Jackson Johnson
Mansión de Los Johnson
Di un sorbo a mi copa de vino, Jacob reía de algo que había dicho mi madre, mi padre le siguió de segunda, yo solo pude sonreír forzosamente para no escuchar el regaño de mi madre. Había dos familias que habían llegado a la cena de cumpleaños, eran dos parejas que eran las más cercanas a ellos, así como en parte a Jacob y a mí. Una de ellas, hermana de mi padre.
—Dile a tu tía que puede encontrar la casa perfecta en esta zona, —mi padre se había dirigido a mí para que le dijera a mi tía Eleonor, quien había llegado anoche con su nuevo marido a la ciudad, con la decisión de quedarse a vivir aquí finalmente por influencia de mi madre.
—Claro, puedo revisar la zona, si tengo la información, te la haré
Lilly BradleyApenas podía controlarme cuando caminé hacia mi auto, tenía un nudo en el centro de mi estómago con el comentario de Jackson, era como si realmente odiara verme. “Hey, yo solo vine a cumplir con el pedido de Máxima” ¿Cómo iba a saber que era su casa? —Espera. —escuché su voz a mi espalda, no podía meter la llave para abrir la puerta de la molestia. —Te estoy diciendo que esperes. Me volví a él.— ¿Qué quiere? —mi tono sonó más duro de lo que pensaba, él se detuvo con algo en la mano, entonces vi que era pastel. —No debió molestarse.—Yo no soy quien te lo manda. —arqueé una ceja.—Me refería a su madre. Ella no debió de molestarse. —él presionó sus labios con dureza, luego lo
Jackson JohnsonMe quedé de pie en el estacionamiento viendo como su auto salía de la casa de mis padres, mi corazón “tum, tum, tum” latió a toda prisa, le mandé un mensaje a Richard para que escoltara discretamente a Lilly hasta su casa, las luces del auto de la camioneta estacionada en la entrada principal, salió detrás unos momentos después.¿Qué es lo que había pasado? ¿Por qué me sentía así con ella? Mi mente empezó a repasar el momento de nuevo, pero este fue interrumpido por mi padre que me había llamado desde la entrada principal.— ¿Está todo bien, Jackson? —me aclaré la garganta y me giré, caminé hacia él y afirmé.—Está todo bien. —subí los escalones rústicos y mi padre me miró entrecer
Lilly BradleyDesperté pensando en Jackson y en ese momento, me negué a seguir con ese tema. Era mi imaginación y solo eso. Era sábado por la mañana y era mi primer fin de semana desde que entré a trabajar. Escuché una discusión a lo lejos, era Leah y mi madre, tiré de la cobija que tenía encima, puse mis pantuflas y salí de mi habitación, y ahí estaban las dos.—No es que no esté cómoda…—Leah se defendió, estaba sentada en el comedor con un periódico en mano y su plato de panqueques a medio devorar, mi madre estaba en la cocina con su mandil puesto y con la espátula en mano señalando a mi hermana.— ¿Entonces? Es un país muy distinto a Inglaterra, no puedes simplemente buscar e irte.—Madre, no hagas eso, ¿Por qué me haces sentir mal?
Jackson JohnsonMansión de Los Johnson Cumpleaños de Isidora de Johnson.No sabía si lo que escuché de su boca, era real o mi mente me estaba jugando una broma.— ¿”Jodidamente atractivo”? —ella asintió sin pena, no le dio vergüenza aceptar sus palabras en mi cara, a su jefe. “Pero no están trabajando, Jackson”— ¿O no te sientes así? —preguntó ella a mi silencio, me aclaré la garganta y no tuve palabras inmediatas para darle una respuesta. —Vaya, Jackson… —soltó sorprendida, se inclinó más hacia a mí al ver mi gesto incomodo al escuchar cómo me había llamado. —Sé qué eres mi jefe, pero no estamos en horas laborales, así que si m
Lilly Bradley“Volverme loco” esas palabras fue un permiso para hacer lo que estaba deseando hacer, no sé en qué momento ni cuando, pero realmente lo deseaba en este momento. Tomé de las solapas de su traje y tiré de él hacia a mí para atrapar sus labios, había una manera de besar de él que era algo…indescriptible, era como si nunca hubiese besado a alguien, ya que me recordó a mi primer beso, sus labios se movieron contra los míos de manera suave y tierna, sentí cuando puso una mano en mi cintura y la empezó a deslizar hacia el otro extremo, pegándome más a su cuerpo, entonces sentí un bulto contra mi vientre, solté un jadeo de excitación contra su boca, esto estaba cruzando más allá de la línea entre nosotros dos. ¿El lunes como nos veríamos en el trabajo? Ent
Jackson JohnsonElla se fue. Ella había puesto la línea que no puse a tiempo. Por su mirada, ella se mantendría firme del otro lado. Al parecer, yo soy quien la ha cruzado sin darse cuenta. Solté un bufido. Estaba molesto. ¿Por qué lo estás Johnson? Ella merecía darte una bofetada al insinuarle si era una manipuladora.—Maldición… —me quejé entre dientes, solté un puño contra la pared que estaba al lado de la puerta. —Pareces un adolescente. —me pasé una mano por mi cabello arreglado a la perfección, ahora estaba todo desordenado. Miré alrededor de la habitación. “¿Por qué la has traído a tu antigua habitación, Jackson?” esa pregunta retumbó en mi cabeza. Me senté en la orilla de la cama y contemplé por un rato los poster en la pared, mi
Lilly BradleyJackson apretó suavemente mi mano que le había extendido para proponerle ser amigos, realmente no lo veía mal aunque es mi jefe, éramos personas que podían convivir fuera del trabajo de manera normal…“Eso ni te la crees, Lilly”—Jackson—nos soltamos la mano al escuchar a Máxima, él se volvió a ella quién le lanzó una mirada de advertencia. —Ya terminé de hablar con tu madre, —él sonrió a sus palabras.—Bien, bien, —él miró hacia a mí. —Bueno, creo que ya se van, —en mi interior quería decirle que realmente no quería hacerlo, quizás podría quedarme hasta que la fiesta terminara, pero algo en mí interior me gritó con fuerza de que me fuera, así que hice caso a mi instinto.—S
Jackson JohnsonÁtico en New York.Domingo por la mañana y yo sin poder dormir. ¿Era normal sentirse así cuando veía a otra persona? Repasé todo lo que quedó de la noche para pensar y llegar a una conclusión y era: “Atracción”. Debía de ser eso, ya que nunca había conocido a una mujer así como Lilly. No estaba babeando por mí, no estaba haciendo esos ojos de borrego de enamorada y no me daba por mi lado, odiaba a la gente que lo hacía. Pero Lilly, era lo contrario, decía lo que pensaba y eso era algo refrescante. Tocaron a la puerta de mi habitación, al dar el aviso de que podían entrar, entró mi ama de llaves.—Buenos días, señor Johnson, pensé que estaba en el gimnasio. —negué levantándome de mi sillón individual, y