Nathan
—Como sospeché, la fiebre se debió a una infección en la orina. Te voy a indicar algunos antibióticos para tratarla que también te ayudarán con las heridas en tu espalda —dice Cullen mientras escribe en su recetario—.
Después de hacerme una evaluación general e indicarme unos análisis exprés, se ha mantenido al margen hasta ahora, solo evaluando las anotaciones que había hecho. Supongo que Chandler le advirtió sobre lo desinteresado que estoy en saber sobre el estado de mi incapacidad y me parece genial que solo comente el motivo por el que h
MadelaineEl taxista se detiene frente a la casa de los Coleman, le pago al conductor y salgo corriendo con ganas de volver a ver a mi hermano. Nunca había estado tan separada de él por tanto tiempo y lo he extrañado muchísimo.Toco la puerta ansiosa de ver a mi peque pero nadie responde y es raro dado a que Alfred y Debby los domingos no van al restaurante, y definitivamente, Gisselle no sale tan temprano de casa.Extrañada saco mi móvil de mi bolso y marco a mi amiga para saber a dónde diablos se ha llevado a mi hermano. Ella levanta el teléfono al tercer timbre y suspiro aliviada, al menos no está desaparecida o secuestrada.— ¡Elle!
MadelaineMe cruzo de brazos después de expresar algunas de mis interrogantes en voz alta. La doctora ríe como si hubiera hecho un chiste y Aaron y mamá me dan una mirada de desaprobación. Bien, admito que el tono que utilicé no fue el más cortés ni amable, pero no la conozco de nada, ni su trayectoria como médico, ni su historial de muertes, es normal que no me sienta cómoda con el hecho de que ella sea la nueva oncóloga de mi madre.—Soy nueva en el equipo médico por eso no has escuchado de mí, no ejercía hace unos años pero he obtenido mi licencia nuevamente y estoy aquí para ayudar a tu madre —se acerca un
ChandlerMe quedo observando cómo Madelaine se marcha de la mano de un pequeño niño. No quiero especular pero es muy joven para que sea su hijo, ha de ser un hermano o sobrino. Sin embargo no es eso lo que me ha llamado la atención desde que la vi salir del hospital, sino su rostro cansado y demacrado, como si estuviera pasando por una situación demasiado difícil y estuviera a punto de perder la batalla.Por su expresión agotada es que no insistí en que tomáramos algo, parecía distraída y preocupada como para darle algo más de qué pensar. Pero me hubiera gustado realmente compartir unos minutos con ella, no para hablar sobre el dinero, más bien para entender qué es lo que tiene que me causa tanto interés. MadelaineLas dos semanas pasan lentas y tediosas, con exámenes médicos, tratamiento previo y horribles efectos secundarios a raíz de estos. Mamá la ha pasado realmente mal estos días y nosotros con ella, tanto al punto que he tenido que dejar a Noah en el restaurante para que no viviera este estrés que ha traído el trasplante. Por suerte para todos, el gran día ha llegado y es un gran alivio.Luego de que hablara con mi madre sobre las posibilidades que tenía, ella dio el visto bueno para el procedimiento y de inmediato la doctora Pierce ha preparado todo para que se llevara a cabo lo más antes posible. Y la verdad es que ha hecho un gran trabajo, estoy muy satisfecha con su labor y si alguna vez dudé de su capacidad pues ahora me arrepiento. Ha estadoCapítulo 22
MadelaineEl tiempo pasa lo suficientemente lento como para volverme loca. La doctora Pierce me ha dicho que la infusión ha sido completada pero de todas formas mi madre debe aguardar en la sala de tratamientos aunque sea una hora más para evitar alguna infección o algo por el estilo.Saber que tengo que esperar más me pone los vellos de punta. No sé si mi madre está bien o mal, si funcionó o no. Me desespera todo esto, la preocupación, el miedo, los nervios. El estómago se me retuerce cada dos minutos y es que además de que no he probado bocado desde anoche, la inquietud provoca estragos en mí.Intento tranquilizarme jugando con Noah, pero es inútil, no paro de pensar en las pocas probabilidades de vida de mamá
NathanNo suelo entregar trabajos en persona, nunca lo hice ni siquiera en los tiempos que fui yo mismo. Los enviaba por correo postal o con Montgomery con la confianza absoluta de que mis clientes quedarían satisfechos con mis planos. Y siempre fue igual, ellos quedaban encantados y no había que modificar nada, pero ahora ha sido distinto.Y aunque no lo quiera admitir en voz alta, la única razón por la que estoy de vuelta en el hospital es con la esperanza de verla. Ha avivado mi parte masoquista y tengo ganas de que me mire y sentirme un ser desprotegido. Sin embargo mi plan está a punto de fracasar, ya he entregado la propuesta al director y no tengo nada más que hacer aquí, por lo que recorro los pasillos hacia la salida con una decepción que no quiero explicar. Nathan—Me sorprende verte aquí, Nathan —dice el hombre frente a mí con una sonrisa que pretende ser cálida y tranquilizadora, pero me resulta todo lo contrario.—Créeme yo soy el sorprendido —murmuro, y es cierto, pero necesito avanzar con mi vida tal como antes pero todo está descontrolado dentro de mí, antes podía sostenerme del alcohol, ahora no me causa ni el más mínimo consuelo. —Me estoy volviendo loco Capítulo 25
MadelaineNo puedo parar de llorar, pero ¿quién lo haría? Siento como si me fuera arrebatada lenta y dolorosamente alguna parte de mí. De solo pensar en lo horrible que es todo esto, el corazón se contrae en mi pecho.¿Esperar a que pase lo inevitable? ¿Y entonces qué? Vivir con el constante temor de que mamá podría no despertar una mañana cualquiera, verla deteriorarse día a día hasta el momento en que suceda. Es cruel, despiadado e injusto. Nadie merece pasar por eso.Se suponía que ella sanaría, que estaría junto a nosotros muchísimos años más. No quiero aceptar esta realidad, no pueden obligarme.—