Lebron comenzó a quitarse su ropa interior, cada prenda cayendo al suelo. Su cuerpo, tallado por músculos, se revelaba ante mí. Mis ojos no podían apartarse de él; había una fuerza cruda y una belleza innegable.
Se inclinó de nuevo hacia mí. Su mano, firme y cálida, recorrió mi cuerpo, mientras quitaba mi vestido. Pronto, me encontré igual de desnuda que él. —Eres increíblemente hermosa—murmuró, mientras besaba mi hombro izquierdo. Se recostó a mi lado, su cuerpo en contacto con el mío, creando una conexión intensa y palpable. Sus labios encontraron mi cuello, dejando un rastro de besos ardientes que bajaban lentamente, enviando oleadas de placer a través de mí. Sus manos no se detenían, explorando cada rincón de mi ser, descubriendo lugares que nunca antes habían sido tocados. —Lebron, por favor…—susurró su nombre mientras cierro mis ojos. —No puedo detenerme—dijo con la voz excitada. Su parte íntima estaba completamente erecta, el tamaño es grande y gruesa, un poco más que la de Alex, aunque solo la ví por accidente mientras nadaba en la piscina de su apartamento. Lebron, con mucho cuidado, estira mi pantis hasta quitarla, y arrojarla al lado. Solté un suspiro, estaba a punto de ser penetrada por lebron. Pero él fue demasiado cuidadoso y para que no me doliera tanto, porque era mi primera vez, empezó a frotar uno de mis senos para que lograra entrar en calor, y así fue, cierró los ojos disfrutando del placer tan inmenso que me hacía sentir mi raptor, inmediatamente lebrón tomó con su mano su miembro y empezó a meterlo lentamente dentro de mi, el calor que emana de mi vagin@ era sensacional, hacía que el procesó fuera más facil. —¡Oh!—exclamo Lebron ligeramente excitado. Aún no me penetraba del todo, y ya estaba comenzando a tener esa rica sensación de placer, por mi parte, tenía la piel como la de un pollo, y lo único que quería, era que Lebron entrará de una vez. Lebron al ver que me había excitado tanto, aceleró su movimiento, para lograr sumergir aún más su miembro, pero se detuvo de golpe luego de sentir la presión en mi vagin@ y un quejido inesperado de mi parte. —Me duele, por favor... —susurró con los ojos cristalinos. Lebron se acercó con cuidado, sus movimientos eran lentos y calculados, como si temiera romper algo frágil y me besó, un beso que, por un instante, disipó todo rastro de dolor. En ese breve respiro de alivio, él logró entrar completamente, y me susurró al oído con una voz cargada de emoción: —Me siento tan afortunado de ser el primero en tu vida. Estas palabras, lejos de consolarme hicieron que volviera en sí de golpe. Una chispa de lucidez iluminó mi mente, por esa razón, lo empuje a un lado con una fuerza inesperada. Parecía como si él hubiera lanzado algún tipo de hechizo sobre mí, uno que me había sometido tan fácilmente. Pero ahora, esa magia se desvanecía, dejando una realidad cruda y desgarradora. Con el corazón latiendo frenéticamente, mire a Lebron con miedo y rabia. —¿Qué has hecho...? —susurró, con mi voz quebrada pero firme. Lebron me miró, su expresión era de confusión. Intentó acercarse de nuevo, pero levanté una mano, deteniéndolo en seco. —No te acerques más. Pensé que... pero no, esto está mal. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. El hechizo, si es que lo había, se había roto completamente. —Celine, yo... —comenzó Lebron, pero lo interrumpí. —No. No hay excusas. No puedes jugar con mis sentimientos de esta manera. —No te he hecho nada malo… tú misma decidiste estar conmigo. Negué con la cabeza, y me levanté de la cama, mientras daba un paso atrás, poniendo distancia entre nosotros.. —Lebron, necesito estar sola. Necesito entender cómo me dejé llevar tan fácilmente. Apenas había dado unos pasos atrás, cuando la puerta se abrió de golpe. Patrik irrumpió en la habitación, su rostro pálido y su respiración era agitada. —¡La policía está en camino! —gritó. Lebron se quedó paralizado. El miedo y la desesperación se reflejó en sus ojos mientras intentaba procesar la nueva amenaza. —¿Qué? —dijo Lebron, poniéndose de pie rápidamente, su mente trabajando a toda velocidad para entender la situación. —No hay tiempo para explicaciones —respondió Patrik, mirando frenéticamente a su alrededor—Tenemos que salir de aquí Jefe, ahora. Sentí cómo mi corazón se aceleró, de miedo y felicidad, estaba feliz, ya que la policía había venido a rescatarme. Lebron tomó una decisión rápida. Y se acercó a mí, su expresión grave pero decidida. —Tenemos que irnos, Celine. Patrik, ¿sabes una ruta de escape? Patrik asintió, aunque la preocupación era evidente en su rostro. —Sí, por la parte trasera. Hay un callejón que nos lleva directamente a un lugar seguro. Pero tenemos que movernos ya. En el momento que íbamos a correr, me detuve, plantando mis pies firmemente en el suelo y dije: —No voy a ir a ninguna parte . Lebron se giró hacia mí, su rostro oscurecido por la frustración. Las sirenas se acercaban, el tiempo se agotaba. —Celine, no es el momento para esto —gruñó, sus ojos llenos de impaciencia—. Tenemos que movernos ya. —La policía ha llegado, no puedo ir contigo, descarado—declare con una mirada de rivalidad. La furia de Lebron aumentó, y sus manos temblaban de rabia. —Si no te mueves ahora, Celine, no me dejás otra opción. No dejaré que arruines todo esto. —Tienes que entender, no puedo ir contigo—repito con la voz un poco más calmada. Pero Lebron estaba más allá de escuchar. Por ello, me agarró por el brazo, sus dedos apretando con fuerza, me hicieron flaquear.El tiempo se agotaba, y la rabia de Lebron era más intensa que cualquier palabra. Con una furia desbordante, sacó su arma y la apuntó a mi cabeza.—¿Jefe, qué hace? —exclamó Patrik, asustado. Sabía que si Lebron me mataba, todo estaría perdido. Alex no cedería por su novia y buscaría venganza contra Isabell. Patrik intentó razonar con él—. No se atreva, de lo contrario, Isabell morirá también.—Esta mujer es bien terca—respondió Lebron.A pesar de todo, mantuve mi decisión firme de no caminar. Me planté como un árbol de coco, dispuesta a enfrentar lo que viniera. Y lo miré directamente a los ojos.—Si quieres, mátame. Al menos así olvidaré lo que hicimos.Ambos estábamos desnudos, sin importar la presencia de Patrik. No nos molestamos en vestirnos, pero Lebron, notando la mirada fija de Patrik en mi cuerpo, lo regañó con furia.—¿Qué estás mirando? —rugió con voz llena de enojo. Patrik desvió la mirada hacia la puerta, recordándonos la urgencia de escapar.Con manos temblorosas, Lebron
Después de andar en auto por al menos una hora, llegamos a una casa que, en realidad, es hermosa. Con sus grandes ventanales y un pequeño parque en la entrada, parecía un refugio idílico. Me quedé pensativa, sin entender por qué una casa así tendría un parque. ¿Acaso es padre?—Llegamos a tu nuevo hogar—me anunció, esta vez retirando el arma de mi cabeza. —Me siento cansada, me duelen las piernas—le dije con la voz entrecortada. En realidad, me dolía todo el cuerpo; ese viaje me había dejado sin aliento. Lebron salió del auto, se dirigió al puesto de conductor, abrió la puerta y me ayudo a salir.Mi cuerpo resonó como maracas; no podía con mi alma, y por eso mis piernas flaquearon, haciéndome caer al suelo, arrodillada.—Dios mío, Celine, tu pierna—exclamó Lebron mientras se agachaba para cargarme en sus brazos. Sentí un alivio momentáneo al estar entre sus brazos, y cerré los ojos con confianza y me dejé llevar hasta una habitación. Me acostó en una cama que olía a manzana—. Traeré
Aparté la mirada de Lebron y me enfoqué en terminar la sopa. No puedo negar que estaba deliciosa y, al final, me ayudó mucho con mi debilidad. Unos minutos más tarde, Matilde vino corriendo, avisando que Patrik estaba en la puerta, tocando con desesperación. —Señor, es Patrik. Está en la puerta, herido. Lebron se levantó de la silla, dejándome hundida en mis pensamientos, y salió corriendo en busca de Patrcik. —Señora Celine, con su permiso, iré a terminar de lavar los platos —dijo Matilde. Me quedé en silencio, sin entender por qué esta mujer me trataba con formalidad. Yo solo soy una víctima. —¡Jefe, no pudimos! Él murió —dijo Patrcik desde lejos. Su voz era profunda y desesperada. —Cálmate y siéntate. Ya lo hecho, hecho está; no podemos revivirlo —respondió Lebron con voz arrogante y sin piedad. —Jefe, mi hermano está muerto —dijo Patrcik con las manos temblorosas. —Lleva a tu hermano a una habitación y atiéndelo —ordenó Lebron a la chica que había ayudado a raptarme
Si vuelves a meterte conmigo, te voy a matar, lo juro—dije con la voz temblorosa. Aunque por dentro me moría de miedo, tenía que establecer mis reglas también; no podía dejarme de esta culicagada.El odio me consumía, tenía sed de venganza y quería seguir dándole con aquella piedra, pero me detuve en seco luego de escuchar los gritos de Matilde, quien corría hacia nosotras.—¡Señora, qué ha hecho!—preguntó la mujer con el rostro horrorizado mientras me quitaba la piedra de la mano.—Ella me buscó primero—dije entre titubeos.La chica seguía derramando sangre de su cabeza, intentando llorar, pero su ego era más grande.—¡Llamaré al jefe!—dijo Matilde mientras corría hacia la mansión.Lebron vino corriendo tan rápido como pudo, encontrándose con la devastadora escena. Mis manos temblaban y mi voz estaba apagada debido a la irá que me consumía, mientras Matilde ayudaba a la chica a levantarse del pasto. La mirada de la chica estaba clavada en el suelo, incapaz siquiera de levantar la cab
Sentí un frío recorriendo todo mi cuerpo. La situación se volvía más complicada: estaba sola y ellos eran dos. Sabía que si se unían contra mí, podrían matarme fácilmente, y Lebron jamás se daría cuenta.Sentí las cálidas manos de Lebron tocando las mías, haciendo que la tensión disminuyera un poco. En ese momento, mis manos dejaron de temblar.—Querida, vamos al baño. Necesitas darte una ducha y relajarte un poco—dijo Lebron. Asentí como una muñequita dominada por su dueño y empecé a caminar junto con él, aún con mis piernas temblorosas. Él me ayudaba, y pude sentir esa protección varonil que tanto necesitaba—Sé que estás un poco saturada por la situación, pero créeme, esto es lo mejor para ti.No entendía el contexto de sus palabras. ¿Acaso creía que teniéndome cautiva era lo mejor para mí? No, este hombre no estaba bien de la mente.Al llegar al baño, Lebron entro También, me puse tensa luego de verlo a mi lado.—¿Me puedes dejar sola?—Le pido. Pero él niega.—Sola no podrás...—me
—Ese maldito de Alex me las va a pagar —murmura Lebron, golpeando la mesa con fuerza, haciendo que una lámpara se caiga y se rompa en mil pedazos y cause fuego. Grito aterrada al ver las llamas que brotan del suelo, pero se apagan rápidamente. En ese momento, la voz de la chica se apaga. Reconozco la voz de Alex al arrebatarle el teléfono. —¡Dame el maldito teléfono perra!—gritó Alex. —¡Amor ayúdame!—Exclamó la chica a lo lejos. —Ya escuchaste a tu novia. Ahora, entrégame todo el dinero si no quieres que la mate. Un dolor agudo perfora mi pecho, me cuesta respirar y las lágrimas comienzan a brotar. —Eres un maldito desgraciado. Te juro que en cuanto te vea, te arrancaré la piel hasta dejarte en carne viva —grita Lebron, su voz temblando de rabia. Parecía una bestia enfurecida, con las venas de sus manos y cabeza sobresaliendo. Yo, por mi parte, no podía dejar de llorar. Mis ojos dolían por el llanto incesante, y el miedo me paraliza. Sentí como mi vista se volvía borrosa. Esta
—Mira, pedazo de estúpido, te lo vuelvo a repetir. Si no me entregas a Isabell esta misma noche, mataré a tu novia. Sabes perfectamente que no estoy jugando, te lo dije desde un principio, y no me creíste, es más, quisiste enredarme como siempre lo has hecho, Pero esta vez, no será igual.Las duras palabras de Lebron me hicieron temblar, aunque no creía que fuera capaz de hacerlo. Una corazonada se formó en mi vientre, causándome un gran dolor.—Lebron, puedes hacer con Celine lo que se te pegue en gana. A decir verdad, ella no me interesa, si quieres foll@r con ella, hazlo, si quieres vender sus órganos, hazlo—dijo Alex con voz arrogante. En ese momento, la furia de Lebron se intensificó. Caminó hacia mí como un toro, me agarró del antebrazo y me agito haciendo estremecer mi cerebro.—Alex, no estoy para juegos. Te he dicho que voy a matar a tu novia —repitió Lebron, con poca paciencia. Pero se escuchó una risa forzada al otro lado de la línea.—Ya te he dado mi respuesta. Mátala. M
Rendida por la situación, me dejé caer entre las hierbas altas que llegaban hasta mis pantorrillas. La noche estaba fría, y el sonido de los búhos hacía que mi piel se erizara de temor.—¡Celine! —gritó Lebron, acercándose más y más.—Estoy perdida, ya no tengo otra opción que volver —mascullo mientras aprieto mi mano contra mi boca.La voz de Lebron se acercaba cada vez más, mientras mi mente se sumergía en la soledad y un oscuro pensamiento de tragedia. El mundo que había idealizado junto a Alex se desmoronaba poco a poco, como un castillo de naipes.Escuché a alguien saltar la cerca y caer en el pasto. Cerré los ojos con fuerza y me abracé a mí misma, sintiendo los pasos acercarse cada vez más, como un ser desconocido en medio de la oscuridad. En el momento menos esperado, unas manos frías tocaron mis hombros.—Tranquila, no te haré daño—susurró Lebron.En ese instante, sentí una inmensa felicidad. Él me había encontrado. No sé por qué, pero me sentí tan protegida que me volví haci