La clase pasa sin mayor inconveniente, de vez en cuando siento pequeños jalones desde la parte trasera de mi puesto, pero no me giro para verlo. Si quería decir algo perdió su oportunidad.―Me alegra que todo se haya solucionado entre Derek y tú. ―Mei va caminando junto a mí para ir a la cafetería, las horas pasaron más rápido de lo que esperaba.―Si. Al parecer su nivel de estupidez no era tan grande como pensaba ―contesto a la chica y creo que con eso queda el tema zanjado, pero no puedo estar más equivocada.Ahora Mei me está viendo con una mirada extraña y una sonrisa que no me gusta para nada.»¿Qué? ―Aunque soy yo quien hace la pregunta, tengo el presentimiento que no me va a gustar la respuesta.―Creo que tú y Derek se llevan mejor de lo que aparentan.― Mei me hace un guiño y eleva ambas cejas.Yo solo puedo abrir la boca en sorpresa e indignación ante lo que acaba de insinuar, pero antes que pueda defenderme una voz varonil se escucha a nuestras espaldas haciendo que nos demos
En el momento en que acepté ir a la piscina no había caído en cuenta de un pequeño detalle: debo estar en vestido de baño delante de todos. Estoy segura que Derek piensa que no llevaré ninguno o en el mejor de los casos que iré en bañador porque la vergüenza no me da para más. Aunque acepto que he considerado el bañador, nada tiene que ver con sentir vergüenza, no tengo complejos respecto a mi complexión física, simplemente un bañador me haría sentir menos expuesta a la mirada de todos; desde lo ocurrido hace un año me abstengo de usar ropa que revele demasiado, de hecho normalmente evito juntarme con gente en general, en especial con el sexo opuesto. Nunca fui demasiado sociable en la niñez, ni la adolescencia pero cuando lo de Davis ocurrió, fue como si todas esas aptitudes se multiplicaran. Deje de salir de casa, ya no me agradaba estar rodeada de personas, no quería sentirme observada; empecé encerrarme en mi misma, no me siento cómoda teniendo la mirada de hombres puesta sobre mi
Mis cejas se disparan hacia arriba y la incredulidad se toma mis facciones. No estoy segura siquiera de haber escuchado bien. No pude haber escuchado bien.Los ojos de Derek no se han alejado de mí en un solo momento.―¿Disculpa? ―Incredulidad está tiñendo mis palabras.―Lo que oíste ―dice confirmando que sí escuché bien―. Voy a ayudarte, Gabe.Mi boca se abre y se cierra sin que nada salga de ella. Realmente no tengo idea de que voy a decir. Pero lo que me tiene en verdad desconcertada es la actitud de Derek, hace dos semanas se burló en mi cara en la cafetería por creer que había hecho algo por mí y resulta que ahora quiere ayudarme.―¿Por qué? ―Logro decir, aun tratando de ordenar mis pensamientos.―¿Por qué no? ―Es lo único que dice en respuesta, encogiéndose de hombros.En ese instante la rabia hace acto de presencia como siempre que estoy cerca de él. ¿Por qué no? Lo dice como si haberlo preguntado fuera estúpido, como si él nunca se hubiera comportado como un completo idiota.―B
Un rato después, luego de haberme metido por fin en la piscina, estamos todos sentados en las sillas plegables hablando de nada en especial. Debo admitir que la he pasado bastante bien. Los chicos son increibles.―Gabriel. ―La voz de Mei hace que gire mi rostro hacia ella―. ¿Qué es lo pasa entre Derek y tú?La pregunta fu dicha casi en susurros y me deja un poco fuera de lugar. ¿Por qué ella da por hecho que algo pasa entre el castaño y yo?―No pasa nada entre él y yo ―digo con indiferencia, aunque mis ojos viajan inconscientes hasta donde él se encuentra.Mei ríe por lo bajo al escucharme y coloca una mano en mi hombro.―Sí que está pasando algo entre ustedes. ―su mirada está brillante de emoción―. Realmente me alegra que te hayas unido a nuestro grupo. Estaba cansada de ser la única mujer.Agradezco el cambio de tema, pero sus palabras me dejaron más curiosa de lo que he estado desde que la conocí.―¿Siempre has sido solo tú?Ella parece debatirse entre si contestarme o no, se muerd
Mis cejas se disparan hacia arriba y la incredulidad se toma mis facciones. No estoy segura siquiera de haber escuchado bien. No pude haber escuchado bien.Los ojos de Derek no se han alejado de mí en un solo momento.―¿Disculpa? ―Incredulidad está tiñendo mis palabras.―Lo que oíste ―dice confirmando que sí escuché bien―. Voy a ayudarte, Gabe.Mi boca se abre y se cierra sin que nada salga de ella. Realmente no tengo idea de que voy a decir. Pero lo que me tiene en verdad desconcertada es la actitud de Derek, hace dos semanas se burló en mi cara en la cafetería por creer que había hecho algo por mí y resulta que ahora quiere ayudarme.―¿Por qué? ―Logro decir, aun tratando de ordenar mis pensamientos.―¿Por qué no? ―Es lo único que dice en respuesta, encogiéndose de hombros.En ese instante la rabia hace acto de presencia como siempre que estoy cerca de él. ¿Por qué no? Lo dice como si haberlo preguntado fuera estúpido, como si él nunca se hubiera comportado como un completo idiota.―
Han pasado dos días desde la tarde de piscina y no he vuelto a tener noticias de Derek; él no ha vuelto a la Universidad, según Luke por asuntos familiares. La curiosidad está haciendo un hueco en mi interior, realmente quiero saber qué es eso que Derek oculta que logra ponerlo de tan mal humor, es como si tuviese un interruptor en el cerebro que puede ser apagado con tan solo una llamada.Hoy he estado a punto de pedirles su dirección a los chicos, pero no encuentro ninguna excusa presentable para hacerlo, Además que es un poco desesperado de mi parte.―Tierra llamando a Gabriel. ―Una mano frente a mis ojos me parpadear repetidas veces y centrar mi vista en la sonrisa traviesa de Mei―. ¿En qué pensabas, chica? Estabas completamente ida.Las clases han pasado en una tortuosa lentitud, y ahora nos encontramos en clase de Arte moderno. Nos asignaron un trabajo
―¿Qué ocurre Gabriel? ―Luke me habla con voz baja y cautelosa y me hace levantar el rostro al instante en que una lágrima rebelde resbala de mis ojos. En un parpadeo tengo a Mei y Nate sobre mí, el ceño fruncido de la asiática y su mirada preocupada solo hacen que me sienta más expuesta, y lo odio. Mis ojos viajan por todo el pasillo tratando de buscar inútilmente a quien pudo haber dejado la nota en mi casillero, pero no hay nadie, apenas se ven algunas personas saliendo de sus salones ya que también les han dejado la tarde libre. Pudo ser cualquiera. ―¿ Puedo verlo? ―La mano extendida de Mei aparece frente a mis ojos, y en este momento solo quiero salir corriendo. Me hace sentir enferma pensar en que ellos sepan esta parte de mi vida. Pero siempre supe que pasaría y al parecer el momento llegó. Con manos temblorosas extiendo el papel hacia ella, quien con mucho cuidado lo abre. Luke y Nate se ubican a su lado para poder leer el contenido de la carta, y yo solo puedo ver sus expres
Nos subimos a mi auto y vamos directo a Shakes. El lugar es tal como lo imaginaba: pintoresco, alegre y lleno de jóvenes hormonales. Hacemos nuestra orden para llevar de dos hamburguesas con tocineta y extra queso y dos refrescos de Kola. Al poco tiempo ya nos encontramos rumbo a mi casa.El trayecto hasta mi casa es corto y silencioso, ninguna de las dos dice nada una vez subimos a mi auto, Mei coloca algo de música y ambas tarareamos las canciones que suenan hasta que llegamos. Nos bajamos del auto y subimos las escaleras del porche, antes de poder sacar las llaves del bolso la puerta principal se abre y el rostro lleno de pintura de mi padre nos da la bienvenida. Papá viene cargando un montón de cajas en sus manos que al parecer son basura, se detiene en seco cuando me ve.