Hoy es día libre. Me levanto alrededor de las nueve. Preparo la comida, limpio y hago las compras de la semana. Recibo un mensaje de Harry con la dirección y la hora de ensayo. —Abuela te cuento que he aceptado un trabajo de modelo principal para un desfile importante —le comento mientras agarro del refrigerador un pote de helado.—No sabía que te gustaba modelar — dice apoyando la espalda en la barra de la cocina.—Yo tampoco —contesto brincando para subirme en la encimera—, pero no pierdo nada con intentarlo.— ¿Te lo propuso Liam?—No —le digo—, es en otra empresa. Con Liam tendría muchos privilegios y no quiero eso.—Cariño oye palabras de vieja —dice—, ahí hay competencia como en todos los negocios. Ten cuidado no te involucren en ningún problema. Hay personas que con tal de ganar juegan sucio. —Estaré atenta abuela —Termino de hablar y suena mi teléfono—, me voy.Le entrego el pote de helado a mi abuela, la beso en la frente y me marcho.—Señorita.—El chófer me abre la puerta.
Se da vuelta, acomoda su cabeza en mi pecho y su pierna derecha sobre mis piernas. No podría estar así con otra mujer. Ella se ha ganado esto a pulso. Merece todos mis malditas noches. Recorro mi mano por su cara. La beso. Ella hace una mueca graciosa y abre los ojos. Sube su pierna derecha hasta que la coloca sobre mi sexo y hace presión. —¿Qué hora es? —pregunta.—Las ocho —le digo al mirar la pantalla de mi móvil.Se levanta como un resorte de la cama. —No jodas —comenta—. Voy tarde.La tomo de la mano y vuelvo a tirarla a la cama.—Y si no quiero que te levantes de esta cama —digo contra su boca.Ella continua el beso.—Lo siento —se vuelve a levantar—, pero tengo que trabajar.—Puedes trabajar aquí —le digo con una sonrisa. Se cuánto efecto causa en ella que yo sonría, puedo utilizar eso a mi favor.—Aquí me toca turno en la noche —contesta con una sonrisa—. Tendrás que esperarte.—Hoy tienes turno doble de noche —expreso.—Puede ser toda la noche —responde—. Un turno doble
—Cuéntame un cuento —le pido. Él se detiene unos minutos y me observa. Esto lo tomó por sorpresa. Le sonrío. —¿Qué sucede? —le pregunto—. ¿No te sabes ninguno?—Creo haber leído uno en los libros de Kimberly —comenta acostándose a mi lado.—Te escucho —lo apremio. Muevo un poco la bolsita. Le tomo la mano y se la coloco ahí donde me duele. Él mueve su mano despacio.—Había una vez un príncipe que vivía en un reino muy materialista. El príncipe tenía todo lo que quería, riqueza, poder, fama, belleza —sonrío—, incluso podía tener a la mujer que quería. Eso hizo que las mujeres pasaran solo por su cama, no por su vida. Pero, llegó una princesa, era de un reino muy lejano, era una princesa de verdad. Con cabello rojizo, piel pálida, sonrisa hermosa, dulce, sencilla, carismática. «Quiero que ella sea mi princesa», pensó. Aunque la princesa lo quería, el príncipe no podía enamorarse. A día de hoy la princesa y el príncipe siguen luchando por construir su propio imperio, pero un imperio
—Yo tenía doce años, mi hermana era cinco años mayor. Era la chica más sencilla, dulce, natural y hermosa —cuento y Eileen no puede escucharme, ya está dormida—. Una chica bastante popular entre los chicos de su escuela. Entre todos, elegió al equivocado y se enamoró de él. Su vida cambio completamente con diecisiete años. Dejó la escuela, ya no regresaba a casa. Cuando le comenté a mi madre sabes que me dijo: "me da igual lo que haga con su vida, ella es mayor". "Y tú, vete encaminando, ya no puedo hacerme responsable de ti". Hablé con mi padre "Ella volverá a casa", fue lo que dijo. Ese mismo día escuché una conversación entre mis padres en los que mi mamá le decía a mi papá: "Enamorarme de ti fue lo peor que me ha pasado en la vida, tú me convertiste en la mierda de madre que soy ahora, ocupé el tiempo que debía atender a mis hijos en ir detrás de ti, mientras tú te revolcabas con toda la mujer que se te pusiera delante".—Pero yo te amo a tí Kristen —le respondía mi padre—Pues el
Avanza los pocos pasos que nos separan. Me agarra de las caderas y me sienta a horcajadas sobre él. Cruzo las piernas a su espalda.Estaba tan sexy que no podía dejar de mirarlo. Recordé esos momentos dónde rozaba mi cuerpo con él, como me tocaba y me hacía gemir. No pude evitar morderme el labio inferior. —Crees que puedas seguir poniéndome a prueba, muchas veces más —le susurro al oído.Le sonrío. Sé que ha esperado mucho por mí. Puede parecer algo pequeño pero estamos hablando de Liam, nunca da más que sexo.—Muéstrame que le sucede a una chica cuando te pone a prueba —lo reto.Me besa, así como si tuviera el cielo en mis labios. Desciende por el cuello, dejando suaves besos por él. Nos lleva nuevamente a la ducha. Abre el grifo. —Espera —pido—. Ahora voy.—Olvídalo —contesta besándome nuevamente—. No voy a esperar más.Me coloca nuevamente en el piso. No es agradable que él me vea en esta etapa. Incluso me da vergüenza. Él parece adivinar mis pensamientos.—No pasa nada. Estamo
He pasado cuatro días en casa de Liam. He sido tan feliz ahí, que solo deseo volver.Regreso a trabajar en Upclide. Harry me ha dejado algunos mensajes para un ensayo hoy.—Buenos días —saludo entrando a mi trabajo.—Buenos días Ei —responde Andrea.—Andrea estoy tan feliz —me sincero—, que asusta. —Sí que asusta —comenta—, te pido por favor que no pienses solo en los orgasmos, piensa también en no olvidarte tomar la píldora. —No —le digo—, como crees.—Qué planes tienen para el cumpleaños de Liam.—No sé qué día es su cumpleaños —contesto.—Mañana.No me debería asombrar tal hecho. Liam y yo hemos compartido más sexo que conversaciones profundas. Tal vez no es un día agradable para él, quizás no le da la importancia que tiene. Desde mi punto realmente no pienso armar un escándalo porque no me haya comentado de su cumpleaños. Sus motivos tendrá.—No me ha dicho nada sobre eso.—A Liam no le gusta celebrar su cumpleaños —expresa—. Durante los cuatro años que lo conozco nunca lo ha he
En la mañana decidimos conocer el pueblo. Debido a la hora que llegamos no pudimos inspeccionar. Me quedo encantada cuando caminamos. Hay estrechas y preciosas callejuelas salpicadas por bonitas tiendas de artesanía, jabones y limoncello. —¿Te gusta? —me pregunta Liam al ver cómo me he quedado mirando una pulsera en uno de los puestos artesanales. Era muy bonita y sencilla, tenía una mariposa naranja y negra tallada en el centro.—Es preciosa ¿Verdad? Él no responde. Compra la pulsera y la coloca en mi mano.—Se ve aún mejor en ti —contesta.La calle más hermosa es la que baja hasta la Iglesia de Santa María de la Asunción.Este es el principal templo del pueblo, conocida por su cúpula decorada en mayólica, con colores verdes y amarillos. Es un edificio que alberga una imágen bizantina, un cuadro que representa la Vírgen Negra con el Niño en su vientre.—Una leyenda dice que cuando el barco que transportaba la imágen estaba a la altura de la costa de Positano, le fue imposible cont
Eileen me tiene ardiendo, quiero llevarla a mi cama, quiero tocarla, quiero follármela una vez más. La necesito como al puto aire para respirar.Eileen mueve la botella. Le toca a Keira.—Keira ¿Cuál es el secreto para sobrellevar esa característica particular "posesivo"?La miro, quiere provocarme, le encanta ponerme de los nervios.—Es complicado —responde Keira. Noté como le guiña un ojo a Eileen. Sea lo que sea que estén tramando van a llegar lejos—, muy complicado. ¿No sientes que a veces te cansa?Miro a Eileen, ella está mirando a Keira. Espero expectante su respuesta.—Sí —responde. Lleva su vista hacia mí, la fulmino con la mirada.—La solución para eso es cambiarlo —responde Keira. Aiden está como yo. Keira contiene la risa.—También había pensado en eso —comenta Eileen.De pronto quiero sentirla, tocarla, olerla, escucharla y observarla mientras se corre.—¿Qué dijiste? —le digo muy cerca, un poco serio.—Lo que oíste —responde segura—, es una solución de puta madre.—Te es