POV. LUCÍA.— ¿Seb? Seb, hablame — el dolor en mi abdomen no me dejaba hablar muy bien. Sentía una fuerte presión y como si el aire no llegará del todo a mis pulmones, pero es que la bolsa de aire había salido expulsada con tanta fuerza y velocidad que el que yo estuviera consciente era un milagro, pero Seb no me respondía. El auto era blindado, pero afuera podía por perfectamente el cruce de disparos entre los chicos de las motos y los hombres que nos atacaron.Maldije cuanto intente mover a Seb y lo escuche gemir, necesitaba que se moviera, que despertara y que me hablará. — Seb, amor, despi… — no pude seguir hablando porque sentí una punzada aún más fuerte.De pronto la puerta del auto se abrió y un chico con casco me tomó del brazo y me tumbó al suelo.— En do-dos minutos llega una SUV, deben subirse e irse — estaba sangrando hasta por la boca.— Tú… ¿Estás herido? — Era la pregunta más tonta del mundo, pero yo a veces también podía ser muy tonta.El chico sonrió y me dejó ver s
POV. SEBASTIÁN.Ninguno imaginó aquel impacto, no lo esperábamos porque no contábamos con otro SUV, salvo las 3 que habíamos visto y habíamos logrado derivar.Sin embargo el golpe me sacó volando varios metros por el aire y caí entre el agua fría, casi helada, de aquel lago, el dolor y el impacto no me dejaron moverme, me sentí congelado, inutil y a punto de morir.Por mi mente solo pasaba el rostro de Lucía una y otra vez, ella no estaba bien, debía estar herida, porque el impacto fue directo en su lado y mientras volaba por el aire, vi como el auto caía al lago. Internet moverme una y otra vez, pero parecía una tarea imposible, el frío me estaba acuchillando el cuerpo y el aire comenzó a faltarme, luche tanto como pude, pero mis ojos comenzaron a cerrarse poco a poco, el frío me abrazó y no supe más de mí.POV. LUCÍA.— ¡HIJA DE PUTX! — Creo que mi grito se podía escuchar hasta en la china.Antes del choque, justo en esa fracción de segundo imperceptible y prácticamente impalpable,
POV. LUCÍA.— Adiós amor — bese a Sebastián suavemente, mientras seguía gimiendo y volviendo en consciencia —. Llevenlo a salvo — les dije a los chicos.— ¿Pero qué coño crees que haces? — Oliver tiró de mi mano y lo empuje con fuerza, cayó de trasero y de un tirón antes de ponerme de pie, saque el arma de la espalda de Elijah.¿De dónde sacan tantas armas estos hombres?Sin importar que, todo aquello me conviene más de lo que yo hubiese alcanzado a imaginar jamás.Corrí tan rápido como pude, algunos de ellos intentaron retenerme, pero los amanece con el arma. POV. BRYAN.— Abre los ojos, no te duermas — intentaba mantener a Sam despierta dándole pequeños golpes en la mejilla, pero parecía no funcionar.Estaba por volverme loco.Nos habían acorralado, nos tenían completamente cercados, mis hombres habían sido derribados prácticamente por completo, los hombres de Oliver y Elijah no daban señal de vida y solo me quedaba mi mujer, mi amada Sam.Mi frente estaba apoyada sobre la fría pared y los recuerdos de su pequeña hija que se sentía como mía me rodeaban, daban vueltas en mi cabeza mientras no paraba de imaginar a mi pequeño bebé que no había nacido, ni siquiera lo había visto en una ecografía.— Cu-cuida mi pequeña — susurró mientras acariciaba mi mejilla con la voz completamente quebrada y eso terminó de romper mi alma.— Mi amor, vamos a cuidarla juntos y a su hermanito, seremos esa familia que una vez soñamos mientras tu trasero desnudo me provoca sobre mi cama de universitario.Sam sonrió y tosió un poco, gimió y bajó su mano a su abdom90. LUCÍA, NO...
POV. SEBASTIÁN.— ¡Ma-mamá! ¡Ma-mamá! ¡Ma-mamá! — Los gritos iban en aumento, acompañados de gemidos y mocos que se mezclaban con lágrimas gruesas que rodaban por las regordetas mejillas de Leo.Al tiempo Theo se despertó y como por una acción de cadena o repetitiva empezó a llorar junto a su hermano.Yo estaba despierto, mirando al techo y aunque no estaba viendo a mis hijos, sabía que eso era lo que estaba pasando porque era como la escena de una mald¡ta película que se repetía una y otra vez.Así era desde hace casi un mes.Sentí de nuevo ese jodido nudo en mi garganta que bajaba hasta mi estomago y hacía que mis manos se pusieran frías, que una sola lágrima se resbalara por el lado y se perdiera en mi piel.Sí, Lucía, mi Lucía no estaba.Éramos solos nosotros tres contra el mundo y a veces quería simplemente irme de este mundo.Mi alma estaba destrozada.Mi corazón roto.Mi cuerpo pesaba.Mi alma no sabía si existía.Mis ojos veían todo en blanco y negro y lo más doloroso es que es
POV. SEBASTÍAN.Estaba de pie mirando a Kalila, lo que quedaba de ella.¿Qué seguía?¿Una lápida? ¿Una vida condenada a esto?¿Era tan necesario seguir cargando con ella?— Señor, anoche tuvo una crisis, se golpeó la cabeza contra las paredes y se lastimó bastante, se abrió la piel.— ¿Le pusieron el sedante? — Sí, fue necesario o de lo contrario…— Se hubiera matado — complete la oración. — Sí.— A veces creo que sería lo mejor.— Dejarla ir.— Sí.— Pero entonces le estaría dando la paz que ella le quitó a usted — mire rápidamente a Alexa que estaba a mi lado.Ella como siempre mantenía mis cosas sucias en orden y Kalila no era la excepción.— Pero dejarla con vida es quitarle la paz a mis hijos.— Yo no tengo hijos y puedo…— Francisca no estaría muy feliz de saber que…— Ella sabe que no soy una chica buena y puede vivir con eso.Reí.Reímos.Salí de la bodega y me subí al auto, tenía que volver a la ciudad pronto porque los niños salían del cole y la guardería, debía llevarlos
POV. SEBASTIÁN.Mis manos están a lado y lado del rostro de Lucía, su frente está perlada de sudor, sus labios algo hinchados y rojos, sus mejillas rosadas, sus pupilas dilatadas y una sonrisa se expande en mis labios.Ella sonríe en respuesta.¡Carajo!Me puse duro otra vez.Respire profundamente y la bese solamente con la lengua, la punta de mi lengua recorrió sus labios y ella gimió.— Mía — susurré sobre uno de sus pezones y la escuché reír.— Tengo dos hombres más.— Pero ellos no cuentan, son un par de infiltrados — dije mientras mi lengua iba en su ombligo y vi como su cintura se retorcía.— Son tus hijos — chillo riendo.— A veces me caen mal, porque te ocupan demasiado.Ambos reímos y subí de nuevo sobre su cuerpo.— Tenemos que ir a desayunar.— Uno más.— ¿Es una petición o una orden?— ¿Qué quieres que sea? — Se mordió el labio inferior y eso me volvió loco.— Eso ya no importa, vamos a hacerlo realidad — le dije y sonreí.Me hundí en esa sin piedad, estaba húmeda, calien
POV. LUCÍA.El frío me envolvió, el miedo y el pánico, lo último que vi fueron los ojos picaros de Oliver, pero sus ojos no eran pícaros y su sonrisa de niño traviero ya no estaba, simplemente, era el mismo miedo que yo tenía lo que sus ojos me estaban dando.Llame a Sebastián, a Theo, a Leo, a Carmen, a Marie, le grité a Loren y a Francisca, inclusive llamé a mis padres, pero parecía que nadie me escuchaba.Estaba llorando en un oscuro rincón que no podía reconocer, tenía un vestido blanco de lino y el piso frío me abrazaba.No había nadie, no había nada.Luego todo empezó a tener un calor extraño, un sonido parecido a una música dulce y calmante me envolvió.— ¿Qué haces ahí? — preguntó el niño al que no podía ver el rostro.— No lo sé — dije llorando.— ¿Y por qué lloras? — Insistió con las preguntas.— No lo sé — me puse de pie y ya no era negr0 el suelo, era verde, un prado verde e iluminado, sentía el sol en mi piel.Y luego sentí el calor de una mano sobre la mía.— Ven, vamos