Faith —McConnell, Giorgia McConnell —corrigió la aludida a mi madre, evité rodar los ojos ante lo fastidiosa que me pareció su voz —y si, es lo que soy querida Selene. Aunque tu también dejaste historia en ellas. El cambio de conversación no fue de mi agrado y ante las expresiones de los demás no fui la única, algunos disimuladamente se retiraron dejándonos a pocos en el círculo. Observé de reojo a mi jefe que parecía querer que la tierra lo tragara, se bebió todo el contenido de su copa y tomó otra. —¿Podemos hablar? —me preguntó mi padre al oído. No era lo que querría pero al menos tomaría eso de excusa para retirarme de ahí. —Ya está en buena compañía, señor McConnell. Si me disculpa, me retiro —dije ganándome su atención y la de su esposa quien alzó una de sus cejas reparándome de arriba abajo. —¿Y tú eres? —No moderó el tono de su voz, tal parecía que no le importaba armar una escena de celos en pleno salón. —Mi acompañante, la señorita Faith Petterson —me presentó mi jefe
Entré al edificio subiendo al ascensor y pulsando el piso del Pent House de la dirección, inserté la clave que escribió por mensaje y la puerta se abrió para mi. Entré sin reparar mucho en los detalles del lugar, busqué la habitación principal para complacerlo en lo pedido, me desnudé y me lancé a la cama, divertida miré el gran espejo en el techo. Alcancé mi teléfono para tomarme una foto, tapándome el rostro con el celular para después enviársela. «Te estoy esperando, no tardes» escribí, casi al instante la vio y respondió que ya estaba llegando. Y no mentía, pues escuché la puerta de la entrada ser abierta y sus pasos sonar por los pasillos. Me ubiqué dándole la espalda a la puerta para que lo primero que viera de mi fuera mi trasero y me quitara las ganas con las que me dejó en el baño de la mansión.—¡Joder! —fue lo que dijo al entrar —me vas a matar. —A orgasmos, si. Me estremecí al sentir sus dedos pasearse por mi cuerpo. —¿Quieres? —pregunté en un suspiro—Si, quiero tod
Faith Miré el reloj por quinta vez consecutiva, me paseaba por la alfombra frente a mi cama aún sin decidirme si bajar o no, había pasado alrededor de una hora desde que subí. El miedo a afrentar todo iba incrementando en cada segundo, no quería que me envolviera en sus mentiras y volver al mismo círculo vicioso.«Yo también lo traicioné» Envolví mi cuerpo en una bata acercándome a la puerta, agarrando valor de donde no lo tenía y bajando decida a terminar con este asunto de una vez por todas. Estaba de espaldas a mi, con una taza humeante y viendo al pequeño jardín. Carraspee llamando su atención, se volteó mirándome con lo ojos brillosos, su expresión denotaba culpabilidad, parecía arrepentido de todo pero eso a mi no me servía. Me indignaba que hasta que sintió que me perdía volvió, me molestaba que no me diera tanta prioridad como se la daba a sus amigos. —Bajaste —Si —tomé asiento en un sofá individual sin cambiar mi expresión seria y mis ojos acusadores—Se que ahora mismo t
Faith El tono demandante me desagradó, de mala gana tomé mi agenda y miré a mi jefe en busca de su aprobación, muy su esposa podría ser pero las únicas órdenes que obedecía eran las de él.—Estoy ocupado, deja los documentos y márchate —se dirigió a su esposa —señorita Faith organice lo de la salida, comuníquese con la secretaria de John Price y confirme la reunión para mañana. Asentí poniendo atención a todo y memorizándolo para ir a hacerlo de inmediato.—¿Algo más, señor? —No, puede retirarse. Forcé una sonrisa pasando por el lado de la mujer que caminaba con confianza hasta donde él se encontraba, sentándose hasta donde hace un momento estaba yo y ahí fue donde me arrepentí no haberlo besado y dejado mi sabor en ellos. Cerré la puerta de mala manera cuando los vi besándose, sentía mi corazón arder así como mis orejas. Era una estúpida por sentir esto por alguien que no debía, no entendía porque estaba teniendo esta reacción cuando desde un principio sabía de ella y mi posició
Faith Abrí mis ojos sintiéndome desorientada, él sentir su tacto me hizo reaccionar de inmediato e intentar reincorporarme fracasando por mi debilidad.Todo mi alrededor aún se miraba difuso, los brazos de Mattew me ayudaron a sentarme y tomar un lugar a mi lado. Los sucesos anteriores pasaron por mi cabeza y el sinsabor de lo que escuché sólo me hacían querer largarme de ahí. «¿Se la habrá follado en este sofá?» el solo imaginarlos nuevamente me dio asco. —¿Cómo te sientes? —me preguntó, agité mis pestañas queriendo enfocar aún con los párpados pesados. —Estoy... bien —murmuré soltándome de su agarre y dejándome caer sobre el respaldar del sofá —supongo que sólo fue un bajón Me miró indeciso pero optó por levantarse y volver con un vaso con agua y tendérmelo pidiendo que bebiera. —Gracias —le di un sorbo mientras trataba de agarrar fuerzas pero un repentino mareo me dejó quieta. Me sentía fatal—Será mejor que vaya a dejarte a casa, o al hospital. —No, no. Estoy bien —la sola i
Faith Giró nuestras posiciones dejándome descansar sobre su pecho, su corazón estaba acelerado y su respiración poco a poco se regulaba. Cerré mis ojos sintiéndome bien, queriendo quedarme más tiempo aquí y no querer volver a enfrentarme a la realidad. Lamentablemente de mi cabeza no salían aquellos gritos que oprimieron mi corazón, que no permitían encontrar la calma. —Te la follaste —murmuré —¿Qué? —preguntó confundido —A tu mujer, te la follaste.—Si, acabo de hacerlo —murmuró besando mi hombro. Sonreí a medias al considerarme "su mujer" —Soy mujer de otro —sentí su cuerpo tensionarse —así como tú eres hombre de otra. —¿No te das cuenta, Faith? —sus dedos jugaban sobre mi espalda baja.—¿Qué cosa? —En cómo estamos dejando de pertenecerle a otros para pertenecernos a nosotros. Sólo míranos, no podemos parar esto que hemos despertado. No quería aceptar eso, el miedo a enfrentarlo era muy grande, todo estaba mal y nada bueno podría resultar de ello. —Pero tu estuviste con e
Faith Los días siguientes días después del desmayo fueron todo un caos en la oficina, la semana estuvo llena de reuniones y proyectos que se llevarían acabo, el señor Senador estuvo fuera supervisando el mismo que todo se cumpliera bajo sus estipulaciones. La presión con tanto acumulado me dejaba cansada, a penas llegaba a casa y caí completamente rendida en la almohada, ni siquiera me había quedado tiempo en avanzar en mi proyecto.Aiden intentaba por todos los medios impresionarme, me preparaba el desayuno y me tenía la cena lista, mantenía la distancia y se conformaba con la poca o nada atención que le daba. Un ramo de tulipanes amarillos descansaba sobre mi mesa cuando llegué a mi escritorio, una tarjeta sobresalía, disimulé una sonrisa, dejé mi bolso sobre la mesa y tomé el pequeño sobre. "Se dice que el color amarillo siempre se relaciona con lo transparente y duradero, tal y como la relación que decidimos construir hace más de tres años. Eres mi felicidad, Faith, te amo etern
Faith Se quedó en blanco procesando la pregunta o quizá debatiendo si mentir o decir la verdad, porque a mi su silencio me hizo saber la respuesta de inmediato. —Lo haría, porque confiaría en ti.Sonreí de lado, era claro que haría todo por conseguir mi perdón.—¿Me perdonarías que me besara con otra persona? No lo creo, no creo que te guste saber que otro hombre puso sus manos en mi cuerpo. Atenta a sus reacciones me percaté en cómo apretaba sus puños sobre la mesa, señalé sus manos y sonreí. —Ahí una clara respuesta, tú no lo harías. Jamás me perdonarías una infidelidad, porque besar a otra persona cuenta como una. Era la persona más descarada y cínica de este planeta, merecía el infierno por esto. —¿Qué tengo que hacer para demostrarte lo importante que eres para mi? Sé que fallé, no debí hacerlo, estoy muy arrepentido Faith.—Es más que obvio que tendrás que esforzarte más, con una cena no lo conseguirás. Tampoco con regalos caros —señalé la cajita alargada que descansaba so