En el auto… Andrés conducía mientras miraba de vez en cuando a Katty. “¿Estás nerviosa?”. Katy se giró para verlo por un momento. “Hace mucho tiempo que no asisto a una reunión”. Por un momento recuerdos de su pasado como la princesa de la familia ALCA pasaron por su mente, todas esas fiestas y reuniones donde la idolatraban por su belleza e inteligencia, pero sobre todo por ser la futura heredera de toda una corporación. Quien diría que la empresa se diría a la ruina en menos de un mes después de que ella se fue al extranjero, Aníbal cumplió su cometido y destruyó todo lo que él pertenecía a la familia Alcántara. Andrés la tranquilizó. “No te preocupes es solo una reunión de ex compañeros. Si te sientes incómoda avísame y nos iremos inmediatamente”. Katty asintió y volvió a ver por la ventana, al llegar al lugar entraron juntos, Katty aferrada al brazo de Andrés saludaban a algunos conocidos. Andrés presentaba a Katty como una amiga y disfrutaban de la conversación, Katty poco a
Más tarde, Elida entró junto con Aníbal, él se despidió. “Estoy cansado volveré a mi habitación”. Se fue sin mirar a Elida, ella solo asintió y bajo su cabeza. Mariano apareció. “¿Cómo te fue?”. Elida se sobresaltó. “Bueno… hoy conversamos mucho…” Mariano se acercó a la chica, ella apretó sus manos unidas. El hombre la evaluó detenidamente, era bonita y elegante. “Recuerda el trato. Necesitas convencerlo para que se case o no ayudare a tu familia”. Levantó la cabeza y se encontró con la fría mirada del hombre. Mariano le advirtió. “Y debe ser pronto, mi paciencia tiene un límite, si tú no puedes hacerlo, habrá otras que sí”. Elida confirmó con el rostro agachado, tomó su bolso y salió de la casa, el conductor ya la estaba esperando, antes de subir al auto, presionó fuerte la puerta y miró hacia la ventana donde sabía que vivía Aníbal y al final suspiro, intentaba que Aníbal la aceptara, de eso dependía el futuro de su familia. Elida llegó a su casa, al entrar ya la esperaban. “H
Elida no pudo negarse, caminaron juntos hasta regresar, pero iba pensando cómo deshacerse del hombre, no tenía ninguna intención de conocerlo o tener una noche loca como las historias que Luis le contó antes del viaje, solo quería dibujar, en la recepción Elida preguntó sobre el precio de las habitaciones, el hombre estaba en una llamada. “Señorita… ¿Puede decirme cuánto cuesta una noche?”. La recepcionista observó a Elida, estaba bien vestida y era muy bonita. “La noche es de 5000”. Elida se sobresaltó. “¿5000? Una noche”. Dio un paso atrás y avergonzada se despidió. “Gracias”. Camino a la puerta. El hombre giró mirándola salir. Frunció el ceño y la persiguió. Elida caminaba muy rápido. “¡Oye! ¡Espera!”. Elida se detuvo y decidió enfrentarlo, si no la dejaba en paz gritaba pidiendo ayuda. “Señor no sé lo que quiere de mí… o bueno creo entenderlo y lo siento, pero no saldré con usted a una discoteca, ni me emborracharé, ni tendré sex…” Su voz empezó a ser más baja. Sus mejillas se
El último día, estaban en la habitación de Carlos, bebiendo en el sofá mientras ella daba los toques finales al cuadro final. Carlos sonrió al ver sus gestos mientras dibujaba, la forma en que se mordía el labio y pensaba con su lápiz. Elida se lo entregó. “Toma, termine, te agradezco mucho todo, estamos a mano”. Carlos tomó el dibujo y lo colocó con los demás en una carpeta grande que estaba en la mesa de centro. “Te agradezco a ti, me he divertido mucho”. Él estaba muy cerca de ella. Elida frunció los labios. “Será mejor que me vaya, debo empacar mis cosas”. Se levantó del sofá, pero Carlos tomó su mano para detenerla. "¿Por qué no te quedas un poco más..." Elida observó el brazo que él sostenía y luego lo miró en silencio pensando qué hacer... Carlos se levantó acercándose a ella lentamente. “Marina…” Al estar tan cerca de él, sintió su aliento mentolado y tragó saliva con dificultad. Carlos susurro. “Quédate”. Después de eso la beso… Por la madrugada Elida se despertó, est
Días después… Katty terminaba de hacer su maleta, Kase la atiborrada de preguntas. “¿Por qué tienes que irte tantos días?... ¿Porque el tío Andrés irá contigo? ¿Son novios?... ¿Por qué llevas ese vestido de noche mamá?”. “Kase, tranquila mamá volverla en unos días”. Cristina entró a la habitación. Kase puso sus manos en jarras. “Lo sé, pero ¿Por qué no me puede llevar?”. Katty le explicó a su hija tomándola en sus brazos y besándola, le hacía cosquillas. “Porque voy por trabajo”. “Andrés llegó, está esperando abajo”. Avisó Cristina a su hija. Kevin dejó la cama y estiró la falda de su madre. “¿Vas a extrañarnos?”. También quería cariño como lo hacía con Kase. Katty bajó a Kase y abrazó a su hijo. “Claro que voy a extrañarlos… Pero saben…” Ella les habló con cautela y ojos muy abiertos. Los chicos se interesaron inmediatamente. “Traeré muchos regalos para ustedes”. Ambos niños brincaron de emoción imaginándose que es lo que su madre les traería. Kase detuvo a su hermano. “Vamos
Elida había conocido hoteles cinco estrellas en su infancia, pero este era muy elegante, entraron al elevador y al llegar al último piso, Elida quería conducir la silla de Aníbal, pero él inmediatamente se negó, estaba muy frustrado y tenía un fuerte dolor de cabeza, escuchar a la mujer parlotear era aún peor. Elida se quedó de pie en el pasillo, sus hombros cayeron derrotada, observó como Aníbal entraba a la suite junto con el empleado. Unos minutos más tarde entró cerrando la puerta, en el pasillo apareció Katty con un nuevo atuendo, Andrés también salió del elevador. “¿Lista?”. Katty afirmó dándole una pequeña sonrisa antes de abordar el ascensor y salir del hotel. Elida estaba encantada, el lugar estaba compuesto por una amplia sala y a sus lados dos habitaciones con baño cada una, Aníbal entró a la principal y ella se dirigió a la de enfrente, con su maleta, antes de cerrar la puerta giro. “Aníbal. ¿Necesitas que te ayude?”. Ella solo escuchó el portazo, Elida con algo de pe
De regreso a su suite, Katty se despidió. “Buenas noches Andrés”. Ella recogió su saco del sillón y entró a su habitación. “Buenas noches”. Al ver a Katty encerrarse, salió de la habitación y miró hacia la habitación contigua. Estaba a punto de tocar, pero se detuvo pensando en que estaba loco. Sacudió su cabeza pensando… Si era cierto sobre el prometido ¿Qué le diría? ¿Está tu prometida? ¿Necesito hablar con ella? “Es absurdo”. Se dijo a sí mismo, tomó el elevador y bajó a recepción. “Señorita”. La recepcionista atenta preguntó. “¿Necesita algo?”. Andrés cuestionó. “¿Sabe quién está hospedado en la habitación al lado a la mía?”. La mujer lo observó por un momento. “Lo siento señor… No podemos dar información de nuestros huéspedes, es política del hotel”. Andrés recordó esto. “Gracias”. El regresó al piso y antes de entrar a su habitación se quedó observando la de Elida. A la mañana siguiente, Elida se levantó muy temprano y debía acompañar a Aníbal a ver al experto. Salió de
Elida se sentó frente al doctor. “En el expediente dice que fue operado varios días después de su accidente, su cadera quedó correcta pero el sigue sin caminar a pesar de la rehabilitación”. El doctor le explicaba.Elida afirmó. “Si. Dicen que el problema puede ser psicológico, al igual que su pérdida de memoria, por eso estamos aquí”.Katty salió del bar todavía impresionada, notó al chofer que se llevó a Aníbal y se acercó. “Señor…”El hombre giró regalándole una sonrisa. “Puedo ayudarla”.Katty titubeante preguntó. “El hombre…”. Ella sacudió su cabeza, necesitaba ser más específica o no le diría nada. “Aníbal Montecinos No se veía bien ¿Puede decirme que le sucedió?”.El hombre lo pensó por un momento y soltó. “El señor fue trasladado de emergencia al hospital, se quedará ahí”.Andrés escuchó y agradeció al chofer.Katty y él se miraron entre sí. “¿Estás segura que quieres ir?”. Preguntó.Katty aseguró. “Solo… Quiero saber que le paso”.Andrés aceptó y salieron juntos, al llegar al