Mientras estaba sentado ahí en ese salón, solo tuvo una certeza. No le gustaban los doctores.
No porque creyese como algunos ignorantes que eran “matasanos”, no porque se creyese más que ellos, no por cualquier razón lógica o no lógica. Simplemente, no le gustaban ni los doctores, ni las enfermeras, ni las clínicas, ni las paredes blancas, ni los estetoscopios. Pero aunque no le gustasen, ahora mismo debía de esperar que uno de ellos le atendiese a ver si lograba quitarle la enfermedad que aquejaba su cuerpo.
El salón era amplio y luminoso, con sillas para hacer más llevadera la espera y algunos posters relacionados con el tema de la salud. Una planta solitaria adornaba una pequeña mesa de vidrio que a su vez dejaba reposar unas cuantas revistas de temas variados sobre su superficie. Un pasillo estaba unicado a su izquierda, que se dirigía como tal al consultorio del doctor.
Era un idiota. Ese era un hecho.Sus errores sumaban un largo listado y su modo de ser, a veces despreocupado y aveces preocupándose de más, le causó problemas que le jodieron mucho la existencia en el pasado. Apenas hace un par de años, cuando salía del colegio y la juventud era más visible en él, su mal carácter tan marcado le causo peleas e incovenientes con todas las personas de su alrededor. Se había equivocado, pero todos esos errores le enseñaron una lección, y esa lecciones no las olvidaría nunca.Era un idiota... quizás un idiota que se estaba corriendo poco a poco, pero aun seguía siéndolo. Claro que eso de ningún modo significaba que no tuviese sentimientos; por lo que ahora mismo, mientras la mujer que más quería en el mundo no tenía intenciones siquiera de mirarle, una pena enorme le afectaba el corazón y le afli
Fría nocheLas horas caen como pétalos,E inevitable llega la noche fría.Pero a mi alma no le preocupa la oscuridad,Sino que no te tengo, amada mía...Los ojos color chocolate bailaron por sobre las letras, de un lado al otro, en un vaivén que a Emilio se le hizo infinito. <<Va a decir que no le gusta. Ella es culta y no le va a gustar estos poemas que solo son frases que riman>>. Mil pensamientos cruzaban por su mente mientras el viento alborotaba los cabellos de ella, en un remolino cautivante. El césped en el que estaban sentados le resultó incómodo y se movió, sintiendo una pizca de nerviosismo.<< ¿Qué es la literatura?>> Se preguntó a sí mismo mientras recordaba lo que escribió. “Arte de la expresió
“Había una vez” escribió en su cuaderno, ansioso de que los demás terminasen el examen final. Miró de reojo como Julieta llenaba los espacios en blanco y después de revisar lo que había hecho una última vez, entregó la prueba y se retiró a su asiento. Ese día la chica vestía un saco gris claro y un jean azul oscuro, que para variar le resultaron atractivos. Él en su lugar vestía un jean negro y una chompa del mismo color. Nunca variaba su vestimenta, siempre en los rangos entre oscuro y más oscuro. En eso también contrastaba con la chica.Una mirada cruzaron cuando ella levantó el rostro. El segundo que duró fue casi una eternidad y estaba tan cargada de significado que una vez más, Emilio tuvo ganas de que todo terminase. Después del dichoso examen y de que las notas se diesen a los estudiantes, la clase de la profesora Rocío
En los seis meses me hallo a mí mismo,Habiendo comenzado una innombrable locura…Me embelese con tus ojitos que miran y encuentran, Enamorándome poco a poco de tu alma tan pura.<<Me quedó medio medio bonito>>, pensó, pasando sus dedos por el teclado usado, mientras con la vista repasaba cada una de las palabras. Rimaba, le gustaba, y le pareció adecuado para lo que tenía en mente. Estiró las piernas, los brazos, movió la cabeza para activar los músculos y aspiró el aroma cautivante del café hirviendo, proveniente desde una taza colocada en su mesa, sonre un pequeño plato. Cuando tragó el caliente brebaje disfrutó del calor que le transfería la porcelana y se alegró de poder disfrutar de un manjar como el café, escribiendo unos cuantos y con el ruido de la lluvia fuera
Era un idiota. Ese era un hecho.Sus errores sumaban un largo listado y su modo de ser, a veces despreocupado y aveces preocupándose de más, le causó problemas que le jodieron mucho la existencia en el pasado. Apenas hace un par de años, cuando salía del colegio y la juventud era más visible en él, su mal carácter tan marcado le causo peleas e incovenientes con todas las personas de su alrededor. Se había equivocado, pero todos esos errores le enseñaron una lección, y esa lecciones no las olvidaría nunca.Era un idiota... quizás un idiota que se estaba corriendo poco a poco, pero aun seguía siéndolo. Claro que eso de ningún modo significaba que no tuviese sentimientos; por lo que ahora mismo, mientras la mujer que más quería en el mundo no tenía intenciones siquiera de mirarle, una pena enorme le afectaba el corazón y le afli
Cuando se encontraron, Emilio no resistió las ganas de abrazarle con sus brazos duertes rodeando su cuerpo femenino en un afán más que de protección, de búsqueda, de anhelo, de ganas de sentirle cerca suyo y eliminar cualquier miedo que hubiera tenido. Sin pensarlo la estrecho contra sí, lo hizo y Julieta, tomada por sorpresa, le rodeó también con sus brazos. Durante los segundos que duró el abrazo, el mundo se redujo a ellos dos, sintiéndose seguros y tranquilos con sus cercanía y el cariño enorme que se demostraron con un sencillo gesto. Así hubieran podido seguir durante horas, pero la incomodidad de estar en público y el temor a caer en la cursilería más dulces les hizo separarse después de algunos segundos, recobrando la compotura y el buen porte.—Hola, poeta —saludó ella con ojos brillantes, ojos que encerraban mil secretos
En medio de un claro en la selva, alejados por kilómetros de cualquier curioso, siete resplandores refulgieron, entremezclando sus colores en un mosaico brillante de colores letales.Sacaron el metal con suavidad, apoyándose entre todos, sucios de pies a cabeza, resoplando y usando la nave de Efxil como grúa. Después de horas cavando por fin habían encontrado lo que tanto ansiaban, por lo que la expectación llenó el ambiente. El pálido sol de la mañana cubría sus cuerpos, los animales eran los únicos testigos mudos de la proeza de aquellos Daosledianos. La tierra se abría, herida, y gordos gusanos se retorcían, fuera de su ambiente. Tierra y vegetación removida les rodeaba, a esos siete resplandores y a la nave en la que habían llegado.Cuando lograron colocarla en el suelo junto al agujero, Maerius contempló el metal como se conte
Esa mañana, el día no pudo amanecer más soleado. Las nubes blancas como algodón impoluto se perdían en un cielo que de tan azul se convertía en un mar infinito de aguas cristalinas, mientras los rayos dorados del sol atravesaban dorados la blancura y bañaban el mundo con su revitalizante calidez. ¿Qué más podían pedirle a la vida? ¿Qué más que un calor inusitado pero cómodo, una brisa fresca y un mundo por conocer? ¿Qué más que una compañía chévere, una sonrisa sincera y una pareja fiel?Mientras el sol hacía de las suyas, y la naturaleza le reafirmaba al ser humano que solo era una indiferente mota en medio de su enormidad, una pareja convertía al mundo en su propio entorno, en su hábitat natural, en su propio lugar para estar felices. Sus manos entrelazadas reflejaban su fuerte unión, sus corazones lat