pie en el estacionamiento viendo como su auto salía de la casa de mis padres, mi corazón “tum, tum, tum” latió a toda prisa, le mandé un mensaje a Richard para que escoltara discretamente a Lilly hasta su casa, las luces del auto de la camioneta estacionada en la entrada principal, salió detrás unos momentos después.¿Qué es lo que había pasado? ¿Por qué me sentía así con ella? Mi mente empezó a repasar el momento de nuevo, pero este fue interrumpido por mi padre que me había llamado desde la entrada principal.— ¿Está todo bien, Jackson? —me aclaré la garganta y me giré, caminé hacia él y afirmé.—Está todo bien. —subí los escalones rústicos y mi padre me miró entrecer
Lilly BradleyDesperté pensando en Jackson y en ese momento, me negué a seguir con ese tema. Era mi imaginación y solo eso. Era sábado por la mañana y era mi primer fin de semana desde que entré a trabajar. Escuché una discusión a lo lejos, era Leah y mi madre, tiré de la cobija que tenía encima, puse mis pantuflas y salí de mi habitación, y ahí estaban las dos.—No es que no esté cómoda…—Leah se defendió, estaba sentada en el comedor con un periódico en mano y su plato de panqueques a medio devorar, mi madre estaba en la cocina con su mandil puesto y con la espátula en mano señalando a mi hermana.— ¿Entonces? Es un país muy distinto a Inglaterra, no puedes simplemente buscar e irte.—Madre, no hagas eso, ¿Por qué me haces sentir mal?
Jackson JohnsonMansión de Los Johnson Cumpleaños de Isidora de Johnson.No sabía si lo que escuché de su boca, era real o mi mente me estaba jugando una broma.— ¿”Jodidamente atractivo”? —ella asintió sin pena, no le dio vergüenza aceptar sus palabras en mi cara, a su jefe. “Pero no están trabajando, Jackson”— ¿O no te sientes así? —preguntó ella a mi silencio, me aclaré la garganta y no tuve palabras inmediatas para darle una respuesta. —Vaya, Jackson… —soltó sorprendida, se inclinó más hacia a mí al ver mi gesto incomodo al escuchar cómo me había llamado. —Sé qué eres mi jefe, pero no estamos en horas laborales, así que si m