Empresas Johnson
Jackson
Hojeé una y otra vez sin prestar atención, me regresé de nuevo a la primera imagen y me regañé mentalmente que tenía que concentrarme.
— ¿Pasa algo, señor Johnson? —preguntó la jefa de departamento de publicidad. Negué sin levantar la mirada. Terminé de revisar finalmente, y en aprobación afirmé lentamente.
—Está perfecto. Mándalo a imprimir, —miré hacia Melissa, —Qué esté listo todo para distribuirlo a partir del próximo lunes. —ella asintió.
—Sí, señor. —tomó el portafolio de publicidad y se retiró de la oficina. Me levanté de un movimiento, y aflojé mi corbata. Caminé al otro extremo de la oficina, donde se encontraba una herm
Lilly Bradley Quería que la tierra me tragara y me escupiera lejos de ahí. El corazón me latió con fuerza al escuchar que el hombre de la cita a ciegas de Leah, era nada más y nada menos que mi nuevo jefe. “Lilly tú y tu bocota” —Mucho gusto, señor Johnson. —Extendí mi mano en presentación y claro, por educación, pero él no mostró interés en responder, “Apenas vas llegando y ya te despidieron” Sus ojos se clavaron en mi por unos momentos en silencio, hasta la mujer a mi lado, notó lo que estaba pasando. — ¿Jackson? —lo llamó por su nombre y él reaccionó rápidamente. — ¿Sí? —contestó con una pregunta ignorándome. —La nueva administradora se está presentando. No muestres una mala imagen de la empresa, ¿Qué va a pensar? —Que es mi elevador privado. —Máxima soltó una risa. —No seas así, se ha perdido y ha tomado el elevador incorrecto. —Lo siento, no sabía que era privado. No volverá a sucede
Jackson Johnson“—Soy Lilly Bradley y no necesito perseguir a ningún hombre para tener un trabajo.”Sus palabras se habían quedado grabadas en mi mente junto con sus ojos color marrón. Su postura desafiante fue algo refrescante jamás visto en una mujer. Después de haberla escuchado, había salido de su oficina sin decir nada más y lo más sorprendente fue que con el corazón latiendo más rápido de lo normal. “Debió ser la primera mujer que me desafiaba…y supongo que la primera en callarme”—Señor, hemos llegado. —anunció Richard con la puerta abierta de mi lado. Salí de mis pensamientos y bajé, el celular sonó mientras el botones abrió la puerta principal del edificio, caminé con el celular en la mano hasta las puertas del elevador que me llevar&i
Leah BradleyLlegué arrastrando los pies de nuevo a mi habitación, apenas pude dejar mi maletín en la entrada y al llegar al pie de la cama, me dejé caer sobre ella, con los brazos abiertos, rostro contra el cobertor, cerré mis ojos y no quería saber nada nada más que solo descansar. Mi tripa rugió como recordatorio de que no había probado bocado en todo el día, más que el desayuno antes de irme. Solté un largo y pesado suspiro de cansancio.
Lilly BradleyEstaba revisando listas de propiedades de clientes activos. Me había familiarizado de inmediato con las tareas correspondientes y asignadas a mi puesto, estaba bastante entretenida cuando tocaron a mi puerta sin darme cuenta, hasta que se aclararon la garganta. Levanté la mirada y vi a Máxima sonriendo.—Lo siento, no me había dado cuenta que estabas ahí, ¿Llevas mucho tiempo? —ella negó divertida mientras entró a la oficina.— ¿Y todo bien…con el jefe? —el tono que había empleado me molestó pero lo pude ocultar.— ¿”Todo bien”? —pregunté haciéndome la desentendida a su pregunta.—Me llegó el rumor que Jackson vino a intimidarte. —intenté no sonreír a ese rumor.— ¿Intimidarme? —arrugué mi
Jackson JohnsonRestaurante club JJ Steakhouse Llegamos al restaurante a diez minutos de la empresa, repasé mentalmente una y otra vez el motivo por el cual e invitado a mi empleada a comer conmigo, ¿En qué cabeza cabe el que yo, Jackson Johnson, invitara a la nueva administradora a comer conmigo? ¡No eres tú Jackson Johnson!—Bonito lugar y además huele exquisito… —murmuró Lilly a mi lado mientras seguimos a la anfitriona hasta la mesa privada, lejos de los comensales curiosos.—Espero no seas vegetariana, ya que en sí la comida principal son los filetes grandes de carne. —automáticamente le retiré la silla para que tomara asiento, ella me dio las gracias, luego yo tomé lugar del otro lado de la mesa para quedar frente a frente.—No lo soy, —ella respondió diverti
Lilly BradleyDejé el tenedor a lado de mi plato vacío, había quedado llenísima y Jackson se había dado cuenta, pareció que disfrutaba verme comer, supongo que debe de salir con modelos noventa sesenta noventa y que pedían solamente ensalada.— ¿Tienes espacio para el postre? —alcé mis cejas con sorpresa.— ¿En serio? —él arrugó su ceño.—Si quieres si no…— ¡Claro que sí! ¿Qué postres tienen? —pregunté curiosa. —Es que soy alérgica a la nuez.—Solo hay uno de nuez, pero pedí el postre de la casa.— ¿Y cuál es? —ahora tenía más curiosidad.—Es de queso y tiene una capa de mermelada de fresas naturales cayendo sobre todo…— no sé por qu&e
Jackson JohnsonLas puertas del elevador se abrieron en el piso administrativo, ella sin volver a decir algo o despedirse, simplemente se fue dejando una extraña incomodidad en mí, luego presioné el botón en el último piso. Cuando las puertas se abrieron en mi piso, mi secretaria miró sorprendida en mi dirección, sin duda era por verme bajar del elevador de empleados.—Señor Johnson, pensé que iría a comer.—Ya lo hice. Avisa a Richard qué estaré en mi zona privada. —crucé las puertas dobles de mi oficina y me dirigí al elevador de la esquina, ese me llevaría a mi ático que se encontraba arriba. Entré y tecleé mi código de seguridad para subir, un momento después, estaba entrando, me retiré mi americana y la dejé en el respaldo de uno de los sillones, camin&eacut
Lilly Bradley Caminé de un lado a otro por mi habitación, repasando la escena que había hecho Jackson, una sonrisa apareció en mis labios, pude ver su molestia autentica en su mirada, -solté un suspiro- luego negué lentamente. —Espero que con eso Oliver deje de molestarme. —tocaron a la puerta—Adelante. —era mi hermana. —Hey, ¿Qué haces? —preguntó asomando su cabeza por la puerta. —Nada, iba a cenar, leer un poco y luego a dormir. — ¿Y no verás una de tus series? —sonreí. —No, esta vez no tengo humor, ¿Y tú? Milagro que estás en casa. —miré mi reloj. —Es temprano. Pude ver el rostro de Leah que cambió. —Ya saldré a mi hora. No más horas extras ni favores. —le hice una seña para que entrara a la habitación. —Cuéntame. —se sentó en el banquillo de mi tocador, luego tomó aire profundamente para soltarlo lentamente. —Resulta ser que se estaban aprovechando de mi estatus…—levan