POV. LUCÍA. Estaba en problemas, lo supe desde el momento en que Dan llegó a nuestra mesa.Pero nunca imaginé que los problemas fueran de tremendo calibre, mucho menos que sería Dan el mayor afectado. Estaba por hacerle un huevo al piso, caminaba como posesa de un lado a otro dentro de la habitación, mis manos todavía tenían sangre y mi respiración aún no se regulaba. Sebastián se había desaparecido por completo, no daba señales de vida y en realidad parecía que yo era la mala encerrada y aislada de mis hijos, de mi familia, de mis amigos, de todo. Grité, golpee la puerta, patalee, pero no había respuesta de nadie. La última imagen que tenía en mi cabeza era la de Sam sobre el cuerpo casi inerte de Dan, mientras apretaba la herida con fuerza. Después de eso fui tomada con fuerza y arrastrada por los brazos de Sebastián a una de las habitaciones de un hotel cercano y nada más. Me dejó aquí tirada como si fuera un paquete. Decidí tomar una ducha, limpiarme la sangre y sentarme e
POV. KALILA.— Hija, regresa.— No quiero, ya casi lo consigo.— Es un hombre casado, hace mucho te lo dejo claro. Casi quebramos por tu imprudencia.— Es mío — dije y sonreí.Estaba viendo a Lucía en el supermercado, desde la distancia, como siempre me gustaba observar, casi parecía un fantasma y eso era bueno.Colgué la llamada y lancé el teléfono a una caneca de basura que estaba cerca de mí, de alguna manera para mi padre era fácil rastrearme aún cuando yo no dejaba rastros, pero también para Bryan el amigo de Sebastián y para sus hombres, aunque desafortunadamente para ellos, yo estaba siempre dos pasos por delante.Y lo estaba porque simplemente durante mi tiempo junto a Sebastián me había dedicado por completo a estudiar y analizar sus rutinas, sus movimientos, su personal, sabía de memoria sus códigos de seguridad, todo lo que tenía que ver y si eso no era amor, entonces definitivamente no sabía lo que era. — Hola — salude a Lucía, sin la presión de tener a esos horribles gori
POV. LUCÍA.— ¡NO! — Técnicamente eso no fue un grito, fue más bien un rugido.Sí, definitivamente Sebastián estaba molesto, estaba en desacuerdo y definitivamente si algo salía mal, nunca me lo iba a perdonar. — Sebastián, la idea es buena — Bryan dijo con la voz muy baja mientras Sam estaba sobre sus piernas. — Ni de coña voy a aceptar semejante estupidez.— ¿La quieres atrapar o no? —Le pregunté claramente molesta y algo frustrada también.— Pero no te voy a exponer de esa manera.— Ella te quiere a ti y me quiere sacar del camino, sabe que tu no vas a ir a ella por mera voluntad, así que lo mejor es hacerle creer que me…— ¡NO! — Es riesgoso — la voz de Sam al fin se escuchó.La mire como si quisiera arrancarle la cabeza, pero podía entenderla perfectamente, después de todo ella vio a Dan ser atacado por esa loca desquiciada y el hombre aún no despertaba.— No tengo miedo de hacerlo y Seb — mire a mi esposo y tomé su mano —, no me interesa si estás de acuerdo o no, simplemente l
“Si se ha de herir a un hombre, se debe ser tan severo que no se pueda temer su venganza”Nicolás Maquiavelo.POV. BRYAN.— ¡SAM! —Grité con todas mis fuerzas.Pero ya se había ido, ya no estaba, se me escapó de entre las manos como agua y yo estaba entre histérico y enloquecido.¿Cómo había pasado todo aquello? Sobre todo en nuestras narices.Ni idea, pero sabía que Kalila no estaba sola, el asunto ahora era saber quién la estaba ayudando.— ¡QUIERO A MI MUJER, AHORA! No me importaba si tenía que mover cielo y tierra o quemar los mares enteros, pero de que conseguía a Sam, la conseguía de nuevo, además de que Sebastián estaba en manos de Kalila y Lucía también.Mientras fumaba un cigarrillo y miraba por la ventana de mi auto, reía por lo irónico de la situación, había dejado la mala vida que me había enseñado mi padre para poder ser feliz y ahora esa m*****a vida parecía no querer dejarme ir. — Señor — me llamó mi conducto, sacándome de mis tribulaciones.— ¿Qué sucede?— La señora
POV. LUCÍA.— Hola, querida Sam — escuche la voz de un hombre y me asuste —. ¿Lista para el show?Sí, tenía miedo, mucho. Pero no por mí, tenía miedo porque mi plan había sido un desastre y Sam que nada tenía que ver en todo esto estaba siendo afectada, además de Sebastián del que no sabía nada, excepto que estaba inconsciente hasta antes de que me arrastraran a este espacio que parecía una caja de fósforos y donde solo podía estar de pie.El hombre que me arrastro hasta aquí, era alto, de pelo negro, una cicatriz enorme en su rostro y unos dientes asquerosos. Se acercó demasiado a mí e intentó pasar sus manos por lugares que no debía, así que le arañe el rostro y tiré de su pelo con todas mis fuerzas, hasta que levantó su mano y golpeó mi rostro dejándome casi inconsciente. Cuando me recupere del todo, escuche la voz de ese hombre que amenazaba a Sam.— ¿Sam? — La llamé y esperé pacientemente a que respondiera.— Acá estoy — dijo suavemente.— ¿Te hicieron algo? — Aún no — respondió
POV. SEBASTIÁN.— ¡VAMOS, TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ! — El grito de Kalila fue lo único que me llegó y yo estaba gritando para ese momento.Más bien eran aullidos cargados de dolor, las lágrimas parecían limpiaban la sangre de mi rostro, mis manos que estaban atadas temblaban, mi cuerpo se estaba sacudiendo por el llanto.El lugar de repente quedó en silencio, afuera ya no se escuchaba nada y yo me sentí perdido.Mi Lucía no estaba, el amor de mi vida, la mujer por la que lo di todo, la mujer por la que decidí mantenerme vivo y enfrentar al monstruo de mi padre, la madre de mis hijos y yo…— ¡PUDRETE! — Le grité a Kalila cuando me desato y la empuja con violencia lejos de mí.Estaba por abalanzarme sobre esa mujer cuando vi que el cuerpo del guardia que traía a Lucía se removía y me volví loco, la ira y el dolor terminaron de enceguecer, ya no sentía dolor, ya no sentía nada. Simplemente quería matarlo.Corrí como pude hacía el hombre que se le dificultaba ponerse de pie y lo empuje le
POV. LUCÍA.— ¿Seb? Seb, hablame — el dolor en mi abdomen no me dejaba hablar muy bien. Sentía una fuerte presión y como si el aire no llegará del todo a mis pulmones, pero es que la bolsa de aire había salido expulsada con tanta fuerza y velocidad que el que yo estuviera consciente era un milagro, pero Seb no me respondía. El auto era blindado, pero afuera podía por perfectamente el cruce de disparos entre los chicos de las motos y los hombres que nos atacaron.Maldije cuanto intente mover a Seb y lo escuche gemir, necesitaba que se moviera, que despertara y que me hablará. — Seb, amor, despi… — no pude seguir hablando porque sentí una punzada aún más fuerte.De pronto la puerta del auto se abrió y un chico con casco me tomó del brazo y me tumbó al suelo.— En do-dos minutos llega una SUV, deben subirse e irse — estaba sangrando hasta por la boca.— Tú… ¿Estás herido? — Era la pregunta más tonta del mundo, pero yo a veces también podía ser muy tonta.El chico sonrió y me dejó ver s
POV. SEBASTIÁN.Ninguno imaginó aquel impacto, no lo esperábamos porque no contábamos con otro SUV, salvo las 3 que habíamos visto y habíamos logrado derivar.Sin embargo el golpe me sacó volando varios metros por el aire y caí entre el agua fría, casi helada, de aquel lago, el dolor y el impacto no me dejaron moverme, me sentí congelado, inutil y a punto de morir.Por mi mente solo pasaba el rostro de Lucía una y otra vez, ella no estaba bien, debía estar herida, porque el impacto fue directo en su lado y mientras volaba por el aire, vi como el auto caía al lago. Internet moverme una y otra vez, pero parecía una tarea imposible, el frío me estaba acuchillando el cuerpo y el aire comenzó a faltarme, luche tanto como pude, pero mis ojos comenzaron a cerrarse poco a poco, el frío me abrazó y no supe más de mí.POV. LUCÍA.— ¡HIJA DE PUTX! — Creo que mi grito se podía escuchar hasta en la china.Antes del choque, justo en esa fracción de segundo imperceptible y prácticamente impalpable,