Capítulo: "No me gusta ese hombre"Álvaro y Aurora caminaban por el pasillo del geriátrico, sumergidos en una conversación tranquila. El ambiente, aunque sereno, estaba cargado de una tensión latente. Al llegar a la sala común, se encontraron con varios residentes charlando en susurros, como si compartieran un secreto.El señor Luis, conocido por su carácter franco, alzó la voz al verlos acercarse.—¿Han oído lo de Don Juan? —comentó, mirando a Marta con una expresión grave.Aurora se tensó ligeramente al escuchar el nombre, pero continuó caminando con una compostura que ocultaba su incomodidad. Álvaro, más atento, no pudo evitar interesarse por la conversación.—¿Qué pasó al final con Don Juan? —preguntó Marta, en tono bajo, como si temiera ser oída por alguien más.—Es extraño —dijo Luis, sacudiendo la cabeza—. Estaba mejorando, pero de repente se puso peor. Es como si algo hubiera cambiado de golpe.Aurora mantuvo una expresión neutral, aunque Álvaro notó un leve endurecimiento en
capitulo:En la Sombra del PasadoHabían pasado unos días desde aquella salida con Aurora, una charla cargada de confidencias y miradas que decían más de lo que las palabras podían expresar. La noche había caído nuevamente sobre el geriátrico "Último Amanecer", cubriendo el lugar con un manto de tranquilidad solo aparente. Los pasillos, desiertos y tenuemente iluminados por las lámparas de emergencia, eran testigos de las historias que se tejían en el silencio de la madrugada.Álvaro Méndez, disfrazado bajo su uniforme de enfermero, caminaba con un paso calculado hacia la oficina de gerencia. Las palabras de Aurora y sus propias sospechas formaban un tumulto en su mente. Cada conversación que escuchaba, cada mirada furtiva que captaba, se sumaban a un cuadro cada vez más oscuro y complejo.—Ella siempre está investigando algo aquí. Dice que los dueños ocultan cosas —le había susurrado una de las empleadas el día de su llegada, una frase que se había instalado en su cabeza como una a
Capítulo: La Encrucijada de ÁlvaroLa mañana había llegado con un aire denso y cargado de incertidumbre. Álvaro se dirigía hacia la pequeña cafetería donde se encontraría con Horacio Funes. Su mente era un torbellino de pensamientos y emociones. La conversación que estaba a punto de tener era algo que había estado evitando, pero sabía que era inevitable.Al llegar, Funes ya estaba sentado en una mesa en el rincón, con una expresión que mezclaba preocupación y seriedad. Álvaro se sentó frente a él, y antes de que pudiera hablar, Funes tomó la iniciativa.—Álvaro, sabes que te aprecio como a un hijo, pero lo que estás haciendo es peligroso. No solo para ti, sino para todos los que están involucrados en este caso. —Funes hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Sé que esto es personal para ti, pero precisamente por eso creo que no eres la persona adecuada para continuar con esta investigación.Álvaro frunció el ceño, sintiendo una mezcla de frustración y desafío. Sabía que Fune
Capítulo Confidencias en la NocheÁlvaro revisaba los informes en su pequeño despacho cuando un suave golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Al levantar la vista, vio a Aurora asomándose tímidamente.—¿Puedo entrar? —preguntó en voz baja.—Claro, pasa —respondió, cerrando la carpeta que tenía en las manos.Aurora se sentó frente a él, con una expresión de preocupación en su rostro. Durante unos segundos, se mantuvo en silencio, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.—Álvaro, necesito hablar contigo... —comenzó, bajando la mirada hacia sus manos entrelazadas—. No sé por qué, pero siento que puedo confiar en ti.Álvaro se inclinó un poco hacia adelante, alentándola a continuar.—Es sobre Richard. No me da buena espina. Hay algo en él que no me gusta, y creo que deberías tener cuidado. No es una persona en la que yo confiaría —advirtió, mirándolo a los ojos.Álvaro asintió, tomando nota mental de sus palabras, pero cuidando de no revelar nada de su verdadera identid
capitulo: La libreta de Ana.Álvaro comenzaba a sentirse cada vez más a gusto con Aurora. Su conversación fluía con una naturalidad sorprendente, y poco a poco, ella empezaba a confiar en él. Durante uno de esos momentos de apertura, Aurora mencionó algo que despertó el interés de Álvaro: una libreta que había encontrado entre las pertenencias de Ana Sánchez, una de las residentes fallecidas.—Es una libreta vieja —explicó Aurora, sacándola de su bolso y mostrándosela a Álvaro—. Ana solía anotar todo en ella. Desde que llegó al hogar, registraba detalles del día a día, cosas personales, pero también observaciones sobre el personal y los otros residentes. Lo que me llamó la atención fue que hay dos muertes anotadas aquí, y en ambas menciona que Richard estaba a cargo de las horas de comida y cena.Álvaro tomó la libreta, examinando las páginas amarillentas llenas de la letra meticulosa de Ana. Cada entrada estaba fechada, y las descripciones eran precisas. Las muertes mencionadas, ocu
Capítulo "Un Acuerdo Silencioso" Álvaro y Aurora se reunieron en la pequeña oficina del geriátrico "Último Amanecer", lejos de las miradas curiosas del personal y los residentes. Ambos sabían que cualquier paso en falso podría alertar a quienes estaban detrás de las irregularidades en el lugar. La misión que habían trazado requería discreción absoluta. —Tenemos que ser meticulosos —dijo Aurora, cerrando la puerta detrás de ellos. Sus ojos verdes, profundos y analíticos, reflejaban preocupación, pero también una determinación inquebrantable—. Nadie puede saber que estamos tomando muestras de sangre para enviarlas a otro laboratorio. Álvaro asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. —Las pruebas del laboratorio del geriátrico podrían estar manipuladas. Necesitamos un análisis independiente para confirmar nuestras sospechas sobre el envenenamiento por el agua. Aurora se sentó frente a él, desplegando un plan detallado. —He hablado con un amigo de confianza que trabaja en
Capítulo: "Café con Sorpresas" La luna brillaba alta cuando Álvaro y Aurora salieron de la fiesta. El aire fresco de la noche los envolvía mientras caminaban hacia el auto de Álvaro, ambos inmersos en un silencio cómodo, con sonrisas que reflejaban los pensamientos que se arremolinaban en sus cabezas. La velada había sido mágica, pero algo en el aire indicaba que la noche aún no había terminado. Álvaro abrió la puerta del coche para Aurora, quien se deslizó dentro con gracia. Al tomar asiento, Aurora no pudo evitar recordar las palabras de Clara: "Si sientes algo por él, no tengas miedo de dar el primer paso. La vida es muy corta para no intentar ser feliz." La frase resonaba en su mente, haciéndola morderse el labio inferior con nerviosismo y emoción a partes iguales. El trayecto hacia la casa de Aurora fue breve, pero cargado de tensión. Álvaro mantenía una mano relajada sobre el volante, mientras que su mirada se deslizaba de vez en cuando hacia ella, admirando la forma en que l
El despertar fue diferente para ambos. La luz tenue de la mañana se filtraba a través de las cortinas, acariciando sus rostros con suavidad. Aurora abrió los ojos primero, y al girar su cabeza, se encontró con Álvaro, quien ya la observaba en silencio, con una sonrisa serena que reflejaba todo lo que ambos sentían pero aún no habían puesto en palabras.No sabían exactamente cómo actuar. La intimidad de la noche anterior había desdibujado las líneas de lo que alguna vez fue una simple camaradería, transformándolas en algo mucho más profundo y personal. Sin embargo, no había incomodidad, solo una mezcla de nerviosismo y alegría contenida.Aurora se acercó un poco más, sus ojos verdes brillando con una ternura que lo hizo sentir en casa. "Buenos días," murmuró, su voz suave como una caricia."Buenos días," respondió Álvaro, inclinándose hacia ella para rozar sus labios en un beso lento, lleno de significado. No había urgencia esta vez, solo el deseo de prolongar ese momento en el que tod