Algo cambió desde esa tarde. Desde ese día junto a Callen.
– ¡Marc! –lo llamé al verlo en la entrada. Rodeado de sus amigos, compañeros de clases míos, como siempre, esperé recibir su saludo también y su cálida sonrisa. Pero fue diferente. Vi a la perfección como todos los que lo rodeaban me miraron fijamente. Y no como siempre, no molestándonos, no riendo, sino que fue con desprecio y me atrevería a decir que fue con odio. Marc volteó a verme apenas lo llamé, reaccionó nervioso, moviendo los labios como si quisiese decirme algo. Pero no lo hizo. Uno de ellos tocó su hombro y le dijo: Vámonos. Todos asintieron y caminaron por el pasillo hacia la sala. Marc bajó la cabeza sin mirarme otra vez. Y no volvió a hacerlo desde entonces.
Mientras más analizo mi vida en los últimos meses, más hilarante se vuelve. Así como pensé que por lo menos vería a Jack el fin de semana, no fue así.Estuve desde temprano en la mañana junto con Maya sentada en el pasto frente al río, esperando encontrarlo por ahí. Pero no apareció. No hasta el domingo en la noche.Mientras veía videos en YouTube el timbre sonó. Eran casi las doce, y Maya comenzó a ladrar. ¿Quién será? Mi mamá tiene llave… Me acerqué a la puerta tratando de ver algo a través de la ventana hacia la entrada. ¡Maya! –escuché una voz. Enseguida Maya dejó de ladrar y lo único que pude ver en la oscuridad de afuera fue su castaña cola moverse de un lado
Algo que siempre me ha dicho mi mamá es que hay que enfrentar las cosas. No huir de los problemas. Las dificultades son parte del camino después de todo. Claro que no es quien para decirme eso, siendo que huyó de mi papá y de toda su antigua vida cambiándose de ciudad así como así. Y trayéndome con ella sin siquiera pedir mi opinión. Tengo todo el derecho de huir yo también, ¿No es así? la diferencia está en que este es un conflicto que, al parecer, inicié yo. Pero aun no comprendo. De hecho, intenté solucionarlo, pero no me dejaron. Ya me había resignado a dejarlo así como estaba, por mucho que no me gustara. Hasta esa tarde, en que las oportunidades se dieron por si solas, y gracias a esa noche junto con Callen, me había dado valor.Volvía de comprar la cena cuando lo
Rumores… divertidos, ¿No? son por lejos la mejor manera de superar la monotonía. Pero detrás de ellos hay razones, y consecuencias. Estos no serían la excepción.Me limité a creer que todo esto lo habían iniciado las chicas de mi clase que me odian profundamente. Y sin preguntarle a Marc, me quede con esa idea. Pero a veces la vida te sorprende.–Entonces… ¿está bien si me acerco a ti en el instituto? –pregunté una vez la conversación sació y se hacía tarde.–Por favor. –respondió Marc enseguida, mostrando unos ojos suplicantes que me parecieron adorables.–¡Marc! –dije, apenas lo v
Era Marc. Sentado en la cama de la enfermería. De espaldas y encorvado. Entré despacio a la habitación vacía. – ¿Marc? –dije, con una voz suave. Levantó la cabeza pero no volteo a verme. Caminé hasta ponerme frente a él, pero volvió a bajar la vista hacia el suelo.–Marc… ¿Estás bien? –pregunté, logrando solamente que moviera la cabeza hacia un lado. Podía ver su rostro deprimido que trataba de esconder. Tomé su cara con ambas manos y lo acerqué a mí. –Marc mírame… –supliqué. Me miró con sus ojos pardo llenos de tristeza solo por un segundo. Luego los cerró mostrando sus bellas y curvas pestañas. Pasé mi mano delicadamente por su mejilla que tenía herida por el golpe que había recibido.
Me costó dormir esa noche. Me desperté exageradamente temprano para abrirle la puerta a Maya que quería salir a hacer sus necesidades. Cerré nuevamente y puse el seguro. Minutos después escuché a mi mamá levantarse. No salí hasta asegurarme de que se haya ido. Tomé una larga ducha caliente y me puse el uniforme. Bebí un enorme café bien cargado para activarme un poco. Lleve mi mochila con los mismos libros del día de ayer. Todo por si de casualidad estaba mi mamá esperándome en alguna parte. Pero no creo que este tan loca. O eso espero…Leí el mensaje de Marc al salir. Estoy en la banca de siempre. La banca de siempre… la verdad es que sentía que había pasado una eternidad desde
Lavé mi cara entre cachetadas furiosas conmigo misma. ¡Basta Emma! Grité en mi mente y salí del baño como si estuviese renovada y decidida. Pero apenas vi el rostro sonriente de Marc, todo se fue a la mierda.– ¿Te parece si pedimos pizza? –dijo. Y de pronto me pareció la cosa más adorable del mundo. Asentí feliz.–Amo la pizza.– ¿Quién no?Y así fue nuestra tarde. Películas y pizza. ¿Qué mejor?Terminamos los dos acostados en su cama viendo la tele. En su pieza ordenada y claramente deportista. Tenía posters pegados en la pared de futbolistas famosos, y uno diferente
Tomar decisiones es sin duda de las cosas más complicadas que tenemos que enfrentar los seres humanos a lo largo de nuestra vida. Y es una realidad: A veces implica decidir por nuestra cuenta. Y sin consultarle a nadie externo lo hace aún más difícil. Y no a todos les gusta enfrentar la realidad, un ejemplo: Yo. Y no es algo porque alardear; de hecho, es algo que debo cambiar. Pero para una estúpida adolescente de diecisiete, que hace solo unos meses acaba de cambiar su ciudad, su relación con sus padres, su instituto, y por ende su vida; es aún más complicado.Y aquí está lo nuevo: Le gusto a Marc. O tal vez no es algo taan nuevo, pero con lo lenta que soy para estas cosas, la verdad es que no me di cuenta. Y aquí va lo estúpido: Yo, una escuálida joven castaña que aún va al institu
–Emma....Su voz resonó en mí como la mejor canción del mundo. La más feliz, pegajosa, bailable y también la más triste y corta venas de todas… y no quería que terminara.Me quedé allí estampada en medio de la calle con mi asombro. Él se acercó a donde estaba y se detuvo frente a mí.–Fui a verte a tu casa, pero no había nadie.–Ya volviste… –fue todo lo que me salió. ¡No me digas Emma! ¡Qué lista eres!–Sí, mi pelea es el próximo viernes.– ¿Y cómo estuvo tu entrenamient