—Buenos días señor Joe —contesto y coloco la taza con el café negro frente a él.
—¿Puedo darte un beso? —dice recargado en la barra y alzando el par de cejas pobladas.
—Por favor, no haga esto, por favor, no quiero problemas —alza sus manos y luego me dedica una de sus sonrisas.
—No te metería en aprietos Rose, no sé hasta cuando vas a entender eso.
—¿Quiere que le sirva el desayuno? —pregunto para acabar con este incómodo momento.
—Está bien —dice con mala cara mientras va y se sienta al comedor. Es cuando por fin puedo respirar, no sé que es lo que quiere conseguir con esta actitud, pero lo que si sé es que me he sentido sumamente excitada.
Escucho como la voz de Joe me llama y no dudo en acudir.
—Rose, esto está delicioso, ¿me podrías traer un poco de jugo d
Joe—He pasado toda la tarde trabajando pero nada logra que me olvide de Rose y sus bonitos labios —tomo el último inventario y lo coloco en la oficina. —Todo listo —dice mi padre y yo asiento—. Espera a que llegue tu tío Brad de esas vacaciones y sabrá lo que es trabajar, no entiendo porque Adriana desea 3 meses de vacaciones como si esto se mantuviera solo. —La tía Adriana es…—Particular, lo sé, mis padres siempre lo decían —la noche ha llegado, en realidad, muero de hambre y son las 9 de la noche, hace tiempo no terminábamos el trabajo tan tarde pero es que el nuevo cargamento de alimentos ha llegado y ha tomado más tiempo del estimado ajustar las cuentas. Mi padre y yo caminamos hacia la casa y el viento helado entra por la gruesa chamarra que llevo puesta. No he sabido nada de Rose
La fiesta es en la casa de una de las chicas que trabaja en la granja. Hay música country y varias personas bailando. He conocido a bastantes personas que trabajan en el mismo lugar que yo y son amables, aunque todos son mayores que yo.—Así que vienes de Nuevo México—me dice una de las chicas.—Si, allí trabajaba antes —contesto mientras tomo un trago al refresco que me han entregado.—¿Y qué tal te has sentido con los Baker?, ellos parecen bastantes contentos contigo —asiento.—Es mutuo, ellos son muy buenos conmigo, siempre —la chica asiente. Parece amable, no me ha dicho su nombre—. ¿Cuál es tu nombre?—Tamy —contesta, es una mujer joven de unos 30 y trabaja en los establos.—Mucho gusto —contesto y miro como empina una cerveza. Yo no he querido tomar alcohol porque aun no soy mayor de edad, además,
JoeNo sé en que momento me he quedado dormido pero mi madre entra a mi habitación casi a trompicones y con la cara de pánico. —Me han llamado… es Rose, está mal —dice con cara de angustia y me pongo de pie de inmediato, tomo unos zapatos deportivos y corro hacia donde ella va. Subimos al auto en segundo y nos encontramos conduciendo hacia allá.—¿Qué está pasando? —le pregunto de manea histérica. Sé que está ocultando un par de lágrimas.—Me ha llamado Tamy… dice que Rose no responde, le dieron algo en la bebida, o eso es lo que dijo ella antes de desmayarse —mi mal humor crece y solo pienso en matar al idiota que le ha hecho esto. Mi madre me da las indicaciones para llegar a la casa en donde están. Hay un tumulto de gente. Miro el cuerpo pequeño de R
Despierto y siento los ojos algo pesados. No recuerdo que es lo que ha sucedido en realidad solo pienso en los ojos de Joe mirándome fijamente. Escucho un par de mormullos, luego voces, luego veo luces que terminan por cegarme y luego… nada.Trato de pensar en lo que ha sucedido. Siento como es que alguien estrecha mi mano, ¿es mi madre?, ¿es acaso que estoy soñando o estoy muerta?—Tal vez se trate de la reacción de su cuerpo, las drogas deberían de estar saliendo del sistema —luego escucho un par de voces más.—Si, ella está bien —luego me concentro en abrir mis ojos, tengo que saber donde estoy.—¿Rose? —es la voz de la señora Corina—. Oh por Dios, está respondiendo, ella… ella está despertando.—Rose… —esa es la voz de Joe y siento como mis manos son sujetas.—Señorita
El despertador suena y una sonrisa se pinta en mi rostro. Los recuerdos de anoche me han mantenido tan feliz, y desde que Joe se ha ido de mi habitación. No espero más y me pongo de pie para comenzar el día y preparar comida deliciosa para mis jefes y para… Joe.Como es costumbre tomo una ducha que termina por ponerme de mejor humor, luego de cambiarme comienzo mis tareas culinarias en la cocina y preparo deliciosas tortas de huevo con patatas fritas, salsa roja y pan tostado.Coloco los platos para comenzar a servir las tazas de café negro y justo en ese momento llega la señora Corina con el semblante mucho más relajado y descansado.—Rose, ¿cómo dormiste?, ¿te has sentido bien?—Todo de maravilla señora, le doy las gracias por estar al pendiente de mi —ella toma mi mano y asiente.—Ahora dime, ¿qué es lo que estás cocinando po
Han pasado casi 4 horas desde que salimos de casa y el auto viene a reventar debido a la cantidad de bolsas y cajas que hay.—¿Has encontrado ropa para ti? —abro la boca y luego miro el par de bolsas que cuelgan en mis manos así que solo asiento y la señora Corina me mira de manera aprobatoria. La verdad es que ni siquiera he volteado a ver una prenda para mi, solo quería asegurarme de tener sus regalos de navidad.El camino a casa es rápido, después de llegar hace falta un par de viajes para terminar de bajar todo el cargamento de regalos que la señora Corina ha hecho, además de provisiones para la cocina y artículos de decoración.Toma un par de tiempo volver a acomodar todo en las estanterías y tambié
Hemos acabado de ordenar la cocina, Joe no se ha ido del lugar. Son casi las 10 de la noche y la verdad es que estoy muerta de cansancio debido a todos esos lugares que hemos visitado en el centro comercial y después limpiar este lugar.—Creo que, iré a dormir, maña tu madre quiere que veamos las decoraciones para la bienvenida de tu tía —Joe me mira bastante cansado.—Yo también —se pone de pie y le miro estirar su enorme cuerpo.—Que pases buenas noches —digo pero él viene hacia mi y me atrapa entre sus brazos con un profundo abrazo que termina por reconstruirme un poco.—Me encanta tu aroma —dice con la cara pegada en mi cabello. Sus manos están pegadas a
Siento mucho frío y es cuando me despierta de golpe el llanto de la pequeña criatura en mis brazos. Casi por inercia tomo la jeringa y la lleno de leche para después alimentarla hasta que queda satisfecha. Luego la coloco dentro de mi maleta para después salir en dirección a la ducha.Mi ropa está muy ría pero ha dejado de estar mojada. Me deshago de las prendas y empujo mi cuerpo hacia la ducha caliente, el sentimiento me reconforta. Me mantengo por no sé cuanto tiempo, hasta que he dejado de temblar y lavo mi cabello y cuerpo. Las imágenes de anoche aun me recorren la mente y siento que es la misma situación que he viví hace apenas muy poco tiempo.No tardo mucho en cambiarme y la alarma suena, me siento aún con bastante sueño debido al desvelo pero tengo qu