La noticia del secuestro conmocionó a toda la casa. Loretto se notaba conmocionado, como si fuera imposible que su padre pudiera ser capturado, pero así era. Minutos después de que lo anunciara, lo llamaron actualizando la información. En las cámaras exteriores, vieron como arrastraban a un Tonelli inconsciente hasta una camioneta negra, y el recuento posterior de muertos fue demasiado. Cuarenta y cinco hombres fueron asesinados y la mitad de ellos quemados por el fuego.
Jamás se había escuchado de un ataque como este hacia nosotros. Si bien se habían impartido guerras con otros que han querido apoderarse de la ciudad, jamás llegaron al punto de atacar por la espalda y masacrar sin ningún motivo. Por este motivo Lucciano estaba ardiendo de furia.
Inmediatamente después de que Loretto entrara a la oficina, se puso manos a la obra convocando a todos sus hombres, organizando como iban a proceder,
El silencio que había en la casa segura era sofocante. Un lugar blindando con tres mujeres asustadas, nerviosas y ansiosas por noticias, no era una buena combinación. Por mi parte, me encontraba en uno de los dormitorios, sola, apartada de mi hermana y la madre de Lucciano.Ellas prefirieron quedarse en la sala, pero yo no podía estar cerca de Giannella en este momento. Seguía muy enfadada y terminaría haciéndole daño con mis palabras. Además, no dejaba de pensar en que podría convertirme en viuda dentro de poco, y si eso pasaba, sería su culpa.-Toc toc –escuché y levanté la cabeza viendo a la mamá de Lucciano apoyada contra el marco da la puerta -¿Puedo pasar? –preguntó.Asentí y se acercó sentá
La impresión que me causó ver a Lucciano inconsciente y sangrando sobre la camilla me dejó impactada.Las piernas me fallaron y tuve que sostenerme a la pared para evitar caer al suelo.Su cabeza estaba hacia un lado con los ojos cerrados, pero su pecho subía y bajaba. Al menos estaba vivo, por ahora.El médico que atendió a mi hermana estaba sobre Lucciano clavando unas pinzas en sus heridas y apretando los labios con fuerza como si le costará mucho esfuerzo.Me levante, no sé cómo, y decidí que no iba a dejarlo morir. Me prometió que volvería, y por mi vida que lo iba a hacer vivo.-¿Cómo ayudo? -pregunté remangando mis brazos.-Señora, no es momento de bromear, intento salvar a su esposo.
Capítulo 17GiannaMe quedé junto a Lucciano durante toda la noche, cuidándolo y esperando a que sus ojos se abrieran para aliviar la presión y angustia que tenía en mi pecho. Llevaba veinte horas dormido, y con cada minuto que pasaba, mi cabeza imaginaba lo peor, creyendo que se quedaría de esta manera el resto de su vida, o que el médico pasó por alto algo que le impedía despertar y volver a mí. Creo que confesar mis sentimientos antes de que se marchara fue lo mejor que hice, al menos él sabía que lo quería.Suspiré y me levanté de la dura silla junto a la cama. Lo habíamos trasladado a nuestro dormitorio, pero temía recostarme a su lado y lastimarlo dormida, por lo que dormí en una silla. Muy de diseñador, pero demasiado inc&oac
La desesperación y angustia por mi hermana me estaba consumiendo. Caminaba de un lado a otro en la sala de espera del hospital, porque el médico que atendió a Lucciano no tenía el instrumental para tratar a Nella.Mis gritos habían movilizado a toda la casa y en menos de dos minutos la habitación de Nella se llenó de personas, incluido el médico que debía ver a Lucciano y por suerte llegó a tiempo. Mi hermana fue revisada y trasladada con urgencia al hospital ya que el doctor no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado desde que consumió las píldoras. Me contuvieron Loretto y su madre porque no podía procesar la situación. Primero Lucciano y ahora Nella.Jamás se irá de mi mente el momento del traslado, sosteniendo
LuccianoSonrío al sentir la pequeña caja en el bolsillo de mi pantalón. Llevo semanas pensando sobre la oportunidad perfecta para hacerlo, y la verdad es que no existe un momento justo para preguntarle, por eso decidí hacerlo esta noche y no darle más vueltas. La amo y sé que es lo correcto.Nos detenemos frente al edificio y salgo del coche con mi escolta detrás. En la entrada, observo mi reflejo en los ventanales y arreglo mi pelo que se ha revuelto de tanto tocarlo. Estoy nervioso, pero ¿quién no lo estaría en mi situación?Las manos me sudan y mi estómago se cierra por la incertidumbre. Ella estará esperándome con su hermosa sonrisa y brazos abiertos listos para rodearme. Amo sus abrazos, con ella siento que estoy en casa.-Esta noche no te necesito –le digo a mi escolta. Planeo pasar la noche con mi chica –Vuelve ma&nt
Me costó abrir los ojos. Sentía un fuerte latido en mi cráneo y mi cabeza iba a explotar de dolor. Llevé mi mano hacia ella para aliviar un poco el malestar pero algo tenía inmovilizado mis brazos. Gemí dolorida mientras intentaba soltarme pero solo logré lastimarme aún más.Me habían atado con cuerda, y con cada movimiento la fricción estaba quemando mi piel.¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba atada?Entonces noté que la habitación donde me encontraba no era familiar, de hecho se trataba de cuatro paredes grises y desnudas, con un viejo colchón donde estaba recostada.Con las rodillas me impulsé hasta quedar sentada y como pude logré pararme. Había una puerta de metal con un
Capitulo 21LuccianoRevisé toda la ciudad, a todos los informantes y ninguno tenía noticias de Gianna. Lo que me estaba desesperando. Es como si a esos tipos los hubiera tragado la tierra. La única pista que tenía era el video, pero ninguna información que nos ayudara a localizarla.Mi madre fue encontrada en la carretera inconsciente dentro del auto, con sus guardias muertos en los asientos delanteros y sin ningún recuerdo del secuestro de Gianna. Solo el golpe y despertar en el hospital, pero algo que me inquietaba era el por qué no se llevó a mi madre también.La tenía al alcance, pero eligió a Gianna. Si me había investigado, sabría que no llevábamos mucho tiempo casados, por lo que los lazos emocionales estaban fuera de la
GiannaSiempre escuché que cuando mueres ves pasar toda tu vida frente a tus ojos, como una película a mucha velocidad, donde en la escena final, una luz cegadora te llevaría al lo que sigue, sea cielo, infierno o la nada misma. Bueno, no es lo que yo experimenté. De hecho lo único que sentí fue un sonido fuerte y mi respiración. No había dolor, ni flashes de mi vida ni nada, por lo que abrí despacio los ojos y entendí que es lo que acababa de suceder.Lucciano y Loretto miraban el suelo conmocionados mientras el resto de sus hombres nos apuntaban. Tenía miedo de mirar lo que ellos veían, pero tuve que hacerlo y ahogué un jadeo al ver al padre de mi esposo en el suelo, sobre un charco de sangre y un agujero en su cabeza.El ruso h