Alexander arrugó el entrecejo y la vio unos segundos, luego dijo:— ¿Por qué la pregunta Olivia? — A veces te alejas a pesar de que tu cuerpo está acá conmigo, como ahora— dijo ella. — Lo siento, no me doy cuenta— dijo él— espero centrarme más en ti para los próximos encuentros. — Está bien, me imagino que está fuera de tu alcance, por eso no estás con ella, pero si un día aparece ¿terminarás conmigo?— preguntó Olivia. — Soy un hombre de palabra, te prometí que uniremos nuestras vidas en matrimonio y cumpliré pase lo que pase— dijo Alex. — ¿Aún ella regrese a tu vida, Alexander?— preguntó ella. — Ella no regresará— dijo él enfático— no tienes nada que temer. Se levantó y dijo:— Voy a llevarte a casa, necesito trabajar. Ella lo siguió, definitivamente él amaba a alguien más y aunque dijera que ella nunca volvería, sabía que él día que apareciera nuevamente en la vida de él, ella lo perdería para siempre, así qué su labor era hacer que la olvidará de una vez y solo pensara en el
— ¿Estás loca? No creo poder ayudarte con eso, Olivia— dijo Samantha. — ¿Por qué no? Siempre fuiste y seguirás siendo mi mejor amiga, que te lo va a impedir, ¿tu esposo? ¿El bebé? — dijo Olivia preocupada— con el primero podemos invitarlo también, y por ésta preciosura, le buscamos una niñera. — Para todo tienes una solución Olivia dijo Samantha riendo— está bien seré la madrina de tu boda. — Me haces la mujer más feliz del mundo amiga— dijo Olivia— ¡Qué más puedo pedirle a la vida! ¡Tengo el amor de mi vida y mi mejor amiga! ¡Dios es bueno! Ahora cuéntame de tí. — Yo me gradué en la universidad, me enamoré y tengo a mi bebé que se llama Samuel— dijo con sencillez. — Lo dices tan simple que me provoca tener un hijo ya con Alex— dijo Olivia— yo no terminé mi carrera, me dio fastidio tanto estudio, así que me dedique a las fiestas, sabes que me encantan y a viajar con mamá, hasta que papá me dijo lo que le sucedía. — Sí, siempre fuiste fiestera,—dijo Samantha— ¿Cómo está tu mamá
— ¿En serio? Extraño, ¿cómo? — respondió Arnold muy tranquilo. — Te conozco muy bien papá— dijo Samantha— y has estado comportando de una manera que no es usual en tí. — Hija, te diré que desde que O'Sullivan habló conmigo en esa reunión, he estado fuera de paso— aceptó Arnold. — ¿No entiendo por qué?— dijo Samantha— es una decisión, latinas o la dejas, ¿eso va afectar tu economía? No, no le des tantas vueltas al asunto. — Tienes razón mi niña, creo que me estoy volviendo viejo y sentimental— dijo Arnold.— bueno te dejo, voy a buscar a tu madre. — Aún hay un par de asuntos que no están claros para mí— dijo Samantha— nos vemos en la cena. Arnold salió pronto de la presencia de su hija, si seguía allí iba a terminar enredado y ya no tendría más remedio que hablar y lo mejor era respetar la decisión de Samantha, ella no deseaba hablar del padre de su hijo, pero el destino estaba jugando cruelmente para mostrarle que no se puede huir del destino,sino enfrentarlo. Alexander esa sem
Esa tarde llegó pronto, Samantha no estaba muy animada para asistir a la famosa reunión con Olivia, en cambio Reginald se sentía muy motivado, era la primera vez que el motivo de sus sueños le invitaba por iniciativa propia a una reunión íntima, para él era un paso gigantesco en su deseo de formar parte de la vida de ella. Olivia al igual que Reginald estaba entusiasta, para ella sería su fiesta privada, ya había arreglado todo con una de las empleada doméstica para un bono extra para atender al hijo de Samantha, había buscado unos juegos para animar la estadía de su reducido número de invitados. Alexander, estaba buscando una excusa para cancelar su asistencia a dicha reunión, cada día que pasaba y conocía más a Olivia, se arrepentía de haber caído en el juego de matrimonio por negocio, esa chica parecía sanguijuela, hasta el momento la había mantenido a raya, pero ya no tenía más argumentos para el rechazo, al final era su prometida. Reginald estuvo puntual en casa de Samantha,
Samantha caminó detrás de Alexander y su mente ya iba creando una historia B para alejarlo definitivamente de su vida, el resentimiento en su corazón estaba muy alto y vivo y no estaba dispuesta a dejarse convencer, menos ahora que estaba Olivia de por medio. Alexander pensaba en escoger las mejores palabras para que ella lo comprendiera y pudiera escuchar y aceptar su historia. — Samantha,— comenzó Alexander— esa noche después de dejarte, recibí un mensaje de mi madre con la noticia que papá había sufrido un infarto y el celular lo perdí en el taxi, no me pude comunicar contigo al día siguiente, cuando logré 4recuperar la información en mi nuevo celular, no contestabas mis llamadas. — Alexander, no contesté tus llamadas porque me sentía avergonzada después de recuperar mi conciencia y estar sobria— explicó ella— estaba herida porque Tony en mis narices me cambió por Marleny, así que lo que se me ocurrió fue volver a casa y olvidar el bochorno de haberme entregado a tí en medio de
Una hora tardó Alexander viajando hasta donde vivía su amigo Tony Rizzo, tenía la necesidad de que su amigo le ayudara a encontrar una explicación a la ilusión que había crecido en su corazón cuando Samantha se había acostado con él. Tony estaba esperando a Alexander, ya que cuando lo vio llegar salió a su encuentro, realmente se veía con una carga emocional bastante grande, le pasó la el brazo por la espalda y le dijo palabras de confort. — A ver mi querido amigo; ¿que está sucediendo? Me preocupa ver tu rostro compungido, al parecer tienes un dolor grande. Alexander que venía con su corazón apretado no aguantó más y lloró como un niño que ha perdido algo muy preciado. Tony solo le pasaba la mano por la espalda en señal de consuelo. — Desahogate amigo, es bueno limpiar el alma— dijo Tony. — Me siento fatal amigo, no entiendo qué sucedió con Samantha, se supone que estaba enamorada de mí, hicimos el amor, y ahora dice que solo fue una noche de copas— le dijo Alexander— me detes
Simone miró a Arnold y éste se alzó de hombros, y ella dijo:— ¿Te das cuenta, de todas las vueltas que diste para ir a enamorarte del hombre que huiste, para evitar el matrimonio por negocios?— dijo Simone meneando su cabeza de un lado a otro. — ¿Estás diciendo que Alexander O'Sullivan es el hombre con quien buscabas formar una alianza comercial?— preguntó Samantha con curiosidad. — Así es Señorita terquedad— dijo Simone— y ahora eres madre soltera y con un hijo que es de él, me imagino que no deseas estar con él, porque de burló de tu amor. — Supones bien mamá— dijo Samantha— no quiero que se me acerque. — Ahora entiendo porque estás metiendo a Reginald en tu cama— dijo su madre— ese muchacho es un pobre diablo, nada digno de ser tu marido, mucho menos el padre de mi nieto. — Mamá, yo soluciono mi vida, por favor dejame en paz— terminó diciendo Samantha. Salió de allí dejando a sus padres sin más que decir, estaba enojada por haber reconocido delante de ellos que si hijo era h
Alexander miró a Simone Martin por unos segundos y luego dijo:— Es lo que más anhelo en mi vida señora, pero tengo mi palabra con Olivia, quien no tiene la culpa de lo que sucedió entre Samantha y yo. — Entonces tu palabra está por encima del amor y tu responsabilidad como padre— dijo Simone levantándose de su asiento— que decepcionada me voy, mi hija entonces tiene razón, mejor que Reginald Lambert le de el apellido a Samuel y se olvide de tí para siempre. Alexander al ver que Simone Martin pensaba salir dijo:— ¡Espere un momento! Usted tiene razón, debo velar por mi hijo, iré a hablar con Samantha y me casaré con ella, es mi responsabilidad atender a mi familia. La mirada de triunfo se apoderó de Simone quien habló diciendo:— Esa respuesta me gusta más— y preguntó con interés— ¿Que harás con Olivia Walsh? — También voy a solucionar eso— dijo Alexander con resolución. Simone salió complacida del despacho de Alexander, en la sala estaban los padres de él y ella ahora habló c