Erick Collins.Me encuentro en mi oficina revisando unos reportes de algunos empleados respecto a la construcción próxima que haremos.Hace tan solo minutos Raquel se marchó a la casa, puesto a que estaba cansada y como agotó mi paciencia la dejé ir.También estoy agotado así que no espero a terminar y guardo los documentos en mi maletín para culminar con todo en casa, y salgo de mi oficina sin más. Ya alrededor de esta hora todos los empleados ya se están yendo a sus casas, por eso mismo me encuentro con varios al subirme al elevador.Una vez afuera de la empresa un taxi se detiene frente a mí a los segundos, de éste de bajan una pareja de ancianos. Me acerco con la intención de subirme al taxi, abro la puerta del mismo, pero del otro lado de la calle escucho algo que llama mi atención.— ¡Suéltame! —grita una voz femenina, una totalmente aterrada.Esa voz...Miro en la dirección de donde proviene la voz femenina y confirmo lo que pensé en cuanto escuché el grito.Raquel.Está en la
Capítulo con escenas +18. Si no te gusta leer ese tipo de cosas, sin problema alguno puedes saltarte esa parte. Pero si decides leer el capítulo completo, entonces será bajo tu responsabilidad.<3 <3 <3 <3Raquel Martínez. Me quito el vestido amarillo que llevaba puesto y lo dejo sobre la cama con la intención de envolver una toalla alrededor de mi cuerpo ahora semidesnudo para ir a darme una ducha. Cosa que no hago puesto a que cuando hago un ademán de tomar la toalla que yace sobre mi cama unas manos rodean mi cintura, provocando que dé un pequeño salto por el susto.Giro sobre mi propio eje, encontrándome con unos penetrantes ojos color esmeralda mirándome con auténtico deseo.— ¿Q-Qué es-estás haciendo aquí? —tartamudeo nerviosa por su cercanía.— Quise venir a hacerte un poco de compañía —sonríe con fingida inocencia, recorre con su dedo índice mi cuello, dejando después besos húmedos por el mismo sitio los cuales hacen que mi piel se erice y mi corazón bombee sangre con frenes
Erick Collins. Por la mañana recibí un mensaje de Sabrina —mi secretaria— el cual decía que debía ir a la empresa debido a una reunión donde mi presencia por ser el presidente era obligatoria y la cual admito que olvidé.Así que aquí estoy, rodeado de los ejecutivos importantes de la empresa y de mi padre en el salón de juntas.Todos están hablando sobre algo a lo que no estoy prestando atención, puesto a que tengo mi mente en otra cosa o, mejor dicho, en una persona.Raquel...Ni siquiera entiendo por qué razón pienso en ella, pero simplemente no puedo sacar de mi cabeza a la castaña de ojos color café y para cuándo me doy cuenta todos están levantándose de sus puestos, dando por concluida la reunión.Con una sonrisa fingida le doy un apretón de manos a todos los presentes en la reunión, a excepción de mi padre con quién me quedó hablando un par de minutos. Me despido de él después y antes de irme le aviso a Sabrina que no vendré por unos días y que cancele todos mis pendientes hast
Erick Collins.— Familiares de la señorita... —un doctor sale a la sala de espera, leyendo un nombre en una carpeta en sus manos—. Raquel Martínez.Estoy sentado en la sala de espera del hospital desde hace media hora y en cuanto escucho que dijo su nombre me levanto rápido del asiento y con grandes zancadas voy hasta el doctor.— Yo, soy su... Su novio —miento.Si le digo quien soy y por qué ella está conmigo me verían extraño, puesto a que no todos los días escuchas algo como... "Fui quién la trajo, su padre me la dio como garantía de que me pagaría el dinero que me debe"Poniéndolo así, es algo que suena horrible.— ¿Ella está bien? —pregunto preocupado.— Si —dice, y siento cómo si me quitarán un peso de encima. El alivio cruzó mi pecho—. Afortunadamente sus cortadas no fueron profundas, por lo que no afectó a ninguna de sus venas y no está en peligro —explica con calma—. Pero a consecuencia de la perdida de sangre se encuentra muy débil.— ¿Puedo pasar a verla? —pregungo sin pens
Tres semanas después.Raquel Martínez. Estoy en mi habitación sentada en posición de indio sobre la cama mientras miro un programa sobre animales y quito las vendas de mis antebrazos. Ya las heridas han cicatrizado de forma correcta así que no tiene caso usar más vendaje, y para mí suerte las marcas de las cortadas no son tan visibles, debes acercarte mucho para que se noten unas cuantas.Sigo en la casa en medio del bosque, después del funeral de mis padres Erick decidió que nos quedaríamos un tiempo más ya que estar apartada del ruido de la ciudad según él me haría bien y no se equivocó, este lugar me ha servido para pensar, razonar y sobrellevar la muerte de mis difuntos padres.En la casa ahora estoy solamente con Sandra quién se encuentra abajo probablemente limpiando, mientras que Erick salió por la mañana sin decir a donde iba, pero imagino que está en su empresa.Empiezo a aburrirme en cuestión de segundos así que decido bajar al despacho que el ojiverde tiene acá en buscar d
Raquel Martínez.Debido al susto que me llevo cuando posaron en mi hombro una mano fría claramente de un hombre, me sobresalto y mi respiración empeora en un ataque de pánico.— ¿Te encuentras bien? —preguntó un hombre con una voz un tanto familiar—. ¿Estás perdida? Incómoda muevo mi hombro para quitar su mano de dicho sitio, todavía presa del miedo y lo encaro. No veo su rostro, pero sí la silueta de su alto y corpulento cuerpo debido a la tenue luz de la luna que nos ilumina.— Si, estoy bien, no se preocupe —trato de sonar lo más convincente que puedo— Ya me iba a casa, adiós.Me doy la vuelta y camino dos pasos hacia delante, pero a causa de mi torpeza caigo de bruces en el suelo al tropezarme con algo que debido a la obscuridad no puedo ver qué fue.— ¡Diablos! —me quejo sentándome para limpiar mis manos sucias en mi short.— ¿Qué ocurre? —su voz sale con un toque de preocupación—. No veo nada, dame un segundo.Encendió la linterna de lo que parece ser su celular y después escuc
Antes de que Raquel se perdiera en el bosque y se encontrará con Zack.<3<3<3<3Erick Collins.Me tambaleó hacia atrás producto a la bofetada que recibo por parte de la castaña y la suelto tratando de mantener el equilibrio y no caer mientras la veo salir corriendo por el pasillo. Verla llorar así me hizo sentir pésimo, como el peor hombre de todos, no tuve que haberle dicho esas cosas tan hirientes y tampoco mencionar a sus padres, sé que a ella todavía les duele recordarlos. Pero es que el alcohol en mi sistema no me dió para medir mis palabras ni las consecuencias de las mismas.Intento ir detrás de ella, pedirle perdón hasta que acepte mis disculpas, pero una voz me detiene cuando pienso hacerlo.— ¿A donde crees que vas? —preguntó mi secretaria a mis espaldas.¡Mierda!Había olvidado que ella está aquí.Suspiro cansado, y giro sobre mi propio eje para mirarla.Ella tiene una ceja alzada esperando mi respuesta, mientras cubre su cuerpo desnudo con una de mis sábanas blancas.— De
Raquel Martínez.Zack une nuestros labios en un casto beso, pero no puedo procesar nada, ni el beso ni lo que sucede después ya que todo pasa tan rápido ante mis ojos y en menos de nada veo a mi exnovio en el suelo pasando su dedo por su nariz y éste queda impregnando de la sangre que sale de la misma.Me pongo pálida de solo ver a la persona que lo golpeó, me quedo paralizada sin siquiera pestañear tratando de comprender que diablos hace Erick acá frente a nosotros.— ¡¿Qué significa esto Raquel?! —ladró rabioso.— E-Erick, yo te lo pu-puedo explicar —tartamudeo nerviosa.— ¡¿Qué carajos me vas a explicar, ah?! —sigue gritando—. ¡¿Qué mientras yo estaba preocupado por ti buscándote, tú estabas aquí con este de ofrecida?! Señala al hombre que sigue en el suelo.— Erick eso no es así —me levanto del banco e intento acercarme, pero él dió un paso hacia atrás—. Déjame hablar y...— ¿Para qué? —me interrumpe—. Si no hace falta, ya descubrí la clase de mujer que tú eres, ¡eres una...!Ant