Gianna
Lo alejé empujando su pecho con mis manos. No podía caer otra vez en lo mismo, estaba cansada de su actitud y, si pensaba usar sexo para distraerme, estaba muy equivocado. Podría tentarme con ese cuerpo pero esta vez no caería.
-No -susurré con la respiración agitada -No dejare que desvíes mis pensamientos de lo que realmente importa.
Estaba molesta, pero esa boca era capaz de nublarme el juicio y hacerme olvidar el mundo, por eso debía alejarme. Además, ahora sabía lo que era tenerlo y el mínimo roce encendía una llama imposible de apagar.
-No terminaremos este matrimonio Gianna, nunca -dejó muy claro y con tono enojado.
Cada vez que tocaba ese tema se ponía furioso, como si le doliera, lo que era sorpr
Jamás había sentido tanta felicidad en mi vida. Había pasado un mes desde que Lucciano me confesó su amor y cada día que ha pasado desde entonces ha sido perfecto. Su actitud cambió por completo, era otra persona totalmente nueva. Cálido y cariñoso conmigo, demostrándome afecto en cada momento que podía y amándome cada noche. Estábamos aprovechando cada día perdido desde que nos casamos por seguro. También se acercaba la boda de Giannella con Loretto, una ceremonia íntima que todos deseábamos celebrar. Mi hermana había caído completamente a los encantos de mi cuñado y poco a poco comenzó a salir de su cascarón. Tenía confianza en si misma, estaba más linda y atrevida además. Un par de veces los caché a los dos mimoseándose en áreas comunes de la casa, como si no pudieran resistir las ganas de tocarse. -¡Gianna! -gritó mi hermana sacándome de mis pensamientos. -Perdón, ¿qué me decías? Frunció el ceño levantando la lista del catering. -Cada día
Abrí mis ojos lentamente, somnolienta y arrugando la nariz por el intenso olor a alcohol. Lo primero que vi fueron dos cabezas borrosas justo sobre mí que poco a poco se aclararon para revelar el rostro preocupado de Lucciano y a Doc sonriendo.-¿Qué pasó? -pregunté alejando el algodón de alcohol que tenía sobre mis labios.-Te bajó la tensión -explicó Lucciano.-Así es, pero ya estás bien. Supongo que no esperaban esa noticia -comentó.-No -contestó Lucciano muy secamente.Me costó unos segundos caer en lo que hablaban porque todavía me sentía algo boba, pero cuando recordé sentí una piedra instalarse en mi pecho. Estaba embarazada.-¿Es segura esa prueba? -consulté -Escuché que a veces no son cien por ciento fiables.-Es segura, aunque me llevaré una muestra de sangre para confirmarlo completamente, pero el resultado será el mismo.Apreté la mano de Lucciano y lo miré preocupada. ¿Cómo afrontaríamos esto? Acabábamos de reconciliarnos y ninguno de los dos estaba listo para hacerse car
La ceremonia fue maravillosa, si bien estuvieron personas indeseadas como mi padre, el evento en sí salió fantástico. Mi hermana se veía hermosa con su vestido de novia y Loretto llevó una sonrisa de oreja a oreja durante toda la noche. Estaba extasiado por su nueva esposa y no dudaba en demostrarlo. Fardeó ante todos la belleza de Giannella, con halagos y demasiadas demostraciones de afecto. Tuvieron que retocar el labial de Nella dos veces porque no paraba de besarla. No es que a ella le molestara, todo lo contario, jamás la había visto tan feliz y sabía que sería para siempre.Los ojos de mi cuñado no mentían, se había enamorado de mi hermana completamente y el sentimiento era correspondido. Para chicas como nosotras, encontrar el amor en un matrimonio arreglado era casi imposible, como una aguja en un pajar, así que debíamos ser muy afortunadas por tener dos hombres qu
Cuatro meses sin saber una noticia de ellos, habían desaparecido por completo, como si la tierra los hubiera tragado que, ojalá fuera el caso, pero no tendría tanta suerte. Estaban escondidos como ratas, esperando el momento indicado. Un momento que cada día se acercaba más.Lucciano buscó por todo el mundo, en aliados y contactos peligrosos por alguna pista de su paradero, pero nadie sabía nada. Así que, o estaban mintiendo, o eran excelentes para pasar desapercibidos. Una pesadilla que no terminaba más.Cada día que pasaba mi nivel de frustración se elevaba. Vivir encerrada por seguridad era una tortura. Pasaba mis días mirando series o películas repetidas, ya que Netflix tenía una cantidad limitada de ambas y yo mucho tiempo libre. A veces compraba algunas prendas para los mellizos, pero eso era todo. No había más nada por hacer hasta que llegaba mi esposo
Puje y pujé entre los gritos de apoyo de mi hermana y los golpes que intentaban derribar la puerta hasta que por fin el primer bebé salió de mí, gritando a todo pulmón.Enormes lágrimas bajaron por mis mejillas y sonreí feliz de que estuviera aquí. Estiré el cuello para verlo, rojo y enojado por haber sido arrojado a este mundo.-Entrégamelo -le pedí a mi hermana.-Es un pequeño varoncito -dijo llorando de felicidad.Lo apreté contra mi pecho, calmándolo y besé su pequeña cabecita pegajosa. Al segundo de pegarlo a mi pecho paró su llanto y movió sus bracitos como si entendiera que era su mamá.-Muy bien Gianna -dijo Doc -No tienes mucho tiempo antes de que venga el segundo, prepárate.Asentí y dejé que mi hermana sujetara al bebé en su brazos.-¿El cordón Doc? -p
Cinco años después...Gianna-¡DE NINGUNA MANERA! -Gritó Lucciano.Estaba en la cocina terminando de preparar las golosinas cuando mi esposo entró furioso con nuestra hija en brazos.Se veía hermosa con el vestido celeste acampanado y las pequeñas alitas de hada en su espalda que había elegido para su fiesta de cumpleaños. Estiró sus brazos y la agarré para llenar de besos sus cachetes gordos.-Papá está enojado -susurró en mi oído.-¿Cuándo no lo está? -bromé haciéndola reír -¿Qué pasó ahora? -le pregunté a Lucciano.-¡ESTABA BESANDO A UN MOCOSO! -exclamó indignado.-¿En serio? -fingí asombro.-¡SI, Y ENCIMA TUVO LA DESFACHATEZ DE DECIRME QUE ERA SU NOVIO!-¡Pero qu&e
La noticia de la boda llegó una mañana gris y helada. Adecuado a mis sentimientos. Sabía que en nuestro entorno, tarde o temprano llegaría el momento de casarnos. Pertenecíamos a la mafia italiana de Chicago, donde las mujeres eran criadas para ser buenas esposas y madres. Ese era nuestro trabajo, una estupidez si me preguntan.Deberíamos poder decidir nuestra vida, estudiar si así quisiéramos, viajar, poder ir a una tienda sin una manada de guardaespaldas armados al menos. Pero en nuestra familia eso no sucedería jamás.Suspiré mirando a mi hermana. Somos gemelas idénticas, exóticas en nuestro círculo. Nuestro cabello dorado con tonos rojizos, tez pálida y ojos negros era destacado por todas las personas que nos conocían. La mezcla perfecta entre nuestra madre y padre.Tan perfecta para todos que, a la hora de escoger novias, teníamos el primer
Mi corazón se detuvo. El apretón en mi mano aumentó y miré a mi hermana que tenía los ojos brillosos pidiendo ayuda. ¿Pero qué podía hacer?Todos aplaudieron emocionados la elección del futuro novio, excepto nosotras. Mi padre sonrió calculadoramente pensando en todos los beneficios que iba a sacar de este matrimonio, mi madre fingía estar contenta, pero sus ojos reflejaban aburrimiento y los Tonelli, ellos estaban felices a excepción de Lucciano.El capo dejó su copa y se acercó a Gianella estirando sus manos. Mi hermana las tomó y aceptó el abrazo que le dio.-Bienvenida a la familia –dijo Tonelli.Nella asintió e intentó sonreír pero no contestó. Eso provocó enojo en mi padre que la fulminó con la mirada. Carraspeé llamando la atención de ella y disimuladamente moví la cabez