Llego alrededor de las siete y media a la empresa. No veo a Keira. Mi cuerpo se tensa.Joder.Es lo primero que quiero ver cuando llego aquí.Ahora mismo quiero torturarla por hacerme enojar a primera hora.Entro en la sala de reuniones, me acomodo en mi silla a esperar a las otras personas.Busco las últimas fotos que me habia enviado Alan.Keira Buckett, soy adicto a tí, a tu forma de ser, a tu manera de sonreír. No solo recorrí cada espacio de tu cuerpo, me lo aprendí de memoria. No te imaginas cuanto disfruté hacerte mía. Ahora en mi cabeza no hay otra cosa que no sea tocarte. Nunca había besado a una chica ni antes de acostarme, ni el hecho, ni posterior al hecho, pero contigo, contigo lo quiero todo.Estoy totalmente al pendiente de tí, aunque no te des cuenta, sigo todos tus pasos.Te he hecho daño y no es lo que quiero joder, pero no sé como amarte. Llevo años viviendo esta vida de locos, he jugado con muchas mujeres, más tarde o más temprano lo haré contigo. Soy un cobarde qu
Nos bajamos frente a la casa de Gabi.—Madre mía —exclama Andrea—. ¿Acaso es la casa del presidente? —su forma de expresarse hace que me ría.—No me dijo. Aunque creo que no se le olvidaría contarme ese detalle.La casa estaba más que preciosa. Y eso que la estábamos viendo fuera de la reja negra inmensa que separaba la propiedad de la calle. Frente a la reja estaban tres hombres, vestidos impecables.—Buenas tardes señoritas —habla el del medio. —Buenas tardes —respondemos casi al unísono. Lo que provoca que Andrea y yo nos miremos.—Sus nombres por favor —continúa el hombre. —Keira y Andrea —respondo. —Bienvenidas señoritas —le hace una seña a otro hombre para que abra la reja. Tenía muchos pinos alrededor del corto camino hasta la mansión. Un poco más adelante había una fuente en forma de ángel, a través de aro brotaba agua. Era hermosa y estaba tallada de mármol blanco.Llegamos a la puerta principal de la mansión. Le mando un mensaje a Gabi.A los segundos abre la puerta.—Y
—Aiden, por favor. Solo una vez en la vida compórtate como un buen hermano —me ruega Gabriela por la liberación de Keira.No pienso dejar que Keira vaya sin mí a París. Si ella va, es conmigo. —Ya veremos Gabriela, no sigas con eso —le contesto exasperado y ella hace una mueca.—Gabi —la llama un chico a su espalda.Ella se gira a gran impulso en busca de la persona que porta esa voz. Mi hermana menor duda amor, corazones y estrellitas de colores. El chico, se nota algo serio y tenso.—Ryan —lo besa—. Que bueno que hayas venido.—No pensaba dejarte sola un día tan importante para tí —le contesta y besa su frente—. Feliz cumpleaños princesa.Debe ser él, el chico del que hablaban antes.—Ven, te presento. Él, es mi hermano Aiden. Ellos son Liam y Dylan, sus amigos, pero prácticamente mis hermanos. Chicos él es mi novio —el chico la mira como si le haya asombrado lo último que dijo Gabriela.Él asiente, luego de procesar las palabras de Gabriela y reaccionar y le extiende la mano a Lia
Entro en mi departamento y de un portazo cierro la puerta. Me quito todo lo que llevo puesto. Este vestido y los zapatos. Voy al frigorífico y tomo el pote de helado de chocolate más grande que tenga. Directo al sofá a matar las penas. Como ya se conoce yo las mato con chocolate.No soy gorda, por lo que como sin miedo todo lo que me gusta.Sé que hoy me comporté como debía ser. He sido el entretenimiento de Aiden desde que me conoció, era hora de que el universo jugara a mi favor. Me encanta él pero nunca he sido una chica sumisa o que se pueda controlar con facilidad, su comportamiento me estaba atormentado. Hoy me sentí libre, me sentí increíblemente bien, salvo por el detalle de verle besar a esa chica. Cada músculo de mi cuerpo se tensó ante ese contacto de su boca y la de ella. Si lo hizo por la apuesta o no, se acostó con otra chica, algo que yo no haría con otro chico, solo para molestarlo. A pesar de todo si ese fue el resultado de mi comportamiento, no me arrepiento de nad
Vuelvo a mirar la foto una última vez recordando todo lo que quiere hacer Buckett antes de cumplir los veinticuatro años.Ayer justo cuando ella se fue al baño, yo iba a seguirla, no me iría, entraría al baño y la haría mía otra vez. Porque soy capaz de hacer todo con ella, porque es lo único que me importa del maldito universo. Justo entonces entré a su habitación. Vi su foto en una cómoda. Joder. Tiene una sonrisa tan hermosa y yo soy un maldito gilipollas que acabaré jodiendo todo. Si alguna vez ella dejara de sonreír y ser feliz por mi culpa, no me lo perdonaría. Estamos muy bien así, y aunque parezca un poco loco no es mi intención jugar con ella, si así hubiese sido no me la hubiese follado más de una vez como ha pasado con las demás. Entonces al lado de la foto había una agenda color rojo con adornos. Me pareció curioso. A las chicas les gusta escribir diarios y esas cosas, pero nunca creí que a ella le gustaba hacer eso. La abro, por supuesto, soy Aiden, me gusta controlar to
Nunca he sido tímida, pero tampoco esa chica que se atreve a dar el primer paso. Estoy viviendo una locura que me está haciendo feliz. Se lo que quiero y es a él. Puede que no viva una relación romántica como les gusta o tienen otras chicas, pero no puedo negar que estoy escribiendo los momentos más increíbles que haya pasado nunca.Sí, lo elijo a él. Como todo hay ventajas y desventajas. La ventaja, estoy con el hombre que me encanta y disfruto del mejor sexo que haya tenido nunca. Desventajas, que puedo terminar enamorándome de él y eso no sería bueno para mí. Aún así decido arriesgarme, es lo que quiero.Camino asegurándome que no haya ya nadie en el piso.Entro al lavado y me pongo la lencería que había comprado en Plaza Ghirardelli. Me miro al espejo. Que sea él quién diga la última palabra.Me unto lociones por todo el cuerpo. Coloco nuevamente mi vestido y salgo hacia la oficina de mi Stone.Toco la puerta como de costumbre.—Adelante —su voz es ronca.Entro y cierro la puerta t
Abro los ojos. Nunca he dormido mejor en toda mi vida. Estoy sobre su pecho. Él aún está durmiendo. Se ve tan hermoso así, una mano rodea la almohada por encima de su cabeza y la otra está sobre mi espalda. Anoche fue increíble. Comimos juntos, vimos una película de terror, jugando a piedra, papel o tijera nos decidimos, si ganaba él tocaba ver una aventura, si ganaba yo terror y por supuesto gané yo. Reímos muchísimo. Tuvimos sexo increíble. Analizo su rostro, cómo puede ser que luzca tan fascinante incluso durmiendo. Mi mirada tal vez pesa, porque acaba de abrir los ojos.—Supongo que ya es hora de irme —me levanto de la cama pero él hala mi brazo y vuelve a tirarme. —Aún no te he dado permiso —dice. —Volvió el mandón de Aiden Stone.—Te preparo algo de comer y te llevo a donde quieras. —Aiden sabes que voy a ver a tu mamá y a tu hermana. —Lo sé. Y no me importa. Mi hermana sabe perfectamente que está pasando y mi madre se lo imagina. —Ya, pero, eso sería como darle seguridad
Me levanto temprano y salgo a mi maratón diario. El sol todavía no ilumina a San Francisco. Las calles están aún desoladas. Mi mente juega una mala pasada. Recuerdo a Keira Buckett, mi hermosa chica, la protagonista de mi vida, desde ese preciso momento en que mis ojos la vieron en el club. La encuentro tan perfecta, tan hecha a mi medida, tan adorable y loca, tan divertida, tan extraordinaria. Sus ojos, su pelo, su boca, su sonrisa perfecta, sus manos, sus piernas, su olor...es como la creación más perfecta que haya visto. He visitado montones de lugares, cientos de paisajes y ninguno ha dejado más impresión en mí que ella. Lo tiene todo. Soy un idiota, sí, por tenerla tan cerca y a la vez alejarla, por no darle todo lo que quiero, lo que quiere y lo que necesitamos, por no arriesgarme a amarla como se merece y como se me antoja, por ser tan egoísta de recorrer su cuerpo y no tocar su corazón, sé que soy un punto egoísta pero con mucha suerte.Por primera vez en la vida comencé a s