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Capitulo 6: Jugar con mis sentimientos ❤️

Lebron comenzó a quitarse su ropa interior, cada prenda cayendo al suelo. Su cuerpo, tallado por músculos, se revelaba ante mí. Mis ojos no podían apartarse de él; había una fuerza cruda y una belleza innegable.

Se inclinó de nuevo hacia mí. Su mano, firme y cálida, recorrió mi cuerpo, mientras quitaba mi vestido. Pronto, me encontré igual de desnuda que él.

—Eres increíblemente hermosa—murmuró, mientras besaba mi hombro izquierdo.

Se recostó a mi lado, su cuerpo en contacto con el mío, creando una conexión intensa y palpable. Sus labios encontraron mi cuello, dejando un rastro de besos ardientes que bajaban lentamente, enviando oleadas de placer a través de mí. Sus manos no se detenían, explorando cada rincón de mi ser, descubriendo lugares que nunca antes habían sido tocados.

—Lebron, por favor…—susurró su nombre mientras cierro mis ojos.

—No puedo detenerme—dijo con la voz excitada. Su parte íntima estaba completamente erecta, el tamaño es grande y gruesa, un poco más que la de Alex, aunque solo la ví por accidente mientras nadaba en la piscina de su apartamento.

Lebron, con mucho cuidado, estira mi pantis hasta quitarla, y arrojarla al lado.

Solté un suspiro, estaba a punto de ser penetrada por lebron. Pero él fue demasiado cuidadoso y para que no me doliera tanto, porque era mi primera vez, empezó a frotar uno de mis senos para que lograra entrar en calor, y así fue, cierró los ojos disfrutando del placer tan inmenso que me hacía sentir mi raptor, inmediatamente lebrón tomó con su mano su miembro y empezó a meterlo lentamente dentro de mi, el calor que emana de mi vagin@ era sensacional, hacía que el procesó fuera más facil.

—¡Oh!—exclamo Lebron ligeramente excitado.

Aún no me penetraba del todo, y ya estaba comenzando a tener esa rica sensación de placer, por mi parte, tenía la piel como la de un pollo, y lo único que quería, era que Lebron entrará de una vez.

Lebron al ver que me había excitado tanto, aceleró su movimiento, para lograr sumergir aún más su miembro, pero se detuvo de golpe luego de sentir la presión en mi vagin@ y un quejido inesperado de mi parte.

—Me duele, por favor... —susurró con los ojos cristalinos.

Lebron se acercó con cuidado, sus movimientos eran lentos y calculados, como si temiera romper algo frágil y me besó, un beso que, por un instante, disipó todo rastro de dolor. En ese breve respiro de alivio, él logró entrar completamente, y me susurró al oído con una voz cargada de emoción:

—Me siento tan afortunado de ser el primero en tu vida.

Estas palabras, lejos de consolarme hicieron que volviera en sí de golpe. Una chispa de lucidez iluminó mi mente, por esa razón, lo empuje a un lado con una fuerza inesperada. Parecía como si él hubiera lanzado algún tipo de hechizo sobre mí, uno que me había sometido tan fácilmente. Pero ahora, esa magia se desvanecía, dejando una realidad cruda y desgarradora.

Con el corazón latiendo frenéticamente, mire a Lebron con miedo y rabia.

—¿Qué has hecho...? —susurró, con mi voz quebrada pero firme.

Lebron me miró, su expresión era de confusión. Intentó acercarse de nuevo, pero levanté una mano, deteniéndolo en seco.

—No te acerques más. Pensé que... pero no, esto está mal.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. El hechizo, si es que lo había, se había roto completamente.

—Celine, yo... —comenzó Lebron, pero lo interrumpí.

—No. No hay excusas. No puedes jugar con mis sentimientos de esta manera.

—No te he hecho nada malo… tú misma decidiste estar conmigo.

Negué con la cabeza, y me levanté de la cama, mientras daba un paso atrás, poniendo distancia entre nosotros..

—Lebron, necesito estar sola. Necesito entender cómo me dejé llevar tan fácilmente.

Apenas había dado unos pasos atrás, cuando la puerta se abrió de golpe. Patrik irrumpió en la habitación, su rostro pálido y su respiración era agitada.

—¡La policía está en camino! —gritó.

Lebron se quedó paralizado. El miedo y la desesperación se reflejó en sus ojos mientras intentaba procesar la nueva amenaza.

—¿Qué? —dijo Lebron, poniéndose de pie rápidamente, su mente trabajando a toda velocidad para entender la situación.

—No hay tiempo para explicaciones —respondió Patrik, mirando frenéticamente a su alrededor—Tenemos que salir de aquí Jefe, ahora.

Sentí cómo mi corazón se aceleró, de miedo y felicidad, estaba feliz, ya que la policía había venido a rescatarme.

Lebron tomó una decisión rápida. Y se acercó a mí, su expresión grave pero decidida.

—Tenemos que irnos, Celine. Patrik, ¿sabes una ruta de escape?

Patrik asintió, aunque la preocupación era evidente en su rostro.

—Sí, por la parte trasera. Hay un callejón que nos lleva directamente a un lugar seguro. Pero tenemos que movernos ya.

En el momento que íbamos a correr, me detuve, plantando mis pies firmemente en el suelo y dije:

—No voy a ir a ninguna parte .

Lebron se giró hacia mí, su rostro oscurecido por la frustración. Las sirenas se acercaban, el tiempo se agotaba.

—Celine, no es el momento para esto —gruñó, sus ojos llenos de impaciencia—. Tenemos que movernos ya.

—La policía ha llegado, no puedo ir contigo, descarado—declare con una mirada de rivalidad.

La furia de Lebron aumentó, y sus manos temblaban de rabia.

—Si no te mueves ahora, Celine, no me dejás otra opción. No dejaré que arruines todo esto.

—Tienes que entender, no puedo ir contigo—repito con la voz un poco más calmada.

Pero Lebron estaba más allá de escuchar. Por ello, me agarró por el brazo, sus dedos apretando con fuerza, me hicieron flaquear.

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