Nathan
Observo el sol brillante desde el balcón de mi habitación, abajo en la calle la gente disfruta del cálido día que hace y las risas de los niños es molesta y satisfactoria a la vez. Es tan raro ver cómo el mundo continúa su curso mientras tú te ahogas como si fuera el final de tus días. Supongo que cada quien vive su vida de forma diferente.
Degusto en mi paladar el fuerte y amaderado sabor del whiskey escocés que Chandler me regaló mi cumpleaños pasado, hace hoy exactamente un año. Otro año más donde me encerraré en casa y no veré la luz, porque ¿de qué vale cumplir años cuando no tienes razón de vida? Sería hipócrita de mi parte celebrarlo, pero mi familia no comprende eso. Cada añ
MadelaineEl día ha llegado y los nervios que siento no me dejan ni respirar. Me voy a volver loca de continuar así, quiero correr, escapar. Todo el peso de la realidad me ha golpeado fuerte y sin compasión. Son apenas las ocho de la mañana, el día apenas comienza y ya estoy muriendo por la ansiedad.Son muchas las cosas que pasarán esta noche: pagaré una enorme deuda, conoceré a mi comprador y perderé mi virginidad, esa que he guardado, celosamente, por años. No puedo creer que sucederá y más de esta forma. Me tiembla todo el cuerpo de solo pensarlo, no sé cómo comportarme, tengo mucho miedo.Gisselle me ha dado algunos tips para que pueda pasarla más o menos bien cuando suceda. Me ha enseñad
MadelaineSoy arrastrada, prácticamente, por Jeremy entre las personas. El lugar está abarrotado y todos lucen bien adinerados. Al fondo veo la mesa de comida, Alfred cumplió el reto e hizo lo mejor que pudo con el equipo de la cocina, entregando a las seis de la tarde, diez bocadillos distintos de cien unidades cada uno. Es el mejor de todos y sé que han quedado deliciosos, no tengo la menor duda.Dejo de ver hacia la mesa, pues una presencia me incomoda. Una mirada me quema y miro alrededor para intentar encontrarla, la sensación es molesta y extraña, como si me vigilaran. Observo arriba y me quedo paralizada, aunque no literalmente. Oculto entre la oscuridad y asomado por el balcón del segundo piso, un hombre me ve, sus ojos relucen ante las luces de colores y parecen estar solo fijos en m
MadelaineEsta es, de lejos, la noche más vergonzosa de toda mi vida. Presencié cómo dos hermanos se herían verbalmente sin remordimiento alguno. Jeremy es un idiota y su hermano, él parece un robot sin emociones.Sigo los pasos de Chandler mientras empuja a mi comprador por el pasillo. No sé qué hacer o decir, por lo que me mantengo en silencio siempre detrás de Jeremy, ambos bajan las escaleras, uno sangrando por la nariz y el otro reprendiéndolo en murmullos que no logro entender.— ¡Largo! —Me sobresalto cuando Jeremy vocifera escuchándose incluso por encima de la música. Se suelta de su her
NathanLa mañana del domingo empezó más que horrible para mí, fiebre alta, temblores exhaustivos y una inútil enfermera que no encuentra una puta vena. Odio cuando todo se pone mal, que amanezco de revés. Ni siquiera ha salido el sol del todo y ya estoy sufriendo una maldita reacción secundaria a mis interminables infecciones.Tomo de la muñeca a la mujer cuando intenta por quinta vez aplicarme la maldita inyección. La aprieto más de lo que me hubiera gustado a decir verdad y ella me observa con horror.—No te atrevas a volver a tocarme —digo entre dientes.—
MadelaineCuando desperté por los gritos, juro que pensé que sería otra pelea de los hermanos pero no estaba preparada para ver a Nathan de aquella forma, estaba mal, muy mal, su piel sudaba y ardía increíblemente. Su estado y la súplica en sus ojos casi me hacen añicos por la lastima pero tantas experiencias similares con mi madre me hicieron actuar por instinto y me alegra haber estado aquí en ese momento porque aquella mujer, la enfermera a cargo, simplemente estaba ausente.Me apenó un poco que la haya despedido, pero no entiendo qué clase de profesional es ella. Entiendo que Nathan es un grosero desconsiderado pero estoy segura de que tuvo peores pacientes en la residencia, sé de lo que hablo.Sin embargo, lo que m
MadelaineAl llegar al apartamento de Chandler lo primero que noto es lo increíblemente impecable que está el lugar, todo acomodado y bien decorado. El piso brilla y los muebles están libres de polvo. Parece una casa de revistas, de esas que colocan para vender una imagen equivocada del hogar.Nos adentramos más en el lugar y puedo ver en una pared docenas de títulos con su nombre, también trofeos de deportes en una repisa. Es un hombre muy académico y atlético al parecer.Veo como deja mi bolso a los pies de la mesa del centro y me hace una seña para que lo siga. En el trayecto me dedico a mirar todo, este piso es distinto al de Nathan, este no consta de dos pisos pero es igual de enorme y los ventanales que abarcan todo un lateral, deja ver una hermos
Nathan—Como sospeché, la fiebre se debió a una infección en la orina. Te voy a indicar algunos antibióticos para tratarla que también te ayudarán con las heridas en tu espalda —dice Cullen mientras escribe en su recetario—.Después de hacerme una evaluación general e indicarme unos análisis exprés, se ha mantenido al margen hasta ahora, solo evaluando las anotaciones que había hecho. Supongo que Chandler le advirtió sobre lo desinteresado que estoy en saber sobre el estado de mi incapacidad y me parece genial que solo comente el motivo por el que h
MadelaineEl taxista se detiene frente a la casa de los Coleman, le pago al conductor y salgo corriendo con ganas de volver a ver a mi hermano. Nunca había estado tan separada de él por tanto tiempo y lo he extrañado muchísimo.Toco la puerta ansiosa de ver a mi peque pero nadie responde y es raro dado a que Alfred y Debby los domingos no van al restaurante, y definitivamente, Gisselle no sale tan temprano de casa.Extrañada saco mi móvil de mi bolso y marco a mi amiga para saber a dónde diablos se ha llevado a mi hermano. Ella levanta el teléfono al tercer timbre y suspiro aliviada, al menos no está desaparecida o secuestrada.— ¡Elle!