POV. SEBASTIÁN.— Pulso débil, respiración agónica, y presión arterial extremadamente baja. Su nivel de oxígeno en sangre está críticamente bajo —yo no soltaba su mano mientras los paramédicos le entregaban el informe a los médicos.— Sebastián, tienes que salir de aquí.— ¡Oblígame! — le gruñí en la cara y volví junto a Lucía. Todos los médicos se miraban entre sí casi nerviosos.— No puedes estar aquí — entró Samantha colocando su fonendoscopio en los oídos y abriéndose camino entre los médicos.— ¡No olvides que soy tu jefe!— Pero la directora del hospital soy yo, así que puedes despedirme cuando termine de salvar a tu hijo y a tu esposa. ¡Reporten! ¡Y saquenlo de aquí! — Lucía no responde a estímulos verbales o físicos, indica… Un posible daño neurológico.Las palabras del joven médico me hicieron detener los pasos de salida que había empezado a dar. — ¿Qué? — ¡Carajo! Samantha no perdió tiempo y para asegurar una vía respiratoria y proporcionar oxígeno, ella procedió a intuba
POV. SEBASTIÁN.Dos meses.Dos meses completos con sus noches y sus días, mi pequeño se había puesto demasiado fuerte, sus ojos se abrieron una noche que fui a darle la comida en esa horrible jeringa, pero no había otro modo, me miró tan fijamente que sentí que mi alma se iba de mi cuerpo.Era la cosita más preciosa que había visto jamás y las lágrimas me ahogaron en ese momento.— Mi pequeño — los alude y su pequeña mano rodeo y apretó con fuerza mi dedo meñique.— Aún no tengo un nombre para ti, porque mamá no despierta y ella no me dijo cómo quería que te llamaras, ask que por ahora serás “mi pequeño” Las enfermeras y doctores me enseñaron a cargarlo, a cambiarlo, a llevarlo sobre mi pecho desnudo y envolverlo en una prenda especial para que fuéramos solo él y yo y de ese modo mi calor lo ayudará a crecer más sano.— Lo hace muy bien — Samantha entró a la UCI a saludar a mi pequeño como siempre hacía.— Gracias.— Hoy obtuvimos unos resultados inesperados de Lucía.Sus palabras no
POV. LUCIA.— Dan — susurré cuando abrí mis ojos.Solo tenía el nombre de Dan en mi cabeza, porque cuando entré a la sala de urgencias medio consciente fue lo último que ví y le suplique porque salvará a mi pequeño hijo.Sentí mucha sed, mareo y dolor de cabeza.Los médicos se apresuraron a examinarme para asegurarse de que mi recuperación inicial fuera estable. Revisaron los signos vitales, realizaron pruebas neurológicas y se aseguraron de que no hubiera complicaciones adicionales. Aunque estaba débil, los signos eran alentadores, y los médicos decidieron que era seguro trasladarme a una habitación más cómoda.— ¿La podemos ver? — Escuche la voz de mi made.— Debemos evaluar su nivel de conciencia y capacidad de respuesta. Reflejos Pupilares, reflejos tendinosos y de extremidades para asegurarse de que no haya daño neurológico adicional. — Entiendo — la voz de mi madre parecía ir y volver. Luego éramos simplemente médicos y yo.Me pidieron que abriera los ojos, siguiera comandos si
POV. SEBASTIÁN.— ¡Vamos, levántate! ¡niño de cara bonita!Estaba escupiendo sangre y me reía por sus palabras.Cuando Lucía llamó a Dan, me di cuenta que no importaba lo que yo hiciera, no había nada que pudiera lograr limpiar mi nombre y ganarme el respeto o admiración de Lucía, así que la verdad tampoco iba a ser útil en ese momento.Lance un gancho derecho y golpee en la mandibula, pero enseguida sentí el golpe en mis costillas. Caí de rodillas de nuevo y me reí. Todo pasaba por mi cabeza.Me sentí relegado y dolido cuando Lucía, al abrir los ojos después de su terrible accidente, llamó primero a Dan en lugar de a mi. — ¡Eres una princesa! — Me gritó el bastardo con el que estaba peleando. Pero mi mente no estaba allí, podía escucharlo y actuar, pero mi mente estaba en ese día. Ese acto, aunque sencillo, se sintió como una puñalada en el corazón, reafirmando mis peores temores y resentimientos. Con el peso de la traición y la amargura aplastando mi espíritu, me fui del hospital s
“Cuando uno está enamorado comienza engañandose a sí mismo y termina engañando a los demás” O. Wilde. POV. SEBASTIÁN.— Despierta hijo mío.— No quiero.— Debes despertar.— No.— Debes saludar a tu pequeño — la voz de mamá sonaba tan fuerte y claro que pensé que definitivamente había muerto.Pero entonces un vaso de agua helada cayendo sobre mi rostro me demostró que no, que estaba muy vivo.— ¡STAR! ¡NO DE NUEVO! — Grite sentándome con rapidez sobre el colchón, esperando que el asqueroso olor a humedad de mi horrible habitación y el resorte salido del colchon me puyara la espalda. Pero entonces noté que el colchón estaba demasiado mullido, que la habitación no olía a humedad y que la luz era muy resplandeciente, limpié mi rostro del agua y sentí algo pegado a mi mano. Bendas. Además yo también olía como si me hubiera bañado. Antonio sostenía el vaso de cristal, Felipe hablaba con Samantha la directora del hospital, a mi lado estaba mi mamá y yo no podía creerlo.— ¿Estás aquí? —
"El mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón" Mario Benedetti. POV. SEBASTIÁN.— Hoy puedes regresar a casa — Dan me entrego el papel que constaba mi alta médica.— No pareces muy feliz por mandarme a casa Doc — le dije con sarcasmo y reí.— La tuviste y no fuiste capaz de disfrutarla, pero cuando ella decidió que era hora de irse, simplemente decidiste que lo mejor era tenerla sin importar el coste.— Ese es tu problema Dan, que nunca has podido superar que soy mejor que tu en todo y siempre tengo todo lo que quiero.— No eres mejor que yo, solamente tomas sin pedir permiso y mucho menos pides perdon, no mereces nada de lo que dices que deseas y eso simplemente eso, me hace mejor que tú. Eres una basura.— ¡JA! — reí y me acerqué a él —. No seas igualado, que ambos sabemos que la basura se separa y tú y yo nunca vamos a estar al mismo nivel — me acerqué a su oído y susurré —. Así que solamente quedate en tu rincón mugroso y espera
POV. SEBASTIÁN.Un día aburrido de trabajo, un día completo con papeles sobre mi escritorio, gente entrando y saliendo de mi oficina, cosas por firmar, órdenes que dar, asuntos que arreglar, Felipe y Antonio mirándome con rabia y sin decir más que algunos monosílabos.Mi madre llegó a la hora del almuerzo y hablaba y hablaba de muchas cosas que aunque tenían sentido, no me importaban.Se veía más radiante que nunca. Elegante.Hermosa.Los ojos de las damas de sociedad estaban sobre ella y algunos murmullos ridículos que parecían risas sobre nosotros.— ¿Qué piensas? — preguntó mamá y yo la mire con una amplia sonrisa.— Estoy de acuerdo — dije y bebí agua sin mirarla a los ojos.— Gracias, entonces enviaré un ramo de flores a los padres de Lucía y…— ¡¿Qué carajos?! ¡Estas demente! ¿Te afectó el psiquiátrico? Creí que habías dicho que era como un hotel 5 estrellas.— No me prestas atención, así que decidí decir cualquier cosa para ganarla. — No bromees con eso. No quiero molestar má
POV. SEBASTIÁN.— ¿Qué carajos pasa contigo, Lucía? — ¿Conmigo? —Estaba más bien arrastrando las palabras.— Ven — tire del delgado brazo de Lucía a un lado.Tenía que alejarla de allí rápidamente y tratar de pasar desapercibido, el problema es que habían pasado 3 canciones en las que no había dejado de parar con ella y no me había percatado que los ojos de todos estaban sobre nosotros.Sobre todo porque en toda la noche no había bailado ni una sola pieza con la que es mi esposa.Pero la verdad es que no tenía ganas de obligar a Lucía a nada más, tal vez porque mi mente poco a poco estaba aceptando que lo que ella menos necesitaba era a mí. Tal vez también porque estaba resignado a que lo de ella era estar con Dan y punto.— Su-suéltame — refunfuño y yo quería quitarle la cabeza.— ¿Tienes idea de lo que hiciste allá afuera? — No me di cuenta que la había liberado y ella estaba pegada a la pared más próxima.— ¿Y qué importa? — Dijo con los dientes muy apretados y una mirada molesta