Faith La suave brisa de la mañana golpeaba mi rostro mientras mantenía fija la mirada en el azul del mar, permanecía calmado, a penas y había oleaje, el sol brillaba y el cielo estaba despejado. Un buen día para dar un paseo en yate, o eso dijo mamá cuando fue a despertarme hace una media hora. Me había vestido con un traje de baño de dos piezas en color amarillo con un pareo cubriéndome el cuerpo, un sombrero y los lentes de sol, mientras menos contacto visual hacía era mejor. Mi teléfono permanecía en modo avión, no quería que absolutamente nada ni nadie interrumpiera mi paz, o la que aparentaba tener aquí. Aunque si seguía ignorando a todos si lograría mantener mi serenidad. —¡Faith! —el llamado de mamá me hizo alejarme del balcón y bajar al primer piso donde una mesa llena de comida aguardaba, todos se encontraban en ella. —Toma asiento, cariño —papá señaló las únicas sillas libres, una al lado de Jake y la otra junto a Hailey, preferí la segunda.—Daremos un paseo en el yate
Faith—Oh, pero estás presumiendo su éxito no él tuyo, hermanita. —No, sólo resalté que no era cualquier asistente —y próximamente mi socio, pensé al recordar que se ofreció con lo de mi empresa. —No está mal —comentó mamá —¿Y cómo es él cómo jefe? Se dicen muchas cosas de él, a demás de lo mucho que cuesta lograr tener una cita con él. —Es estricto y exigente como cualquier buen jefe. —Y parece que lo conoces muy bien, todos en el compromiso de Becca se preguntaron por qué había llegado contigo y no con su esposa —soltó Lauren —Más allá de ser mi jefe pues no, y no tengo ni la menor idea de lo que sucede en su vida privada. —Se rumorean muchas cosas —¿Y por qué están tan interesados con mi jefe? ¿Quieren alguna cita o algo? —pregunté al notar que todos estaban con demasiado interés de saber de él. —De hecho si —comenzó mamá —tu papá necesita algunos permisos y pensamos en qué tal vez tú nos podrías ayudar a concertar una cita con él. —¿Qué hay del señor Baker? ¿No los puede
FaithNoah vino furioso hasta mi tomando mi brazo y jalándome hasta la casa, no tuve ninguna reacción, no tenía sentido negarlo cuando ellos creerían lo que querían.—¡Noah, suéltala! —le pidió su prometida viniendo tras nosotros —Ella no es la única culpable, Jake era quien la tenía acorralada, no sabemos si...—¡No la defiendas! Estoy harto de esta situación —entramos a la casa deteniéndose en la zona donde mis padres se levantaron confundidos al ver cómo mi hermano me traía, me soltó como si mi tacto le quemara —pregúntenle a su hija qué estaba haciendo Lauren apareció con Jake atrás, este último pidiéndole que lo perdonara que había sido mi culpa. Me mantuve erguida mirando a las dos personas frente a mí que pasaban sus ojos de Jake a mi, seguramente cuestionándose si hija había sido capaz de volver a hacer lo mismo.—Hizo lo mismo otra vez papá —lloró señalándome —¿Por qué te empeñas tanto en querer quitarme a mi esposo? ¿No ves que está casado conmigo? ¡Basta, estoy cansada de
Faith Me aparté de su pecho para poder mirarlo dudosa sin saber a qué se estaba refiriendo. —Si tú lo deseas puedo investigar qué sucedió, tengo el poder y los contactos necesarios para volver a ese día. Sólo necesito tu consentimiento y tu colaboración al brindarme los nombres de los sitios y las fechas.Limpié mis lágrimas con la esperanza resurgiendo en mi ser, sintiéndome preparada para enfrentar lo que me atormentaba y poder demostrar mi inocencia. Porque si de algo estaba segura es que era inocente. —¿Harías eso por mi? —pregunté en un hilo de voz —Haría lo que fuera por ti, Faith —me lancé a sus labios conmocionada con todo, cerré mis ojos disfrutando del placer que me daban sus labios y en la manera tan instantánea de corresponderme de la misma manera, su mano se aferraba a mi cintura y su lengua acariciaba la mía en un perfecto compás. —Tengo mucho qué agradecerle esta noche, señor McConnell —murmuré contra su boca.—Demasiado, y aún no olvido el asunto de tu noviecito —
Faith Desperté sintiendo sus enormes brazos rodear mi cintura, con sumo cuidado me deshice de ellos para apresurarme al baño a vaciar mi estómago, desde que me desmayé en la empresa he quedado débil y teniendo algunos episodios de mareos y náuseas. Debía ir al médico a chequearme, el estrés me mataría si seguía tan descuidada como siempre. Lavé mi boca llenándola de pasta mentolada queriendo eliminar ese horrible sabor de mi boca. Siempre que me encontraba bajo tanta presión me pasaban este tipo de cosas, mi cuerpo se debilitaba, mi estómago no resistía la mayoría de las comidas o no me daba hambre, y mi cabeza sufría unos espantosos dolores de cabeza. —¿Estás bien? —preguntó con voz adormilada apareciendo por el marco de la puerta sin tener pudor alguno por su desnudez. Asentí con mi cabeza escupiendo la espuma en lavado. —Si —No lo parece —torció su gesto —estás pálida. —Vomité un poco, nada de qué preocuparse. —¿Segura? —Si, el estrés me pone de esta manera. —Y la depresió
Faith —Solo si bailamos la próxima canción —propuse cuando escuché que la que sonaba estaba a punto de terminar. —No, yo no bailo. —Ven —tomé de la mano jalándolo a la pista —no seas aburrido. —Sabes que soy de todo menos aburrido —rodeó mi cintura pegándome a él para inclinarse a tomar nuevamente mis labios. Baila Conmigo de Tiesto sonó por los altavoces, me alejé de él sonriéndole con picardía mientras mi cuerpo comenzaba a moverse, sus ojos me seguían, sus manos tomaron mis caderas cuando le di la espalda para pegar mi cuerpo al suyo sin dejar de bailar, sentía su desesperación y le letra de la canción no es como que ayudara mucho, mi imaginación voló trayendo a mi cabeza todos los momentos candentes vividos a su lado. —Me estás torturando, Faith —susurró en mi oído mordiendo el lóbulo de este. —Calma, sólo un rato más. Para mi sorpresa no volvió a insistirme, me dejó bailar alrededor de su cuerpo logrando contagiarlo un poco y acompañarme en algunas canciones. Cuando volv
Faith Cuando llegamos a nuestro destino nos registramos en el hotel que se encontraba sobre el agua turquesa, el viento agitaba mi cabello y las ganas de adentrarme al paraíso de la isla eran enormes. Dejé mi bolso sobre la cama y me apresuré hacia el balcón dejando que la pureza del lugar invadiera mis fosas nasales, el aire se sentía diferente al de las ciudades, ver el azul del cielo combinar con el color del mar era digno de admirar. —¿Te gusta? —preguntó él llegando a abrazarme por la espalda y descansar su mentón en mi hombro. —Me encanta, es lugar tan hermoso. —¿Ya habías venido aquí? —Si, mi familia tenía de tradición salir todos los veranos, cada año era un destino diferente —comenté trayendo recuerdos de todos los lugares que visité —diría que este lugar y Santorini son mis sitios favoritos. —Si, son hermosos pero tanto como tú —murmuró dejando un beso en mi mentón y apartarse para servirse algo de la bebida en una de las mesas. —Tienes una bonita labia, debo decirlo
Faith Al llegar a la ciudad todo se sintió tan diferente, el llegar a mi apartamento de nuevo a la soledad a la que tanto le huía, al tener el valor de ver lo que decían de mí en las revistas como la novia de Aiden Wells, segmentos enteros discutiendo quién era mejor si Isabella Ramos o yo. Una total estupidez.Tenía varios mensajes de distintas revistas queriendo entrevistarme, de personas comentando lo bonita que era y entre esos también mensajes de gente odiándome sin ninguna razón.Una llamada de mamá me interrumpió y decidí descolgarla para que dejara de molestar. —¿Qué quieres mamá? —pregunté de mala gana mientras le daba un sorbo a mi café.—Hablar contigo, cariño. Por favor no vayas a colgar, dinos dónde estás e iremos a verte. Hablar con ellos era lo último que quería en este momento.—No quiero hablar, mamá y quiero que respeten eso. Sigan sus vidas tal y como la llevaban, sigan con la imagen de ser lo peor de la familia que yo no quiero saber nada de ustedes. Estaba si