Round 1
Apreté mis manos contra el fierro delante de nosotros. Al primer golpe, (un jab de Jack) mi corazón saltó inquieto. El bullicio era impresionante. Todo era intenso. Mientras pasaban los primeros minutos, Marc me explicaba los golpes, como el jab, el uppercut, el gancho y otros que no recuerdo. Al comienzo, Jack mantuvo distancia, esquivó todos los golpes de su contrincante con su increíble velocidad de pies. Era en serio increíble. No pensé que nadie humano podía moverse con tal rapidez. Se movía de lado a lado dejando a Roy quieto a la mitad del ring. Marc me explicó que Jack es del tipo “estilista” así como lo era Muhammad Ali, boxeadores veloces que son los mejores en el combate a distancia. ¡Y no conectan! ¡Hasta ahora ningún solo golpe del gran meteoro Roy ha conectado a su oponente! ¡Per
Al salir, fue aún más caótico que al entrar. La enorme cantidad de gente agrupada me ahogó. Marc me tomó de la mano para no separarnos. Lo que claramente me puso nerviosa. Cuando por fin hubo más espacio, solté su mano y le dije que debía ir al baño y lo esperaba afuera. Cuando entré había un enorme grupo de chicas hablando de Jack mientras se miraban al espejo. De seguro son las gritonas del club de fans… Entré al baño escuchando todo tipo de cosas vergonzosas. Luego se fueron, y me sentí más tranquila. Ya no se oía el mismo ruido desde el pasillo. Me encontraba sola en el baño ordenando mi cabello. Miré mi celular eran las 8:53. Fue realmente corta la pelea. La celebración fue lo que tomó más tiempo. Al salir de allí, solo quedaban algunos grupos de hombres conversando. Según todo lo
Camino a casa, Marc continuó hablándome de Jack. De él, de Roy y del campeón Mike Foley. De cómo fue esta pelea, y cómo sería la próxima. Y no era el único. Quedaban varios grupos de espectadores en el metro junto con nosotros. Podría jurar que eran las mismas caras que había en la ida. Mentiría si dijese que la conversación me mantuvo igual de entretenida que siempre. No me molestaba saber más del boxeo, y por supuesto no me molesta que sea Marc el que me informe. Pero saber que tantas personas admiran y quieren de esa forma a Jack, es de alguna manera… molesto para mí. Y no logro entender por qué. Supongo que me gustaba la idea de sentirme especial con respecto a este boxeador. A mi salvador. Pero saber lo popular que es, lo posiciona varios mundos más lejos de mí. De mi aburrida realidad como una adolescente normal de
– ¿Tu mamá no estaba? –fue lo primero que preguntó mientras caminábamos por la calle.–No, fue de compras.–Mm… ¿Por eso estabas tan apresurada por salir?– ¿Eh? No, no realmente, solo…–No quieres que te vea conmigo. –dijo antes de que pudiese terminar. Maldición Jack. Siempre me descubre. Eso no es justo.– ¿Qué? ¡No! No es eso, es solo que mi mamá es algo… no sé.No sé qué quería decir realmente. Y no sé qué esperaba él que dijese. Mi cabeza daba vueltas. Si
Algo cambió desde esa tarde. Desde ese día junto a Callen.– ¡Marc! –lo llamé al verlo en la entrada. Rodeado de sus amigos, compañeros de clases míos, como siempre, esperé recibir su saludo también y su cálida sonrisa. Pero fue diferente. Vi a la perfección como todos los que lo rodeaban me miraron fijamente. Y no como siempre, no molestándonos, no riendo, sino que fue con desprecio y me atrevería a decir que fue con odio. Marc volteó a verme apenas lo llamé, reaccionó nervioso, moviendo los labios como si quisiese decirme algo. Pero no lo hizo. Uno de ellos tocó su hombro y le dijo: Vámonos. Todos asintieron y caminaron por el pasillo hacia la sala. Marc bajó la cabeza sin mirarme otra vez. Y no volvió a hacerlo desde entonces.
Mientras más analizo mi vida en los últimos meses, más hilarante se vuelve. Así como pensé que por lo menos vería a Jack el fin de semana, no fue así.Estuve desde temprano en la mañana junto con Maya sentada en el pasto frente al río, esperando encontrarlo por ahí. Pero no apareció. No hasta el domingo en la noche.Mientras veía videos en YouTube el timbre sonó. Eran casi las doce, y Maya comenzó a ladrar. ¿Quién será? Mi mamá tiene llave… Me acerqué a la puerta tratando de ver algo a través de la ventana hacia la entrada. ¡Maya! –escuché una voz. Enseguida Maya dejó de ladrar y lo único que pude ver en la oscuridad de afuera fue su castaña cola moverse de un lado
Algo que siempre me ha dicho mi mamá es que hay que enfrentar las cosas. No huir de los problemas. Las dificultades son parte del camino después de todo. Claro que no es quien para decirme eso, siendo que huyó de mi papá y de toda su antigua vida cambiándose de ciudad así como así. Y trayéndome con ella sin siquiera pedir mi opinión. Tengo todo el derecho de huir yo también, ¿No es así? la diferencia está en que este es un conflicto que, al parecer, inicié yo. Pero aun no comprendo. De hecho, intenté solucionarlo, pero no me dejaron. Ya me había resignado a dejarlo así como estaba, por mucho que no me gustara. Hasta esa tarde, en que las oportunidades se dieron por si solas, y gracias a esa noche junto con Callen, me había dado valor.Volvía de comprar la cena cuando lo
Rumores… divertidos, ¿No? son por lejos la mejor manera de superar la monotonía. Pero detrás de ellos hay razones, y consecuencias. Estos no serían la excepción.Me limité a creer que todo esto lo habían iniciado las chicas de mi clase que me odian profundamente. Y sin preguntarle a Marc, me quede con esa idea. Pero a veces la vida te sorprende.–Entonces… ¿está bien si me acerco a ti en el instituto? –pregunté una vez la conversación sació y se hacía tarde.–Por favor. –respondió Marc enseguida, mostrando unos ojos suplicantes que me parecieron adorables.–¡Marc! –dije, apenas lo v
Era Marc. Sentado en la cama de la enfermería. De espaldas y encorvado. Entré despacio a la habitación vacía. – ¿Marc? –dije, con una voz suave. Levantó la cabeza pero no volteo a verme. Caminé hasta ponerme frente a él, pero volvió a bajar la vista hacia el suelo.–Marc… ¿Estás bien? –pregunté, logrando solamente que moviera la cabeza hacia un lado. Podía ver su rostro deprimido que trataba de esconder. Tomé su cara con ambas manos y lo acerqué a mí. –Marc mírame… –supliqué. Me miró con sus ojos pardo llenos de tristeza solo por un segundo. Luego los cerró mostrando sus bellas y curvas pestañas. Pasé mi mano delicadamente por su mejilla que tenía herida por el golpe que había recibido.