El resto de la tarde ha transcurrido muy tranquila. He terminado de ordenar la cocina y las repisas, también he esperado que Joe cruce la puerta pidiendo algo que comer pero ya son las 8 de la noche y nadie ha venido a la cocina.
No puedo negar que un extraño sentimiento de tristeza me ha invadido y es que después de la visita de la rubia esta mañana me he quedado con un mal sabor de boca. He terminado de cenar la pasta que he preparado con un par de guarniciones de legumbres. Me recargo en la barra y cierro los ojos tratando de mantener mi mente tranquila. No me ha costado trabajo conciliar el sueño estas noches sin embargo aún la ausencia de mis padres me tiene el corazón marchito y no sé por cuanto tiempo me sienta así. Relajo mi cuerpo y no sé cuando es que me he quedado dormida.
Escucho como un jarrón se cae al suelo y se hace añicos. De inmediato me pongo de pie y alerta. Escucho
—Señor… señor Baker, buen día —digo saludando al padre de Joe—¿Estás bien?, ¿te he asustado? —niego varias veces y coloco la taza de su café con el tacto algo tembloroso.—Gracias —dice antes de comenzar a prepararlo—. ¿Has descansado?—Si señor —él asiente—Ayer Corina ha llegado tarde y mejor he ido a cenar con un par de amigos, parece que la cena de navidad se ha extendido y tiene trabajo para ti, en un rato bajará —asiento.—Claro que si señor, con gusto —me giro hacia la preparación de los huevos revueltos.—Rose querida, buenos días —dice Corina y yo me giro para saludarle—. Te agradecería un café.—Claro señora —y pronto lo sirvo y coloco frente a ella.—¿Adivina que? Estoy ya
JoeLos recuerdos de anoche están aún un tanto borrosos. Me duele bastante la cabeza debido a la resaca y no sé porque pienso que tal vez la he cagado con Rose. La miro y algo extraño ocurre, es como si la conociera de antes, es como si despertara algo diferente en mí. Es linda, no es la mujer más guapa pero su rostro es fino y casi no usa algún tipo de maquillaje, sé que debajo de esas ropas se esconde un cuerpo delgado y con pocas curvas pero muy femenino. Es linda y hace que el tiempo parezca más ligero y ni hablar de sus conocimientos en la cocina. —¿Jefe? —señalo el otro establo sin escuchar lo que el hombre tiene por decir y el hombre encamina las pacas hacia el espacio vacío. —¿Así que has vuelto con Brett? —escucho como mi padre se acerca desde lejos. —No, solo h
A penas he podido conciliar el sueño, miro el reloj y son las 2 de la mañana. He interrumpido mi sueño varias veces, no espero más y me coloco una chamarra gruesa y mis botas de uso rudo. Camino hacia la puerta trasera de la cocina y al abrirla el aire helado me cala los huesos.Comienzo a caminar por el camino empedrado y puedo observar los varios establos que tiene la familia, luego escucho como las hojas de los árboles chocan creando un extraño sonido como susurros… tomo un respiro y me encanta poder estar aquí. A pesar de la situación con mis padres, el hecho de tener un trabajo y que sea hacer lo que amo me resulta gratificante. Pienso en ellos, pienso en que tal vez ambos ya estén descansando. Pienso en mi hermano, que la verdad dudo mucho que esté vivo con la clase de vida que llevaba.Escucho un par de pasos y me giro de inmediato. Miro la enorme sombra de Joe y mis piernas comienzan a
Me quedado como una tonta mirándole fijamente sin poder articular una sola palabra, y es que ¿Qué le voy a decir?Oh gracias por besarme, solo había esperado 20 años de mi vida para que el hijo de mis jefes venga de manera alcoholizada a robarme el primer beso y posteriormente de manera abrupta mi segundo beso. Claro, tampoco me quejo es un modelo de revista, pudiera ser un modelo de vaqueros y sombreros…—¿Rose? —pregunta y salgo de mis pensamientos para mirarle—. ¿Te ha gustado?—¿Y eso que cambiaría señor? —contesto lo más cuerda que puedo.—Pues… que tal vez, yo pudiera repetirlo —niego varias veces de manera confusa.—¿Qué quiere señor Joe? ¿Qué tenga relaciones con usted? —pregunto molesta y él suelta una carcajada.—¿Tener relaciones? &iq
—Buenos días señor Joe —contesto y coloco la taza con el café negro frente a él.—¿Puedo darte un beso? —dice recargado en la barra y alzando el par de cejas pobladas.—Por favor, no haga esto, por favor, no quiero problemas —alza sus manos y luego me dedica una de sus sonrisas.—No te metería en aprietos Rose, no sé hasta cuando vas a entender eso.—¿Quiere que le sirva el desayuno? —pregunto para acabar con este incómodo momento.—Está bien —dice con mala cara mientras va y se sienta al comedor. Es cuando por fin puedo respirar, no sé que es lo que quiere conseguir con esta actitud, pero lo que si sé es que me he sentido sumamente excitada.Escucho como la voz de Joe me llama y no dudo en acudir.—Rose, esto está delicioso, ¿me podrías traer un poco de jugo d
Joe—He pasado toda la tarde trabajando pero nada logra que me olvide de Rose y sus bonitos labios —tomo el último inventario y lo coloco en la oficina. —Todo listo —dice mi padre y yo asiento—. Espera a que llegue tu tío Brad de esas vacaciones y sabrá lo que es trabajar, no entiendo porque Adriana desea 3 meses de vacaciones como si esto se mantuviera solo. —La tía Adriana es…—Particular, lo sé, mis padres siempre lo decían —la noche ha llegado, en realidad, muero de hambre y son las 9 de la noche, hace tiempo no terminábamos el trabajo tan tarde pero es que el nuevo cargamento de alimentos ha llegado y ha tomado más tiempo del estimado ajustar las cuentas. Mi padre y yo caminamos hacia la casa y el viento helado entra por la gruesa chamarra que llevo puesta. No he sabido nada de Rose
La fiesta es en la casa de una de las chicas que trabaja en la granja. Hay música country y varias personas bailando. He conocido a bastantes personas que trabajan en el mismo lugar que yo y son amables, aunque todos son mayores que yo.—Así que vienes de Nuevo México—me dice una de las chicas.—Si, allí trabajaba antes —contesto mientras tomo un trago al refresco que me han entregado.—¿Y qué tal te has sentido con los Baker?, ellos parecen bastantes contentos contigo —asiento.—Es mutuo, ellos son muy buenos conmigo, siempre —la chica asiente. Parece amable, no me ha dicho su nombre—. ¿Cuál es tu nombre?—Tamy —contesta, es una mujer joven de unos 30 y trabaja en los establos.—Mucho gusto —contesto y miro como empina una cerveza. Yo no he querido tomar alcohol porque aun no soy mayor de edad, además,
JoeNo sé en que momento me he quedado dormido pero mi madre entra a mi habitación casi a trompicones y con la cara de pánico. —Me han llamado… es Rose, está mal —dice con cara de angustia y me pongo de pie de inmediato, tomo unos zapatos deportivos y corro hacia donde ella va. Subimos al auto en segundo y nos encontramos conduciendo hacia allá.—¿Qué está pasando? —le pregunto de manea histérica. Sé que está ocultando un par de lágrimas.—Me ha llamado Tamy… dice que Rose no responde, le dieron algo en la bebida, o eso es lo que dijo ella antes de desmayarse —mi mal humor crece y solo pienso en matar al idiota que le ha hecho esto. Mi madre me da las indicaciones para llegar a la casa en donde están. Hay un tumulto de gente. Miro el cuerpo pequeño de R