Eleonor estaba impaciente esperando sentada en el sillón del lobby del edificio dónde John tenía un departamento. Miró de nuevo hacia el elevador privado esperando ver a su hijo, entonces las puertas del elevador se abrieron, apareció John buscándola con la mirada y Eleonor se levantó de su lugar haciéndole señas de que estaba ahí.
―Madre, ―saludó John inclinándose a ella y dejando un beso en cada mejilla.
―Hijo, ―Eleonor estaba emocionada, lo miró y no podía creer la decisión que había tomado su hijo. ― ¿Estás seguro de lo que quieres hacer? ―preguntó Eleonor, John la miró y sonrió.
―Nunca he estado más seguro en toda mi vida. ―Eleonor se le cristalizaron sus ojos y levantó su mano para acariciar la mejilla de su único hijo. Al bajarla, suspiró.
―Entonces, ―Eleonor baj
En el spa de uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, Mina estaba recostada sobre una camilla mientras una sábana la cubrió, una mujer hundió sus dedos en la parte de sus hombros haciendo que esta gimiera. Mina aceptó para sí misma que la falta de sexo la estaba volviendo algo tensa, no podía quitarse el estrés como acostumbraba, no se imaginó a otro hombre con ella si no era Jaren.― ¿Qué mierdas es lo que me estás haciendo? ―la mujer pelirroja dejó de masajear alertada por las palabras de su clienta más frecuente, Mina al no sentir las manos de Krisa, abrió los ojos y sonrió. ―Lo siento, lo siento, no era para ti. ―la mujer sonrió y siguió su masaje. Mina miró el elegante techo del lugar y no dejó de evitar tensarse más.― ¿Se encuentra bien? Su cuerpo se sigue tensando. ―susurró dudosa en s
Megan tenía la mirada perdida en el tarro de cerveza frente a ella. Jack la miró con curiosidad, ¿Será que ahora estaba arrepentida de lo que hizo hace una hora atrás? él dejó el tarro de cerveza después de darle un largo sorbo.—Si no estás tranquila...—comenzó a decir Jack mirando a Megan, ella se despabiló al escuchar su voz y puso una sonrisa en sus labios para tranquilizarlo.—Estoy tranquila, es solo que es la primera vez que intervengo en los asuntos de mi hermana.—Creo yo que está bien lo que hiciste, le has dado un ligero empujón a Jaren y a Mina, te importa la felicidad de tu hermana, y si dices que ella siente algo por él, podrán tener algo si hablan claro y directo. —Megan suspiró.—Creo yo también que hice bien...—el mesero llegó con la orden de
— ¿Qué? ¿Ya tan rápido terminó nuestro encuentro, “esposo”? —Jack estaba furioso, pero tenía razón Megan, tenía que salir de ese lugar para evitar que pasara algo más de lo que se fuera a arrepentir. — ¿Eres su puta de turno? —Megan se detuvo y se volvió para enfrentarla, Jack la alcanzó del codo para evitar que se fuese sobre ella, pero Megan no hizo otro movimiento, la sonrisa que puso en sus labios, provocó que la mujer morena borrara la sonrisa burlona, retrocediendo el primer paso que ella había dado cuando ellos se iban a ir, su espalda tocó la pared.— ¿Disfrutaste tu tiempo escondida? Por qué cuando te ponga detrás de los barrotes, veremos si sigues carcajeándote. No sabes con quien te has metido.— ¿Aparte de puta eres su abogada? ¿O qué? —so
Jack sintió un escalofrío recorrerle cada centímetro de piel al escuchar las últimas palabras de Megan. Ella lució segura de sus palabras, ¿Acaso estaba sintiendo lo mismo que él?— ¿Jack? —llamó Megan al ver que se había quedado completamente callado y no se movió.—Lo siento, estoy algo confundido. —Megan lo soltó y arrugó su ceño, ¿De qué estaría confundido?— ¿Confundido? —Jack asintió, pero no se atrevió a decirle el motivo.Se aclaró la garganta y luego soltó un largo suspiro.—Tengo que arreglar mis asuntos antes de dar el siguiente paso. —Megan entendió entonces, pero ella había dado un paso adelantado para ayudarle.—Tienes razón, y yo te ayudaré.— ¿Cómo? Si r
Lunes por la mañana y Macey ya estaba tensa, pensando muchas cosas acerca de lo que había pasado el fin de semana, John y ella ya no habían tenido intimidad el resto de su estancia, ya que él era cuidadoso y quería evitar que ella tuviese otro episodio.— ¿Macey? —ella salió de sus propios pensamientos al escuchar a la cardióloga, desvió su mirada en su búsqueda, la doctora estaba cerrando la puerta y caminó hasta su silla, el gesto que mostró en su rostro, fue de alerta para Macey.“Definitivamente algo no estaba bien.” Pensó.— ¿Está todo…? ¿Bien? —arrugó su ceño al hacer esta pregunta, claramente no estaba nada bien, ahora no podía agitarse o hacer esfuerzo por qué sentía que se asfixiaba.—No, no lo está. El ecocardiograma me ha mostrado
John estaba al lado de su padre en la gran mesa de la sala de juntas de JP Cosmetic, discutían detalles del próximo lanzamiento, estaban a tres días y de último momento comenzaron a salir desperfectos para Byron, Eleonor estaba del otro lado de la mesa quedando frente a su hijo, ella arrugó el ceño al ver la mirada perdida en él.—La junta ha terminado. —anunció Byron en un tono alto, los ejecutivos comenzaron a levantarse de sus lugares para retirarse, lo que Eleonor no hizo ni John. Cuando John tuvo la intención de hacer lo mismo, su padre lo detuvo. — ¿Qué pasa contigo? Has estado perdido en tu mundo durante la hora de la junta.John se pasó una mano por su rostro y soltó un bufido.—Lo siento, pero no he estado perdido en mi mundo como dices, he escuchado cada palabra que ha salido de cada uno. Las propuestas para el próximo
Macey miró el vestido colgando de su armario, estaba preparándose para ir al lanzamiento de JP Cosmetic, aunque no estaba segura del todo en acompañarlo, no podía cancelar de último momento. Se levantó y se acercó a su tocador, imaginó el maquillaje más sencillo, pero lo que más le preocupaba, era su rostro más delgado, las ojeras seguían siendo ocultadas por bastante maquillaje, apenas tenía unos días con el tratamiento y sentía frustración al no ver un cambio, pero sabía que era demasiado pronto.— ¿Quieres que te ayude a maquillarte? &mdash
Macey subió a su auto y manejó hacia el evento, se había negado a que John fuese por ella o mandara un chófer, prefería manejar ella misma. Encendió la radio y comenzó a escucharla mientras se dirigió al tráfico de la noche. Diez minutos después de haber salido de su casa, sonó su celular, la pantalla en el tablero le anunció que era: John Pierce. Una sonrisa apareció en sus labios, presionó con su pulgar en una diminuta parte del volante para poder contestar.—Ya estoy en camino, señor Pierce. —Macey sonrió divertida, pero la sonrisa se le borró poco a poco al ver que un auto aun la seguía desde hace varios minutos.—Me alegra escuchar eso, señorita Crawford. ¿Por dónde es que viene? —Macey torció su labio.—Creo que en unos veinte minutos podré estar llegando