Al despertar, Estefanía escuchó ruidos en la cocina y se alarmó. Se quitó la venda con la que dormía de los ojos y, con pasos calculados, se levantó. Se acercó a la puerta de la habitación de su hija y, con la oreja pegada a la madera, escuchó con atención. Los sonidos iban y venían, a veces maldecían, sacudían alguna sartén o plato y volvían a callarse; debía tratarse de ladrones, pensó Estefanía, rastrojeando entre el menaje en búsqueda de dinero o joyas ocultas.
Miró a su alrededor, por algo que le sirviera para salir a confrontar al ladrón y salvar las pertenencias de su hija, pero no encontró más que peluches, cuadernos, micrófonos, cámaras, consolas y videojuegos en cartuchos y CD´s. Temió abrir el closet y ha
Metida en su cuarto, Emily respondió a la llamada.—Papá, hola.—Preciosa, ¿cómo estás? Qué pena contigo, pero es que ayer…—No importa, papá, entiendo.—¿Cómo has estado, linda? ¿Qué tal te van las cosas?—Bien, bien, papá. ¿Sabías? Voy a casarme en veinte días, bueno, creo que ya en diecinueve o dieciocho.—¡Entonces es cierto, preciosa! Estoy muy feliz por ti, mi cielo. Supongo que estoy invitado.—Claro que sí, papá, tú y mis hermanos,
Vestida con un gabán, pañoleta y gafas oscuras, Emily salió acompañada por su mamá y mejor amiga. Tomaron un taxi que, por sugerencia de Emily, debía dejarlas a unas cuadras del “establecimiento de entretenimiento adulto” al que iban.—¿No crees que exageras, chiquita? ¿Y gafas oscuras, en la noche?—Como si tuviera una conjuntivitis severa, mamá.—Uich, así ninguno de esos guapos se te va a acercar, hija.—Mejor. No pretendo que se me acerquen.Fieles a la petición de Emily, se bajaron a cinco cuadras del lugar y caminaron.—Pareces una esposa c
Sentado en uno de los sillones de la sala de uno de sus penthouses de lujo, Javier repasaba las redes sociales de Emily. Aunque no consideraba estar enamorado de la influencer, menos después de los escabrosos sucesos que estuvieron por comprometer la viabilidad de su criptomoneda, sí la encontraba atractiva y muy sexy. Cuando miraba algunas fotos en vestido de baño de quien, en menos de veinte días, sería su esposa, vio una actualización que llamó su atención. Era un comentario, recién añadido, que hacía referencia a Marge, la novia de su hermano.»Es ella, ¿cierto? La manager de EmiCrusher.Con una sonrisa a la que no le faltaba cierta malicia, Javier abrió el enlace que remitía el comentario y se alegró de haber pasado ya el trago de whisky que, hasta hacía unos segundos, tenía entre los cachetes, porque lo habría escupido cuando vio la fotografía de la amiga de su prometida. No podía dar crédito a lo que veía, pese a estarlo viendo y saber que, en efecto, era Marge la que estaba,
Sin saber qué hacer para sacar a Emily de la tarima, Javier siguió el consejo de su hermano.—Sentémonos y pidamos algo, mientras pensamos qué hacer.Todavía con las gafas oscuras puestas, Emily tenía cara de no estarla pasando bien y soportar lo que el streaper, de enormes pectorales y el abdomen semejante a un lavadero, hacía frente a ella.—No veo ni a Marge ni a tu suegra —dijo Rubén cuando ya estaban sentados, en una de las pocas mesas libres que quedaban en el lugar, algo alejada del ajetreo a los costados de la pasarela— No creo que se haya ido, dejando a Emily sola.—¿Estarán en el baño?A
La publicación de la aparición de Emily, Marge y Javier en un club nocturno para el entretenimiento adulto, generó controversia en las redes de la influencer, lo mismo que no pocos comentarios en las del joven multimillonario. Las opiniones desde quienes se sentían defraudados por el hecho de que EmiCrusher estuviera asistiendo a esos sitios, a quienes la apoyaban y hasta deseaban una invitación para la despedida oficial.—Están muy parejos los defensores y los detractores —dijo Marge luego de un análisis de los comentarios—. Creo que, por querer anticiparnos a tu mamá, lo que hicimos fue “meter” a sus seguidores en nuestras cuentas y de ahí el desastre.—Pero, ¿eso significa que otra vez estoy perdiendo seguidores? —preguntó Emily, angus
Como hubiera prometido, Javier envió a Emily una lista de los palacios en Europa que podían alquilarse para la realización de la boda. El único percance era que tendría que realizarse en un día entre semana, porque los viernes y fines de semana estaban ya todos reservados por los próximos dos años.—Eso no importa —dijo Marge cuando Emily le mostró la lista y le pidió que la ayudara a escoger—. Igual, a una boda de un multimillonario la gente va así sea un lunes en la mañana.—¿Tú crees?Marge asintió.—Para muchos, asistir a la boda de un multimillonario es como ir a una convención de negocios, en especial para l
El restaurante estaba no solo resguardado por su propio esquema de seguridad, sino reforzado por el de Javier Cifuentes, el joven multimillonario dueño de una de las principales criptomonedas del mundo. La orden para tanta protección era sencilla: nada de fotografías a la pareja de la mesa 1, conformada por el multimillonario y su invitada, la también joven y bella influencer conocida en las redes sociales como EmiCrusher.—¿No te parece que es demasiado? —preguntó Emily a Javier después de haber ocupado la mesa en el reservado VIP, dentro de un pequeño y muy elegante salón, reservado para cenas privadas— Pensé que nos veríamos en cualquier restaurante y sentados en cualquier mesa.Javier negó con la cabeza.&
Metidas entre las cobijas de la cama de Emily, Marge y Estefanía veían una película mientras esperaban el regreso de la joven influencer. Cuando la escucharon regresar, se levantaron, ansiosas por escuchar lo que tenía que contarles sobre la cita con Javier. Quedaron decepcionadas al oír que entraba a la habitación de Marge y cerraba la puerta.—Chiquita, hola, ¿estás bien? —dijo Estefanía luego de golpear la puerta.Emily no dijo nada y, por toda respuesta, la escucharon sollozar.—Emi, ¿podemos entrar? —dijo Marge.—Sí —contestó Emily con la voz golpeada por el llanto.Abrieron la puerta