Corina:
Fue cuestión de comprar boletos y un par de horas para que Joel y yo llegáramos a Georgetown.
Al pasar las puertas con la etiqueta de “Bienvenidos” me encontré con Adriana acompañada de Brad. Mi amiga se soltó de su agarre y corrió hasta envolverme en su abrazo.
—Te extrañé — dijo pegada a mi
—Y yo a ti —susurre con una voz apenas audible. Al apartarse de mi noté sus ojos llenos de lágrimas. Adriana nunca lloraba—. No llores.
—Lo siento, que va, me debo de ver horrible, esto de llorar no es lo mío —niego sonriendo y vuelvo a abrazarla.
—Él lo sabe —susurré y sus ojos me miraron bien abiertos, luego a Joel y luego a mí.
—Te lo dije, esto no tiene nada que ver contigo, eres asombrosa y por fin ¡estás aquí!, vamos a casa &mdas
Corina:Años DespuésLa vida en Georgetown no está nada mal. Termine especializándome en las terapias con caballos. Me resulto enormemente fascinante. Ahora ayudo a niños con problemas motrices y sobre todo me encanta mi trabajo.Por otro lado Joel y yo nos encontramos sumamente felices ya que el proceso de adopción de Joe camina a la perfección y si todo sale bien el estará con nosotros en 3 días. Después de 2 años de matrimonio nos hemos animado a ir en busca de un pequeño y Joe… nos robo el corazón desde el primer momento. Es un pequeño de 2 años de tez blanca y cabello café claro. Sus enormes ojos azules nos robaron el corazón.Le fascina visitar la granja. La mujer del centro de adopción se encuentra sorprendida y ha acelerado el proceso pues Joe llora cada vez que tenemos que separarnos de &ea
En algunas ocasiones puedes esforzarte hasta el cansancio y no obtener lo que quieres o quisieras. Sin embargo, la vida puede darte un vuelco dejándote frente a la situación más inesperada y que al mismo tiempo sea… tu futuro.“Juro que nunca había visto a hombre de esa manera, mis piernas temblaban y no podía apartar la mirada de él, mi imposible… mi jefe”.Joe Baker se encuentra en una etapa de su vida donde nada ni nadie puede influir en las decisiones que toma, ni siquiera sus padres adoptivos. Con la granja Baker en su punto más alto, ahora se dedica al rodeo y su tan amada actividad puede colocarlo en una posición vulnerable con la que se le enseñará a cuidar y apreciar cada aspecto de su vida y a sus personas. Escucho disparos, pero he perdido la cuenta, se lo he dicho, pero mi hermano no escuchó, le dije que meterse con esa gente nos traería muchos problemas, pero el dinero pudo más que su propia familia.No se donde está mi madre, he visto morir a mi padre acribillado por esos sicarios que buscaban a mi hermano… les dije, les dije que ellos vendrían y mi hermano se ha fugado. Sigo en mi escondite, ruego porque en algún momento esto acabe. Quiero buscar a mi madre, quiero encontrarla y saber que está bien.Cierro los ojos tratando de bloquear el miedo que me cala el cuerpo. Hace frío, está nevando en este lugar. El señor y la señora Murray van a quedar destrozados cuando vean lo que quedo de su granja… y todo por culpa de Bernardo.No sé cuando es que han dejado de sonar los disparos, no sé si es que me he quedado dormida, siento frío y estoy titiriteando, Prefacio
El viaje en autobús ha sido muy largo y me ha torturado un poco mentalmente. La despedida con Trudy ha sido larga y les he agradecido por su hospedaje y amabilidad, sobre todo porque me ha conseguido un nuevo trabajo en la granja de los señores Baker.Miro el reloj y son casi las 8 de la mañana, el autobús está a punto de llegar a Georgetown. Según lo acordad es la señora Baker quien vendrá a buscarme, espero agradarles.El autobús se estaciona en la entrada y tomo la bolsa de mano con la ropa nueva que me ha regalado Max y Trudy, camino hacia la entrada de la estación y una mujer sella mi boleto. Luego voy hacia el recibidor y tomo mi móvil para notificar a la señora Baker que estoy en la estación, pero un par de saludos me sorprenden.—Rose, Rose —grita la amable mujer quien me recibe con una adorable sonrisa—. Hola.La señora Baker es un
La señora Corina y yo nos hemos dedicado parte de la tarde a cocinar una cena presentable. Me agradan los esfuerzos que hace para aprender a manejar los condimentos y me siento muy tranquila a su lado.—La verdad es que no sé como es que puedes manejar todos estos polvos Rose, eres muy joven… —esparzo un poco de sal al bistec—Mi madre me ha enseñado a cocinar desde que estaba pequeña, pero entiendo su sorpresa, solo tengo 20 años y muchas chicas de mi edad ni siquiera se interesan por esto —ella asiente—. Deben de ser por las raíces mexicanas de mis padres… es una crianza distinta.—Sé que ellos hicieron un excelente trabajo contigo Rose.—Gracias señora—sus palabras me alientan, quiero ser la mejor cocinera para la señora Corina y su familia, quiero ser una de sus mejores empleadas—. Yo… quisiera saber cuales serán mis tareas para poder saber a que hora debo dormir y a que horas despertar.—Oh pequ
He despertado temprano y he preparado huevos revueltos con tocino y salsa picante, también un poco de verduras y jugo de naranja recién exprimidas, café y pan como lo ha pedido Joe ayer.—Buenos días mi pequeña Rose —dice la señora Corina—Señora, buen día, el desayuno está listo —ella asiente—. ¿Quiere que le sirva un poco de café o jugo?—Café por favor, ¿cómo te has sentido?—Estupendo, de verdad, he dormido muy bien —ella asiente feliz, tomo la taza y la coloco frente a ella con el deposito de azúcar y crema.—Gracias pequeña —ella se sienta en una de las sillas de la barra—. Hoy voy a ir con un par de amigas a charlas, sobre las cenas navideñas y tu y yo seremos… las mejores—Claro que si señora, usted dígame que quiere cocinar y con gusto lo preparamos —ella aplaude dos veces con sus manos.—Perfecto, ahora si que brillaremos —el señor Baker se asoma y casi al inst
El resto de la tarde ha transcurrido muy tranquila. He terminado de ordenar la cocina y las repisas, también he esperado que Joe cruce la puerta pidiendo algo que comer pero ya son las 8 de la noche y nadie ha venido a la cocina.No puedo negar que un extraño sentimiento de tristeza me ha invadido y es que después de la visita de la rubia esta mañana me he quedado con un mal sabor de boca. He terminado de cenar la pasta que he preparado con un par de guarniciones de legumbres. Me recargo en la barra y cierro los ojos tratando de mantener mi mente tranquila. No me ha costado trabajo conciliar el sueño estas noches sin embargo aún la ausencia de mis padres me tiene el corazón marchito y no sé por cuanto tiempo me sienta así. Relajo mi cuerpo y no sé cuando es que me he quedado dormida.Escucho como un jarrón se cae al suelo y se hace añicos. De inmediato me pongo de pie y alerta. Escucho
—Señor… señor Baker, buen día —digo saludando al padre de Joe—¿Estás bien?, ¿te he asustado? —niego varias veces y coloco la taza de su café con el tacto algo tembloroso.—Gracias —dice antes de comenzar a prepararlo—. ¿Has descansado?—Si señor —él asiente—Ayer Corina ha llegado tarde y mejor he ido a cenar con un par de amigos, parece que la cena de navidad se ha extendido y tiene trabajo para ti, en un rato bajará —asiento.—Claro que si señor, con gusto —me giro hacia la preparación de los huevos revueltos.—Rose querida, buenos días —dice Corina y yo me giro para saludarle—. Te agradecería un café.—Claro señora —y pronto lo sirvo y coloco frente a ella.—¿Adivina que? Estoy ya