Madelaine
Soy arrastrada, prácticamente, por Jeremy entre las personas. El lugar está abarrotado y todos lucen bien adinerados. Al fondo veo la mesa de comida, Alfred cumplió el reto e hizo lo mejor que pudo con el equipo de la cocina, entregando a las seis de la tarde, diez bocadillos distintos de cien unidades cada uno. Es el mejor de todos y sé que han quedado deliciosos, no tengo la menor duda.
Dejo de ver hacia la mesa, pues una presencia me incomoda. Una mirada me quema y miro alrededor para intentar encontrarla, la sensación es molesta y extraña, como si me vigilaran. Observo arriba y me quedo paralizada, aunque no literalmente. Oculto entre la oscuridad y asomado por el balcón del segundo piso, un hombre me ve, sus ojos relucen ante las luces de colores y parecen estar solo fijos en m
MadelaineEsta es, de lejos, la noche más vergonzosa de toda mi vida. Presencié cómo dos hermanos se herían verbalmente sin remordimiento alguno. Jeremy es un idiota y su hermano, él parece un robot sin emociones.Sigo los pasos de Chandler mientras empuja a mi comprador por el pasillo. No sé qué hacer o decir, por lo que me mantengo en silencio siempre detrás de Jeremy, ambos bajan las escaleras, uno sangrando por la nariz y el otro reprendiéndolo en murmullos que no logro entender.— ¡Largo! —Me sobresalto cuando Jeremy vocifera escuchándose incluso por encima de la música. Se suelta de su her
NathanLa mañana del domingo empezó más que horrible para mí, fiebre alta, temblores exhaustivos y una inútil enfermera que no encuentra una puta vena. Odio cuando todo se pone mal, que amanezco de revés. Ni siquiera ha salido el sol del todo y ya estoy sufriendo una maldita reacción secundaria a mis interminables infecciones.Tomo de la muñeca a la mujer cuando intenta por quinta vez aplicarme la maldita inyección. La aprieto más de lo que me hubiera gustado a decir verdad y ella me observa con horror.—No te atrevas a volver a tocarme —digo entre dientes.—
MadelaineCuando desperté por los gritos, juro que pensé que sería otra pelea de los hermanos pero no estaba preparada para ver a Nathan de aquella forma, estaba mal, muy mal, su piel sudaba y ardía increíblemente. Su estado y la súplica en sus ojos casi me hacen añicos por la lastima pero tantas experiencias similares con mi madre me hicieron actuar por instinto y me alegra haber estado aquí en ese momento porque aquella mujer, la enfermera a cargo, simplemente estaba ausente.Me apenó un poco que la haya despedido, pero no entiendo qué clase de profesional es ella. Entiendo que Nathan es un grosero desconsiderado pero estoy segura de que tuvo peores pacientes en la residencia, sé de lo que hablo.Sin embargo, lo que m
MadelaineAl llegar al apartamento de Chandler lo primero que noto es lo increíblemente impecable que está el lugar, todo acomodado y bien decorado. El piso brilla y los muebles están libres de polvo. Parece una casa de revistas, de esas que colocan para vender una imagen equivocada del hogar.Nos adentramos más en el lugar y puedo ver en una pared docenas de títulos con su nombre, también trofeos de deportes en una repisa. Es un hombre muy académico y atlético al parecer.Veo como deja mi bolso a los pies de la mesa del centro y me hace una seña para que lo siga. En el trayecto me dedico a mirar todo, este piso es distinto al de Nathan, este no consta de dos pisos pero es igual de enorme y los ventanales que abarcan todo un lateral, deja ver una hermos
Nathan—Como sospeché, la fiebre se debió a una infección en la orina. Te voy a indicar algunos antibióticos para tratarla que también te ayudarán con las heridas en tu espalda —dice Cullen mientras escribe en su recetario—.Después de hacerme una evaluación general e indicarme unos análisis exprés, se ha mantenido al margen hasta ahora, solo evaluando las anotaciones que había hecho. Supongo que Chandler le advirtió sobre lo desinteresado que estoy en saber sobre el estado de mi incapacidad y me parece genial que solo comente el motivo por el que h
MadelaineEl taxista se detiene frente a la casa de los Coleman, le pago al conductor y salgo corriendo con ganas de volver a ver a mi hermano. Nunca había estado tan separada de él por tanto tiempo y lo he extrañado muchísimo.Toco la puerta ansiosa de ver a mi peque pero nadie responde y es raro dado a que Alfred y Debby los domingos no van al restaurante, y definitivamente, Gisselle no sale tan temprano de casa.Extrañada saco mi móvil de mi bolso y marco a mi amiga para saber a dónde diablos se ha llevado a mi hermano. Ella levanta el teléfono al tercer timbre y suspiro aliviada, al menos no está desaparecida o secuestrada.— ¡Elle!
MadelaineMe cruzo de brazos después de expresar algunas de mis interrogantes en voz alta. La doctora ríe como si hubiera hecho un chiste y Aaron y mamá me dan una mirada de desaprobación. Bien, admito que el tono que utilicé no fue el más cortés ni amable, pero no la conozco de nada, ni su trayectoria como médico, ni su historial de muertes, es normal que no me sienta cómoda con el hecho de que ella sea la nueva oncóloga de mi madre.—Soy nueva en el equipo médico por eso no has escuchado de mí, no ejercía hace unos años pero he obtenido mi licencia nuevamente y estoy aquí para ayudar a tu madre —se acerca un
ChandlerMe quedo observando cómo Madelaine se marcha de la mano de un pequeño niño. No quiero especular pero es muy joven para que sea su hijo, ha de ser un hermano o sobrino. Sin embargo no es eso lo que me ha llamado la atención desde que la vi salir del hospital, sino su rostro cansado y demacrado, como si estuviera pasando por una situación demasiado difícil y estuviera a punto de perder la batalla.Por su expresión agotada es que no insistí en que tomáramos algo, parecía distraída y preocupada como para darle algo más de qué pensar. Pero me hubiera gustado realmente compartir unos minutos con ella, no para hablar sobre el dinero, más bien para entender qué es lo que tiene que me causa tanto interés.Último capítulo