Corina:
—Esa es mi amiga ¡siiii! —grita Adriana por los pasillos
—Basta, deja de hacer ese escándalo, todos en la granja se enteraran —cierro la puerta de mi habitación.
—Bueno eso estaría genial, te has acostado con el capataz, el jefe —la obligo a callar—. ¿Te la has pasado bien?
—Por supuesto —asiento y escucho el timbre de mi móvil
—Han estado llamando un par de veces, no he contestado… —tomo el móvil y es un número desconocido, tecleo para responder la llamada
—¿Hola?
—Señorita Corina Hall —es la voz de un hombre
—Si, ella habla
—Soy Arnold Fox el abogado de su madre — frunzo el ceño
—Sí, ¿Qué se le ofrece? —escucho su carraspeo
—Lamento informarle del fallecimiento
Corina:Hemos llegado a NY, vamos camino a mi apartamento en Manhattan. Estoy un poco más tranquila, son las 8 de la noche, hemos pasado todo el día en aeropuertos.—Es aquí, a la derecha —digo y el hombre hace lo que pido. Bajamos del taxi Joel paga y nos adentramos al edificio donde solemos vivir Adriana y yo.—Pasa —digo y él agradece, tomamos el elevador y en pocos segundos llegamos, enciendo las luces y todo está normal.—¿Cuál es tu habitación? —pregunta—La de la derecha —cierro la puerta y coloco todos los seguros, como lo hacemos cada noche. Voy directo a la cocina por un vaso de agua y tecleo el número del abogado, timbra dos veces y responde—Señorita Hall, ¿ya ha llegado? —le contesto afirmativamente—. Me da gusto, le pediré de favor que mañana a primera hora
Joel:Son las 3 de la mañana, escucho como Corina solloza, acaricio su espalda y beso su frente. Duerme a ratos y después despierta para seguir llorando, estoy muy preocupado pero sé que es normal, y más en las circunstancias que ha sucedido.Miro hacia la ventana, la vista es espectacular, las luces de NY son impactantes al igual que sus rascacielos. La habitación de Corina es discreta, tiene un vestidor modesto, un escritorio y en la pared varios dibujos hechos por niños pequeños, a cada lado de la cama hay mesitas de noche con lámparas, el colchón es bastante cómodo pero pequeño, aun que yo me siento bien solo con estar a su lado.Beso de nuevo su frente, sé que este no es el momento pero, cuando he visto a toda esa gente fuera del aeropuerto pidiendo taxis y el viaje hasta aquí me ha atemorizado, Manhattan es enorme y mi chica es muy pequeña.
Corina:Caminamos rumbo a la oficina del abogado, es un edificio grande y con muchas oficinas. Llegamos a la recepción y noto las miradas curiosas de todos al ver un vaquero en NY.—Buenos días, vengo con el señor Fox, abogado— la mujer mira de arriba a abajo a Joel y luego me sonríe.—En un momento señorita —tomamos asiento y puedo notar que Joel está tenso.—¿Estás bien? —parece perdido pero asiente. La mujer nos llama y cruzamos la puerta indicada.—Señorita Hall —estira su mano y le correspondo el saludo, después se gira a Joel —. Señor, siéntense por favor.Hacemos lo que pide y comienza a revolotear papales.—Me disculpo por haber llamado hasta 2 días después pero… el cuerpo de su madre no podía identificarse —frunzo el ceño y no
Joel:Tenemos una semana en NY, la verdad es que no aguanto más, estoy muy abrumado, por el ruido, la gente… esto se está volviendo una tortura para mí, pero no quiero mencionar nada al respecto.Corina se ve muy cansada y triste, come muy a la fuerza ni las llamadas de Adriana le suben el ánimo.—Pequeña, deberías de comer un poco —niega—Joel, quiero irme de aquí —su petición me hace confundir—¿De dónde?—De aquí, de NY, no soporto esto, no soporto estar en este departamento, ni este ruido, ni estas luces —mis ojos se abren, ¿me ha estado leyendo el pensamiento?—Volvamos a la granja, reservo los primeros vuelos y nos vamos —niega y deja su tenedor en sobre la mesa.—Falta una semana para volver a la universidad —una punzada de dolor se apodera de mi pec
Corina:Fue cuestión de comprar boletos y un par de horas para que Joel y yo llegáramos a Georgetown.Al pasar las puertas con la etiqueta de “Bienvenidos” me encontré con Adriana acompañada de Brad. Mi amiga se soltó de su agarre y corrió hasta envolverme en su abrazo.—Te extrañé — dijo pegada a mi—Y yo a ti —susurre con una voz apenas audible. Al apartarse de mi noté sus ojos llenos de lágrimas. Adriana nunca lloraba—. No llores.—Lo siento, que va, me debo de ver horrible, esto de llorar no es lo mío —niego sonriendo y vuelvo a abrazarla.—Él lo sabe —susurré y sus ojos me miraron bien abiertos, luego a Joel y luego a mí.—Te lo dije, esto no tiene nada que ver contigo, eres asombrosa y por fin ¡estás aquí!, vamos a casa &mdas
Corina:Años DespuésLa vida en Georgetown no está nada mal. Termine especializándome en las terapias con caballos. Me resulto enormemente fascinante. Ahora ayudo a niños con problemas motrices y sobre todo me encanta mi trabajo.Por otro lado Joel y yo nos encontramos sumamente felices ya que el proceso de adopción de Joe camina a la perfección y si todo sale bien el estará con nosotros en 3 días. Después de 2 años de matrimonio nos hemos animado a ir en busca de un pequeño y Joe… nos robo el corazón desde el primer momento. Es un pequeño de 2 años de tez blanca y cabello café claro. Sus enormes ojos azules nos robaron el corazón.Le fascina visitar la granja. La mujer del centro de adopción se encuentra sorprendida y ha acelerado el proceso pues Joe llora cada vez que tenemos que separarnos de &ea
En algunas ocasiones puedes esforzarte hasta el cansancio y no obtener lo que quieres o quisieras. Sin embargo, la vida puede darte un vuelco dejándote frente a la situación más inesperada y que al mismo tiempo sea… tu futuro.“Juro que nunca había visto a hombre de esa manera, mis piernas temblaban y no podía apartar la mirada de él, mi imposible… mi jefe”.Joe Baker se encuentra en una etapa de su vida donde nada ni nadie puede influir en las decisiones que toma, ni siquiera sus padres adoptivos. Con la granja Baker en su punto más alto, ahora se dedica al rodeo y su tan amada actividad puede colocarlo en una posición vulnerable con la que se le enseñará a cuidar y apreciar cada aspecto de su vida y a sus personas. Escucho disparos, pero he perdido la cuenta, se lo he dicho, pero mi hermano no escuchó, le dije que meterse con esa gente nos traería muchos problemas, pero el dinero pudo más que su propia familia.No se donde está mi madre, he visto morir a mi padre acribillado por esos sicarios que buscaban a mi hermano… les dije, les dije que ellos vendrían y mi hermano se ha fugado. Sigo en mi escondite, ruego porque en algún momento esto acabe. Quiero buscar a mi madre, quiero encontrarla y saber que está bien.Cierro los ojos tratando de bloquear el miedo que me cala el cuerpo. Hace frío, está nevando en este lugar. El señor y la señora Murray van a quedar destrozados cuando vean lo que quedo de su granja… y todo por culpa de Bernardo.No sé cuando es que han dejado de sonar los disparos, no sé si es que me he quedado dormida, siento frío y estoy titiriteando, Prefacio