Corina:
Estoy en mi habitación ordenando la ropa que estaba en la maleta cuando alguien llama a la puerta.
—Pasa —digo sin mirar quien es, cuando escucho sus botas pesadas.
—Hola —dice con voz ronca, me giro con una estúpida sonrisa
—Hola.
—¿Cómo estás? —se acerca y le invito a sentarnos a la orilla de la cama
—Bien, supongo, ¿lo dices por todo lo que ha pasado? —ladea su cabeza y se libera del sombrero, noto como su barba está más crecida y hace que sus azules ojos resalten aún más.
—Lo digo por todo, ¿te sientes bien? —asiento—. Estoy muy feliz
—¿Por qué? —levanta su áspera mano y me acaricia la mejilla
—Por qué al fin te tengo —lo miro divertida
—Joel, dime qué es esto.
—
Corina:Los días pasan y la convivencia mejora aún más. No puedo creer que ya ha pasado un mes desde que hemos llegado a Georgetown.Siendo sincera han sido las mejores 4 semanas de mi vida, jamás me había sentido tan importante y especial para alguien y sobre todo, jamás había sentido lo que era tener una familia.—Vamos, hay que ir de compras —dice Yvonne, mi amiga rueda los ojos—Mamá…—Solo será un momento, Brad tiene que trabajar, déjalo respirar —suelto una carcajada y Joel corrobora el comentario—Es verdad, y hoy tenemos bastante trabajo con las nuevas reses que llegarán así que sería genial que nos dejarás trabajar —Adriana hace un berrinche—Que molesto… —Brad se ha limitado a sonreír, no ha dicho ni una palabra, pero desde que sale con m
Corina:Caminamos en dirección al establo uno. Me he visto obligada a aceptar las “sugerencias” de Adriana y me he colocado el bikini rojo, una camisola, un pequeño pantaloncillo de mezclilla y mis botas nuevas.Adriana brinca por todos lados llamando a Brad. Este sale con una sonrisa de oreja a oreja cubierto de sudor a abrazarla. Pobre Brad, siento que él de verdad la quiere y le dolerá mucho su partida.Joel no aparece si no hasta que Brad le da un grito, al mirarme sus cejas se alzan, se deshace del sombrero inclinando la cabeza, por Dios que ese gesto me desarma.—A dónde se dirige con… ¿botas? —sonrío—Las he comprado esta tarde—Vaya te lucen espectacular —besa mis labios—Joel… queremos ir a nadar al lago, venimos a avisarles que estaremos por allá —los dos vaqueros hacen un gesto de desa
Joel:Brad tarda en poder orillarnos, la corriente es muy fuerte. Siento como su pequeño cuerpo se aferra al mío. Mi corazón está acelerado. Corina sigue tosiendo y con dificultad para respirar.Salimos del lago y la coloco en el suelo, comienza a escupir agua y trata de hablar, pero trato de tranquilizarla, eso no ayudará.—Está bien, está bien —dice Brad. La ayudo a inclinarse y escucho su balbuceo.—Corina… —cuando menos pienso la tengo pegada a mi cuerpo con sus brazos rodeando mi cuello, su cuerpo tiembla —. Estoy aquí, todo está bien.Acaricio su cabello mojado, su respiración está alterada.—¿Cori? —le llama mi hermana—Espera a que se tranquilice linda —dice Brad y la verdad es que eso sería lo más oportuno. Por las ideas locas de mi hermana es que estam
Corina:Los labios de Joel me aprisionan, no existe mejor lugar que él, aquí es donde quiero estar.Se pone de pie y enrollo mis piernas por su cintura, mi espalda choca contra la pared, ¿Cómo pudo haber tardado tanto?, Mi respiración está entrecortada, su olor y su piel crean adicción, le necesito.—Cori… —dice con la voz entrecortada—. No creo que Jeff quiera ver esto.Rio y asiento, tomo el sombrero de Joel y lo coloco en su cabeza torpemente, se ve tan atractivo.Salimos del establo no sin antes darle un beso a Jeff, mi mejor amigo. Caminamos devuelta a casa. Ya ha oscurecido por completo.Joel da las buenas noches a los trabajadores en turno, caminamos tomados de la mano como es costumbre y abre la puerta principal.Escuchamos el sonido de los cubiertos chocando con los platos, deben de estar cenando, subimos las escaleras directo a&h
Joel:Corina se ha quedado dormida. Recorro una y otra vez su espalda, es tan suave. No puedo evitar que por mi mente pase esa horrible imagen de verla inconsciente en el lago. Mi piel se eriza, no sé que hubiera hecho si no logro salvarla, no sé si soy capaz de vivir sin ella ahora.Miro el reloj y son las 10:40 de la noche, hace mucho tiempo que no me sentía tan bien, beso su cabeza y la acaricio de nuevo.¿Qué pasará cuando el verano se termine?, ella querrá volver a NY, está estudiando y yo no podré estar lejos de ella, la necesito.Cierro los ojos de golpe y me concentro en disfrutar el presente, en disfrutar su cuerpo sobre el mío, su olor en mi cama y su ligera respiración que adorna todo este espacio que antes me parecía absurdo. Y caigo dormido.▮▮▮▮▮▮▮▮▮Siento sus labios, su olor, me hace sonreír.—Buenos d&iacu
Corina:—Esa es mi amiga ¡siiii! —grita Adriana por los pasillos—Basta, deja de hacer ese escándalo, todos en la granja se enteraran —cierro la puerta de mi habitación.—Bueno eso estaría genial, te has acostado con el capataz, el jefe —la obligo a callar—. ¿Te la has pasado bien?—Por supuesto —asiento y escucho el timbre de mi móvil—Han estado llamando un par de veces, no he contestado… —tomo el móvil y es un número desconocido, tecleo para responder la llamada—¿Hola?—Señorita Corina Hall —es la voz de un hombre—Si, ella habla—Soy Arnold Fox el abogado de su madre — frunzo el ceño—Sí, ¿Qué se le ofrece? —escucho su carraspeo—Lamento informarle del fallecimiento
Corina:Hemos llegado a NY, vamos camino a mi apartamento en Manhattan. Estoy un poco más tranquila, son las 8 de la noche, hemos pasado todo el día en aeropuertos.—Es aquí, a la derecha —digo y el hombre hace lo que pido. Bajamos del taxi Joel paga y nos adentramos al edificio donde solemos vivir Adriana y yo.—Pasa —digo y él agradece, tomamos el elevador y en pocos segundos llegamos, enciendo las luces y todo está normal.—¿Cuál es tu habitación? —pregunta—La de la derecha —cierro la puerta y coloco todos los seguros, como lo hacemos cada noche. Voy directo a la cocina por un vaso de agua y tecleo el número del abogado, timbra dos veces y responde—Señorita Hall, ¿ya ha llegado? —le contesto afirmativamente—. Me da gusto, le pediré de favor que mañana a primera hora
Joel:Son las 3 de la mañana, escucho como Corina solloza, acaricio su espalda y beso su frente. Duerme a ratos y después despierta para seguir llorando, estoy muy preocupado pero sé que es normal, y más en las circunstancias que ha sucedido.Miro hacia la ventana, la vista es espectacular, las luces de NY son impactantes al igual que sus rascacielos. La habitación de Corina es discreta, tiene un vestidor modesto, un escritorio y en la pared varios dibujos hechos por niños pequeños, a cada lado de la cama hay mesitas de noche con lámparas, el colchón es bastante cómodo pero pequeño, aun que yo me siento bien solo con estar a su lado.Beso de nuevo su frente, sé que este no es el momento pero, cuando he visto a toda esa gente fuera del aeropuerto pidiendo taxis y el viaje hasta aquí me ha atemorizado, Manhattan es enorme y mi chica es muy pequeña.