Madelaine
Veo a Nathan escapar de mí, de la realidad, de lo que pasó entre nosotros. No soy una estupida, sentimos lo mismo con ese beso, le gusto, puedo verlo en la forma en que me mira, en sus gestos, en la manera tan especial en la que me trata. Es un hombre y yo soy una mujer, no veo el problema por el cual no podamos aunque sea intentarlo. ¿Su mierda? Yo soy quien decido si quiero pasar por eso o no.
Si tan solo supiera todo lo que experimenté cuando sus labios estuvieron en los míos, como mi cuerpo reaccionó al suyo, como sentí estremecerme por completo y las ganas de continuar que me abordaron. Nunca había sentido algo igual por un hombre, todo lo que Nathan me hace capaz de experimentar, es casi nuevo para mí y quiero explorarlo. Ahora que mamá no está, quiero seguir su
NathanObservo con atención la lápida de Eleanor, esperando sentir todo lo de la última vez con solo ver el pedazo de piedra, y aunque la culpa sigue persistente en mí, una imagen más nítida de mi presente opaca todo lo que compartí hace años con ella, me duele no sentir nada por ella ya, quiero recordarme a mí mismo que ella sigue ahí, como un buen recuerdo al menos.Levanto la mirada para ver a Madelaine a unos metros, serpentea entre las tumbas entreteniéndose en lo que yo decido terminar. Estos últimos días he cometido el error de dejarla entrar en mi vida, no debí hacerlo, no es prudente, pero cuando me mira con sus grandiosos ojos se me hace imposible negarle nada.No se ha opuesto a que viniér
MadelaineNo sé qué me sucede, pero no puedo controlar mi cuerpo, mis deseos más primitivos, lo único que quiero es que Nathan me tome en sus brazos, que me haga su mujer.Sentí su presencia, incluso antes de que lo descubriera en el espejo, en ese momento algo se apoderó de mí, quise provocarlo, seducirlo, así que me desnudé, me mostré tal cual como soy y los resultados fueron los esperados. Dudé mucho en decidir si seguirlo o no, pero luego supe con toda seguridad que quiero estar con él, quiero experimentar mi primera vez con el hombre que me envuelve con su oscuridad.Y ahora lo tengo frente a mí, en la más íntima de las posturas. Su pecho sube y baja a causa de la respiración agitada, mi
NathanSentirla de forma tan cercana e íntima, es un sentimiento sin palabras. Juro que he fantaseado con ella muchas veces, pero nada comparado con el verdadero placer de verla moverse sobre mí, follándola, como la más hermosa de las diosas, un poco torpe pero es lo que la hace especial, su inocencia, su inexperiencia.Cuando me ha dicho que era virgen sentí que mi alma volvía al cuerpo, me sentí un idiota por pensar en ella como una vez lo hice y me maldije a mí mismo por interpretar mal las cosas. Ahora ella es mía, de nadie más, y nada me gustaría tanto como el poder mostrarle miles de formas de hacerle el amor, lamentablemente no tengo la movilidad para hacerlo y eso me frustra.Yo debería estar haciénd
ChandlerEse momento en el que te das cuenta que alguien verdaderamente no es para ti, es lo peor que se puede experimentar. El sentimiento de decepción y de rabia que he sentido al verlos juntos en la ducha, es desgarrador. No vi nada comprometedor, el cristal estaba empañado pero no hay que ser muy inteligentes para interpretar la posición en que ambos estaban y por supuesto, el gemido de Madelaine.La he perdido y me duele, porque tenía la esperanza de ser correspondido. Desde el primer día en que la vi, desorientada y asustada frente a Jeremy, quise tenerla en mis brazos y darle todo lo que me pidiera. Ahora soy un miserable perdedor, ante el mismo rival de toda mi vida. De alguna u otra forma Nathan siempre me ha arrebatado las cosas que siempre he querido, chicas, oportunidades de estudios y trabajo, la atenci&oac
Madelaine—Me alegra que por fin hayas accedido a hablar conmigo, Madelaine —dice Jacob con una sonrisa que pretende ser cálida pero que a mí no me convence nada. Me quedo completamente seria ante él y nota que esta no es una cita de placer precisamente.—Si decidí hablar contigo ha sido porque eres demasiado insistente y ya quiero quitarte de encima.—Soy tu padre —me reprocha y me rio con cinismo.— NathanMadelaine frunce el ceño ante la mención del compromiso de Chandler. Es obvio que no lo sabía, no solemos hablar de todo lo que destruyó mi accidente, porque sí, cargo la culpa de esa ruptura para variar.— ¿Ex prometida? No sabía que se iba a casar —mira a mi hermano otra vez, que sigue perdido en su estado etílico.—Hay muchas cosas que no sabes todavía —murmuro y ella asiente—. Ella lo dejóCapítulo 51
MadelaineDeslizo mi bata por mis hombros, dejándola caer en el piso y quedando completamente desnuda. Siento su mirada abrasadora en mi espalda, sé que está ahí, siempre me observa y finjo que no me doy cuenta.El olor amaderado de su perfume llega hasta mis fosas nasales y sonrío, me encanta todo de él, su olor, su mal humor, su oscuridad, su trauma, su pasión, su forma retorcida de contemplarme, como me hace el amor y luego quiere alejarse; sus miedos, sus inseguridades, su locura. Todo forma parte de él, todas crean a Nathan, y yo lo amo a él, con todo lo que conlleva.Alucino de sólo pensar en cómo me enamoré de él en dos meses, simplemente sucedió sin previo aviso y ahora estoy atada por mis sentimien
Nathan¿Por qué tuvo que decirlo? Estábamos bien, no era necesario expresarlo en voz alta, pero no fue su culpa, fue la mía por permitir que esto fuera a más, por mi egoísmo dejé que se enamorara de mí y ahora debía deshacerme de ella. No puedo condenarla a una vida así, a esto, a mi día a día. No soportaría verla en las mañanas despertar y tener que cuidar a su pareja paralítica.Muero por dentro al verla marcharse por las cámaras, deseo ir tras ella y rogarle que me perdone, que se quede conmigo, pero yo también la amo y cuando se ama no se castiga. Confiaba en que lo suyo fuera solo un capricho, en que se hartaría pronto y me dejaría, pero ella se involucró tanto como yo lo hice y todo ha colapsado.